La definición femenina
A menos de dos años de su retorno al circuito, tras haberse convertido en madre, la tenista belga conquistó el cuarto título de Grand Slam de su carrera.
Kim Clijsters devuelve en el match en el que hoy superó a Li Na, la primera jugadora china en acceder a una final de Grand Slam en la historia del tenis profesional. Foto: EFE
Redacción de El Litoral
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Con lágrimas en sus ojos, la belga Kim Clijsters celebró uno de los sueños pendientes de su carrera, al conquistar hoy por primera vez el Abierto de Australia: “Sí, ahora pueden llamarme Aussie Kim, porque gané el título”, expresó emocionada en la ceremonia de premiación.
Clijsters, número tres del mundo, se impuso a la china Li Na por 3-6, 6-3 y 6-3 para sumar el cuarto título de Grand Slam de su carrera, el tercero desde que regresó al circuito tras convertirse en madre.
Número uno del mundo durante algunas semanas de 2003, Clijsters había llegado a la final del Australian Open 2004, en la que fue derrotada por su compatriota Justine Henin, que esta semana confirmó su retiro definitivo tras haber regresado también al circuito.
Clijsters, de 28 años, se convierte así en la jugadora dominante del tenis femenino, ya que en septiembre conquistó el US Open. De todos modos, el triunfo de hoy es muy especial para ella, ya que probablemente jugó el último Abierto de Australia de su vida.
La belga no quería retirarse con el estigma de haber podido alzar solamente el trofeo de Nueva York.
Hoy, durante un buen rato, pareció que la historia podía ser otra, la de la primera china ganadora de un Grand Slam.
Por su parte, el consuelo para Li Na, de 29 años, es que 12 meses atrás fue semifinalista en Australia; por lo que este año dio un paso más, que le permite observar la edición 2012 con muchísima confianza.
El partido
Tras comenzar nerviosa y no ganar ni un punto en los primeros dos juegos, Na recuperó la tranquilidad y su tenis para llevarse el set por 6-3.
Fue a partir de entonces que se vio la dimensión de campeona y la experiencia de Clijsters: con un juego muy similar, la belga no permitió que le sucediera lo de hace dos semanas, cuando la china la derrotó en la final de Sydney.
Clijsters presionó, luchó e intentó tener siempre el control del encuentro. Na comenzó a sufrir y a alejarse de la victoria.
“Creo que habrá muchas batallas por delante. Así que espero que tengamos algunas finales más de Grand Slam”, elogió la flamante campeona a su adversaria de turno.
Es una posibilidad cierta, porque la belga, nueva número dos del mundo, y la china, séptima desde el lunes, son las jugadoras del momento.
En tanto, Na demostró ante miles de espectadores en el estadio y millones por televisión, la crudeza con la que pueden expresarse los asiáticos: “¿Ven el muchacho de amarillo en la tribuna? No importa si estás flaco, gordo, en forma o no... Yo te agradezco y te amo”, señaló emocionada, en alusión a su esposo y entrenador.