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UIA: el revés de la trama

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Héctor Méndez. Su renuncia señala la profundidad de la crisis.

Archivo El Litoral

El conflicto en la central manufacturera tiene componentes políticos. En segundo nivel aparecen disputas hegemónicas. En ese mar de fondo, Fisfe batalla por mantener la representatividad de las Pymes.

 

Félix Canale

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La presente semana puede ser decisiva para la integridad de la Unión Industrial Argentina, sumida en un choque frontal de opiniones. La situación afloró la semana pasada con la renuncia indeclinable del presidente de la entidad, Héctor Méndez, presionado por otros directivos bajo la acusación de querer romper el acuerdo de alternatividad entre listas oponentes (Celeste y Blanca y Grupo Industriales) para ocupar el máximo cargo de la institución.

En la agrupación Celeste y Blanca se encolumnan las empresas de mayor tamaño y en general las multinacionales; a su vez, representa una línea de pensamiento más inclinado hacia formulaciones de libertad de mercado.

Por su parte en el Grupo Industriales, aunque cuenta entre sus adherentes con gigantes como Techint y Arcor, la presencia de las Pymes es muy importante y a partir de ellas la representatividad de las regiones del interior del país con mayor desarrollo industrial.

Dentro de esa representación de medianas y pequeñas industrias se destaca claramente la Federación de Industrias de Santa Fe (Fisfe). En principio, por su estructura unificada (hay provincias que tienen hasta cuatro organizaciones representándolas) y de esta unidad surge su poder, al considerar el producto bruto que genera. Por estas razones, no hay que perder de vista la entidad santafesina en la actual coyuntura.

El conflicto

El conflicto saltó a las luz hace una semana, cuando Javier Madanes Quintanilla (dueño de Aluar y de Fate), aunque no pertenece a la UIA, propuso que se realizaran en la entidad elecciones internas abiertas, desconociendo el acuerdo de alternancia. Incluso fue más allá y puso bajo sospecha a los equipos técnicos de la central empresaria, los mismos que en noviembre de 2008 comenzaron a difundir sus propias estadísticas sobre el desempeño industrial, refutando los números del Indec.

Para sorpresa de muchos, Cristiano Ratazzi (Fiat, vicepresidente 5º de la UIA) y el autopartista Rodolfo Achille (prosecretario 2º), ambos de la lista Celeste y Blanca, apoyaron públicamente la iniciativa de Madanes.

Desde el interior de Fisfe, un dirigente dice a El Litoral: “No hay que ser ingenuos. Madanes les hace el juego a algunos integrantes de la Lista Celeste y Blanca, que desde hace tiempo vienen cocinando la idea de no respetar el acuerdo. No son todos, pero las adhesiones muestran de quiénes se trata”.

La misma fuente apunta a otra interpretación, de acuerdo con la cual la propuesta del dueño de Aluar de crear un consejo de notables dentro de la UIA, responsable por el diseño de la estrategia fabril, es un intento de copamiento de la entidad por parte de los grandes holdings, silenciando la voz de las Pymes.

La interna

Interpretaciones aparte, lo cierto es que la idea de no respetar el acuerdo se dinamiza a partir de algunas contradicciones internas del Grupo Industriales, a la hora de designar su candidato a la presidencia de la UIA.

Hasta finales del año pasado, José de Mendiguren, secretario de la entidad, era el candidato único. Pero repentinamente Techint lo rechazó y propuso en su lugar a Adrián Kaufmann, gerente general de RR.II. del Grupo Arcor y actual vicepresidente 4º de la UIA. La designación del candidato de consenso, que debía salir en diciembre, se postergó, y las discusiones para unificar criterios se mantienen aún hoy.

Kaufmann, arquitecto, Magíster en Dirección de Comunicación Institucional, ejecutivo de Arcor desde 1993, es resistido desde el interior de Industriales por varios motivos. Uno de ellos es indirecto. “El problema es que tanto Arcor como Techint tienen un serio enfrentamiento con el gobierno. Un candidato impuesto por ellos será visualizado de arranque como de gestión conflictiva, y las Pymes no estamos de acuerdo con eso”, dice un integrante de Fisfe.

Luego agrega: “Queremos que llegue a la presidencia alguien que represente al sector pequeño y mediano, mientras que Arcor y Techint exigen que sean sus candidatos. Ninguna de esas dos empresas pueden representar los intereses de las Pymes”.

Otra fuente, esta vez de la UIA, aporta a El Litoral otro ángulo de análisis: “Kaufmann es un excelente recurso humano, no sólo para Arcor, pero con muy poco entrenamiento en la actividad gremial empresaria. Por eso insistimos con De Mendiguren, quien tiene mucho más ejercicio gremial, conoce claramente la situación de las Pymes, y tiene más cintura política a la hora de negociar. Nosotros, como Pymes, necesitamos tener diálogo fluido con el gobierno”.

Los tiempos

Dirigentes empresariales santafesinos, conocedores del día a día en las negociaciones, admitieron a este diario que los tiempos se agotan y que, a más tardar en la presente semana, debería surgir un acuerdo.

El tema, dijeron, es que para las Pymes no es fácil discutir con Techint, porque precisamente esta empresa es la que facilitó la conformación del Grupo Industriales, dándoles a las pequeñas y medianas industrias una voz que antes no tenían. Por esas vueltas de la historia (o sus contradicciones) ahora discuten con Paolo Rocca (dueño de Techint), al que todos reconocen como mentor de la fuerza gremial de las Pymes manufactureras.

Así las cosas, todo lleva a pensar que de la flexibilidad que pueda aportar Rocca a través de Luis Betnaza, el más encumbrado ejecutivo de Techint, vicepresidente 2º de la UIA e interlocutor con las Pymes del Grupo Industriales, dependerá el futuro inmediato de la central empresaria.

Reacción en cadena

Consultado sobre la propuesta de Javier Madanes Quintanilla de llamar a elecciones abiertas en la central empresaria, Guillermo Moretti, dirigente de Fisfe y vicepresidente 8º de la UIA, tuvo una respuesta tajante: “Fue una movida personal de algunos grandes empresarios. La UIA es tan importante que no quieren romperla; quieren quedarse con ella”.

Agregó: “Madanes habla con total desconocimiento del funcionamiento de la entidad. Yo lo invitaría a que venga a conocerla y, de paso, se interiorice sobre la calidad de nuestros equipos técnicos, antes de opinar sobre ellos”.

También se lo consultó sobre los dichos de Cristiano Ratazzi, de Fiat, quien comparte la idea de llamar a elecciones, argumentando que “los acuerdos no pueden ser eternos”.

“Ratazzi es incomprensible. Él se benefició del actual acuerdo para llegar a la vicepresidencia. Parece no entender que, luego de muchos años de confrontaciones internas, lo mejor para la entidad era hacer una síntesis de los dos grupos que se enfrentaban. Ratazzi prefiere seguir con la confrontaciones, que no conducen a ningún lado y ahondan las diferencias”.