El proyecto ya ingresó al municipio

Proponen restaurar la antigua casona de bulevar y Alvear

Es parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad pero, tras años de abandono, tiene un avanzado estado de deterioro. La idea es que funcionen oficinas comerciales. Detrás de la casa proyectan construir un edificio y 4 niveles de cocheras.

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La casa, construida en 1922, perteneció a Josué Gollán, un reconocido Ing. Químico que fue tres veces rector de la UNL. Fue una de las primeras edificaciones de estilo pintoresquista que se hicieron en la ciudad. Foto: Luis Cetraro

 

De la Redacción de El Litoral

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En bulevar Gálvez y Alvear, frente al colegio Adoratrices, la silueta de una antigua casona erigida en 1922 sobrevive al abandono. Aunque sólo permanecen en pie algunos muros y parte de la estructura del techo, su condición de Patrimonio Arquitectónico de la ciudad impone su recuperación. Al menos así lo entiende la actual gestión municipal, que recibió hace pocas semanas un proyecto de inversores privados para restaurarla.

La propuesta -que espera aprobación de las autoridades- fue diseñada por el estudio de arquitectos Cuesta y contempla, además, la construcción de un edificio de alta gama de 17 pisos en el terreno contiguo (aunque podría ampliarse a 20), con entrada por calle Alvear. La inversión total estimada para las dos obras es de 4.500.000 de dólares.

“La Municipalidad debe garantizar que se restituya el bien porque forma parte del patrimonio de la ciudad”, explicó Eduardo Navarro, secretario de Planeamiento Urbano. De ahí la insistencia por recuperar una estructura que está casi en ruinas y que opaca la belleza arquitectónica del conjunto de construcciones del tradicional bulevar de la ciudad.

Antecedentes

En su origen, la vivienda perteneció al Ing. Químico Josué Gollán, un ex rector de la Universidad Nacional del Litoral en tres períodos: 1934-1943, 1945-1946 y 1957-1962. Pero desde 1989, pertenece a Guillermo Bonet. “Cuando la compré hacía 20 años que estaba cerrada. Tenía problemas de filtraciones en los techos y perdía el tanque de agua, lo que provocó que todas las paredes tuvieran problemas de fisuras y fundaciones. Además, las bovedillas estaban corroídas y podridas”, contó.

En 1994, se hicieron algunas reformas para transformarla en una chopería, que no prosperó. “Por problemas económicos el proyecto quedó detenido”, agregó el propietario, quien una década después presentó una nueva propuesta, muy similar a la actual. “Pero el expediente se trabó en el Concejo, hubo problemas con la aprobación y fracasó”, resumió Bonet, lo que fue en realidad un largo capítulo legislativo. Durante los últimos cinco años, “la casa no se tocó, sólo se le hizo un apuntalamiento para evitar que colapse y se deteriore más”.

Ahora, “la idea es respetar la silueta original de la casa. Nada de lo que está en pie se puede tumbar, tenemos que reconstruir sobre lo existente”, explicó el arquitecto Nicolás Cuesta.

Poco queda en pie

Del relevamiento inicial, los profesionales dedujeron que “quedan pocos elementos originales en pie”. Los cimientos, los muros exteriores y algunas losas están en buen estado. Pero es necesario reconstruir techos, contrapisos, aberturas, instalaciones sanitarias y eléctricas y todas las terminaciones. “Intentaremos que al menos la estructura exterior contemple lo que era la casa en su origen con la mayor exactitud posible”, aseguró Cuesta, quien sostiene que la puesta en valor “demandará lo mismo que si hiciéramos una casa nueva”.

Para eso, proyectan colocar la misma cubierta liviana de tejas sobre una tirantería de madera y reconstruir el piso con mosaicos calcáreos y graníticos. Las persianas metálicas, hoy completamente oxidadas, serán reemplazas por otras de características similares.

Para los arquitectos fue “un desafío” congeniar visualmente la casa con el edificio porque “sin dudas impactará la diferencia de tamaño entre uno y otro”. De todos modos, sobre bulevar, ya se construyó otra torre. Con la intención de “establecer un vínculo armonioso entre ambas estructuras y despegarlas un poco, resolvimos colocar cuatro pisos de cocheras en el medio”, explicó Cuesta.

“La idea es que en la planta baja de la casa funcionen locales comerciales”, adelantó Bonet.

Con el proyecto presentado en el municipio, la casona de bulevar y Alvear inició un nuevo camino hacia su reconstrucción. Si obtiene la factibilidad, podrá comenzar a transitarlo. De lo contrario, seguirá en ruinas, aunque su estado de abandono no admite más dilaciones.


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4,5

millones de dólares

es la inversión estimada para recuperar la casa y construir el edificio.

///FICHA TÉCNICA

Ubicación: Bulevar Gálvez 2010.

Construcción: se inició en el año 1922 según fotos y croquis traídos por la familia Gollán en uno de sus viajes a Europa.

Reformas: en 1946 se la subdividió en dos casas independientes, una en planta alta y otra en planta baja. En 1994 se quitaron paredes interiores y bovedillas y se hicieron 4 columnas con la idea de instalar una chopería, la cual nunca se concretó.

Propietario original: Josué Gollán, Ing. Químico y rector de la UNL en tres oportunidades.

Estilo: Pintoresquismo doméstico.

(Fuente: Inventario. 200 obras del patrimonio arquitectónico. El Litoral).