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Los Hermanos Musulmanes se posicionan

Por Anne-Beatrice Clasmann - DPA

Junto con el partido del presidente Hosni Mubarak, los Hermanos Musulmanes son considerados una de las agrupaciones políticas mejor organizadas de Egipto. Eso hace casi imposible llegar a un compromiso estable sin contar con su participación, a pesar de que no pocos egipcios liberales y gobiernos del hemisferio occidental los ven con recelo.

Dado que el movimiento es consciente de que el mundo occidental, los cristianos de Egipto y los descendientes de la antigua burguesía los miran con escepticismo, los Hermanos Musulmanes han adoptado una postura más moderada de lo usual estos días.

Esta semana, destacaron a través de un comunicado que no presentarán un candidato para las próximas elecciones presidenciales y anunciaron su disposición a dialogar con el vicepresidente Omar Suleimán. Antes, habían rechazado cualquier diálogo mientras Mubarak no presentara su dimisión.

Hasta el momento, los analistas independientes afirman que los Hermanos Musulmanes parecen estar vinculados con el ex jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica, el premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, cuya imagen no está desgastada y cuenta con la aceptación de Estados Unidos.

El Baradei ha pasado muchos años de su vida en el extranjero y hasta el momento no se ha enfrentado con ninguna de las agrupaciones de oposición egipcias, en parte muy enemistadas entre sí.

Distinta es la postura de los Hermanos Musulmanes hacia el “consejo de sabios”, al que observan con cierta reticencia, al igual que a los intentos de mediación del secretario general de la Liga Árabe, Amr Mussa.

Mussa y El Baradei han manifestado su interés en presentarse como candidatos a las elecciones presidenciales de septiembre. Mussa cuenta con muchos seguidores, por lo que podría actuar con mayor independencia que El Baradei, cuyo futuro podría depender del respaldo de los partidos menores y de los Hermanos Musulmanes.

Desde la perspectiva de las agrupaciones opositoras, el vicepresidente Suleimán queda descartado para la etapa tras Mubarak, ya que fue jefe del servicio secreto egipcio y por lo tanto es considerado miembro de las filas del actual mandatario.

Pero todavía no se puede decir quién será el ganador en El Cairo. Lo único que parece ser seguro es que ninguno de los políticos de los partidos de oposición ya establecidos cuentan con suficiente respaldo en la población como para presentar su candidatura al cargo máximo.