La cerveza: una bebida milenaria

Historias maravillosas sobre el origen de una bebida tradicional que es, además, una costumbre bien arraigada entre los santafesinos.

TEXTO. ZUNILDA CERESOLE DE ESPINACO. FOTOS. EL LITORAL.

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Los egipcios atribuían al Dios Osiris la invención de la cerveza.

Casi todos los pueblos de la tierra han elaborado bebidas alcohólicas desde épocas prehistóricas, empleando algunas veces materias azucaradas, miel, leche, frutos, zumo de palmeras, etc. En cambio, otras recurrieron a materias feculentas, obteniendo -con ellas- cervezas.

Los egipcios atribuían al Dios Osiris, que fue civilizador y enseñó a los hombres -entre otras muchas cosas- la agricultura, la invención de la cerveza.

Corresponden al grupo de las cervezas algunas bebidas como el sake o cerveza de arroz de los japoneses; la chicha o cerveza de maíz y la aloja o cerveza de algarrobo de algunas tribus aborígenes de Sudamérica; el pombe o cerveza de mijo de los africanos; la soma y la ahoma de los antiguos hindús y persas; la kawa de los habitantes de las islas del Pacífico; la bosa de Macedonia; la kwass de los rusos, y la braga de Rumania.

Una ciudad renombrada por su cerveza era Pelusium en las bocas del Nilo. El célebre geógrafo griego Estrabón (60 AC) cita que esta bebida estaba muy extendida en Alejandría.

En cuanto a Plinio, el viejo (23-79), famoso polígrafo latino, quien escribió Historia Natural en treinta y siete libros, verdadera enciclopedia que ofrece una espléndida documentación acerca de los conocimientos de la época, menciona el uso de la cerveza en España con el nombre de celia y cería, y en la Galia con el de cerevisia o cervicia.

Platón la llamaba cerialis liquor, refiriendo que esta bebida era usada en la fiesta de la Diosa Ceres.

Virgilio hacía referencia a bebidas fermentadas, que usaban en vez de vino los pueblos del norte.

En el siglo XIV se formaron los gremios de cerveceros; en 1541 se elaboró en Nuremberg cerveza blanca por primera vez; en 1591 se inauguró en Munich la cervecería de la corte, Hofbräuhaus, que a partir de 1614 elaboró excelente cerveza, reconocida no sólo por los buenos bebedores.

Se deben los extraordinarios progresos que ha hecho la industria cervecera al celo que ha tenido en aprovechar todos los descubrimientos científicos e industriales modernos relacionados con ella.

EL ELIXIR DE LA LONGEVIDAD

Una vieja leyenda que circula por Europa atribuye a un príncipe germano, que llamaban Gambrinus, la fabricación de la primera cerveza.

Éste era un hombre robusto, alegre, plácido y bonachón; no le gustaban los conflictos ni las guerras.

Experimentando durante largo tiempo, logró obtener la rubia bebida y se aficionó tanto a ella que casi no comía, remplazando el alimento por enormes cantidades de cerveza.

Así pasó su vida sin sobresaltos y bebiendo copiosamente hasta que la muerte vino a llevarlo cuando tenía 30 años. Se relata que antes de morir expresó: “Si hubiera bebido más cerveza habría vivido más”. Con estas palabras atribuyó propiedades de longevidad a la popular bebida.

JARRAS DE COLECCIÓN

Muchas personas tienen placer en coleccionar objetos de las más variadas especies: muñecas, encendedores, abanicos, botellas, mates, lapiceras, monedas y medallas, relojes, banderines, etc. En el mundo no son pocos los que tienen interés por coleccionar jarras de cerveza, en especial las de origen alemán.

En nuestra provincia tuve oportunidad de ver, en Gobernador Crespo, una colección perteneciente al señor Máximo Lazzarini. Algunas me sorprendieron por su belleza, otras por los mensajes que poseían, varias por la rareza que ostentaban como la que representaba al castillo del Mago Merlín, o bien por el impacto que produjeron en mi imaginación tal como si, a través de una neblina argentada, fuera trasladada a otras épocas y observara la euforia de antiguos bebedores riendo y cantando, brindando y filosofando.

Las palabras que decoran también estas jarras les dan, algunas veces, un estilo jocoso; otras, sentencioso, como asimismo alusivo a algún acontecimiento especial. Una jarra (Tankard) de plata dice Zum 50 gebustasg (Para el 50 cumpleaños). Tiene iniciales grabadas e indudablemente ha sido un regalo.

Un consejo se desprende de la que dice: “Macht nie lebens müd” (Nunca tengas una vida aburrida), lo mismo que la que expresa: “Bier Lieb u Lied” (Ama la vida y el canto). Es decir que ambos proponen disfrutar de la existencia.

En “Helfen zu Freud u machen Jung” (Ayudan para la alegría, ayudan a ser joven) el mensaje es: las jarras con cerveza nos alegran y nos vuelven jóvenes precisamente por ello; “In Wald und auf de Heide” (En la selva y en el campo) siempre es bueno, se esté donde se esté, beber cerveza; “Füllen und leeren” (Llenar y vaciar), es decir, se debe beber copiosamente. Las jarras de cerveza que tienen tapa según se especifica en la leyenda siguiente son consecuencia de las bromas de ciertos personajes mitológicos.

UNA IDEA INGENIOSA

El pueblo alemán gusta enormemente de la cerveza, a tal punto que es la bebida nacional del país germano.

Hace muchos pero muchísimos años, en Baviera, la gente comenzó a notar extraños sucesos cuando -en fiestas populares o en las familias- al tomar la espumosa y dorada bebida, se sentía dolor de estómago; en las reuniones de amigos podía suceder que la bebida careciera de espuma o bien desapareciera misteriosamente de la jarra del bebedor.

En los hogares se perdían periódicamente una o dos jarras que la dueña de casa había lavado y ordenado meticulosamente en un estante, para aparecer posteriormente en cualquier parte de la casa o bien en el exterior, al lado de un árbol o escondida entre las flores del jardín. Todos estaban intrigados, no podían entender lo que estaba sucediendo.

Un viejito creyó saber lo que pasaba, atribuyendo lo acontecido a los duendes quienes, a su entender, de noche entraban en las casas y se metían en las jarras volviéndose invisibles, para gastar ese tipo de bromas a los humanos y -al hacerlo- se divertían intensamente.

Entonces, como era un hábil artesano: fabricó tapas para las jarras de cerveza y desde ese momento los duendes no pudieron realizar más travesuras. Ése es el origen de este tipo de recipiente, que nació en Alemania merced al ingenio de un abuelo.

UN PACTO MUY ESPECIAL

En Flandes, antiguo territorio del noroeste de Europa distribuido en la actualidad entre Francia, Holanda y Bélgica, vivía en el pueblo de Fresnes, un joven aprendiz de vidriero.

El muchacho se enamoró intensamente de la hija de su patrón; su ardoroso corazón chispeaba con destellos que iluminaban su esperanza.

No pudiendo ocultar más su pasión por ella, le declaró su amor. La jovencita lo rechazó sin contemplaciones, provocándole un intenso dolor. Hondamente herido y decepcionado, el aprendiz se internó en el bosque para quitarse la vida; pensaba que su existencia carecería de valor si no tenía junto a sí a su amada y sufría por sus nubladas ilusiones.

Justo en el momento de cercenar su vida se le apareció el diablo, quien le propuso un pacto: si le daba su alma, él le daría un don que posiblemente lo ayudaría a ganarse el amor de la bella doncella. Si no lo conseguía con este don, él le daría el remedio para que se olvidara de ella para siempre.

El joven aceptó y, mediante su maléfica hechicería, el demonio lo transformó en un músico y también en un bailarín excelente.

Regresó con su violín en las manos y a partir de ese momento el instrumento fue la orquesta y el regocijo de la gente. Como músico extraordinario alegró bailes, amenizó bodas, animó fiestas populares. Cuando descansaba se ponía a bailar con tal gracia y arte que embobaba a los presentes y hacía latir ardientemente el corazón de las muchachas.

Logró cariño, fama y popularidad; todo esto obtuvo menos el amor de la causante de la pérdida de su alma. Entonces, el diablo le enseñó a fabricar una bebida desconocida y extraña, de blanca espuma y con un ligero amargor en el gusto, que le curaría el mal de amores.

El muchacho comenzó a elaborarla y a beberla; a medida que lo hacía se alegraba y se le iba borrando el recuerdo de aquel amor no compartido. Finalmente, se vio libre de la pena y comenzó a ser feliz. Éste es el origen de la cerveza, bebida que se esparció por el mundo y hoy tiene millones de adeptos.

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Una vieja leyenda que circula por Europa atribuye a un príncipe germano la fabricación de la primera cerveza.

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Algunos le atribuyen propiedades de longevidad a esta popular bebida.