De la redacción de El Litoral

La joven dramaturga argentina Maruja Bustamante aborda en esta obra -como en la anterior, la premiada “Adela está cazando patos”- temáticas por fuera de una urbanidad abrumadora, retratos descentralizados del espíritu de otras regiones de nuestro país. En el elenco se inscriben los nombres de Monina Bonelli y Valeria Lois, que llegan para presentarse este sábado, a las 21.30, en Loa Espacio Proarte AGM, la sala ubicada en 25 de Mayo 1867.

Según adelantan las hacedoras del espectáculo respecto de los ejes de la pieza, la Tierra se congeló cerca de los mares; en Argentina hay que ir a Córdoba o a la montaña; la Gringa y la Polaca vienen bajando por el río Paraná; la Gringa está embarazada; llevan un bote, una lanza y remos; son dos mujeres que compartieron un hombre; la travesía hacia Córdoba las encontrará con obstáculos reales, emocionales y fantásticos; ingenuas y desnutridas quedaron solas en el mundo; sólo llevan sus recuerdos y sus rencores que ya no les sirven de nada; la Polaca fiambrera, la Gringa maestra de escuela primaria.

En un cruce entre realismo autóctono y ciencia ficción, “Paraná Porá” plantea desde lo estético texturas que enrarecen una atmósfera ensoñada, al borde la pesadilla, cruzando lana y plástico, acompañando el clima de una naturaleza agonizante. Elementos reciclados, plástico, madera y cartón. La materia prima de la desesperación. No se cuidó lo que se tenía y ahora sólo quedan los restos.

Dar a luz una esperanza

En “Crítica teatral”, el consagrado crítico Gabriel Peralta sostuvo bajo el título “Caos, pasiones y esperanzas a la deriva”, que una poética y a su vez devastadora visión del futuro nos ofrece la obra “Paraná porá”, con dramaturgia y dirección de Maruja Bustamante.

Y esa devastación se siente más profundamente, cuando los personajes y las geografías transitadas en esta odisea fluvial, se identifican como propias. Todas las referencias del pasado como del presente de estas mujeres se encuentran impregnadas de argentinidad, tanto en sus amores, como en sus tragedias, en sus traiciones, y hasta en ese modo tan argentino de dar a luz, en un parto cruel, una esperanza.

Bustamante pinta un futuro apocalíptico, en donde en una barcaza (muy buena creación de Gustavo Dieguez y Lucas Gilardi) dos mujeres, en medio del caos, tratan de poner en orden su pasado, plagado de desencuentros y rivalidades. Y así ese entrecruce entre un presente caótico con pasados que nunca se acaba por componer, en la inestabilidad de una barcaza sobre un río que pareciera que nunca tiene puerto u orilla, obra como una metáfora nada tranquilizadora de esta parte del mundo.

Pero para que este universo tan extrañado que propone Bustamante conmueva, dos actrices le dan fibrosa carnadura a esos personajes, siempre tan al límite entre lo que dejaron de ser y la incertidumbre por lo que vendrá. Los continuos virajes emocionales de estas mujeres que van de la introspección al grito, de la comedia al dolor, del odio a la fraternidad, obligan a Monina Bonelli y Valeria Lois a utilizar una amplia gama de registros de actuación, en un estupendo juego lúdico. Y en eso va el mérito de María Urtubey directora de actuación de la obra.

Es interesante cómo impacta, por contraposición, la elegante presencia de la arpista Sonia Álvarez en escena, que tiene a su cargo interpretar la música de la obra que lentamente se va convirtiendo en un personaje más. Otro hallazgo es el desgarrador vestuario diseñado por Candelaria Aaser. El diseño de iluminación de Javier Casielles logra muy buenos climas abarcando lo íntimo y lo vasto. Amores -reflexiona por último Peralta-, pasiones, apocalipsis y esperanzas “a la argentina”, eso es ni más ni menos “Paraná porá”.

Cabe recordar que Valeria Lois se formó con Pompeyo Audivert, Ciro Zorzoli, Alejandro Catalán y Paco Gimenez entre otros; Monina Bonelli es actriz, dramaturga, directora y gestora cultural egresada de la Emad y ha sido programado y productora general del teatro El Cubo y que Maruja Bustamante es actriz, dramaturga y directora de teatro. Se formó como actriz Helena Tritek y Ricardo Bartís, en dramaturgia con Mauricio Kartun, y Ariel Barchilón.