Al menos 8.649 los muertos y 13.261 desaparecidos

La reconstrucción japonesa costará U$S 235 mil millones

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Miembros de los equipos de rescate buscan entre los escombros en la ciudad de Ishinomaki, que fue borrada por el tsunami. Foto: EFE.

El sismo y tsunami causaron daños que superan el 4 % del PBI nipón. El Banco Mundial estima que llevará cinco años de trabajo.

 

De la Redacción de El Litoral

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Patricia Souza - EFE

La ingente labor de reconstrucción de la costa de Japón barrida por el tsunami movilizará cifras astronómicas, que apenas comienzan a intuirse, para superar unos daños equivalentes en hasta el 4 por ciento del PIB nipón.

El gobierno japonés prepara dos presupuestos extra para la reconstrucción mientras el Banco Mundial estimó hoy que se necesitarán hasta cinco años para superar la devastación causada por el sismo y tsunami del día 11 de marzo en la zona noreste del país.

Son al menos 8.649 los muertos y 13.261 los desaparecidos por la catástrofe, que ha borrado pueblos enteros, destrozado miles de edificios, cerrado fábricas, interrumpido el suministro de electricidad y materiales, y coartado el comercio de Japón, muy dependiente de su sector exportador.

Según un informe divulgado hoy por el Banco Mundial, los daños causados por el sismo serán de entre 122.000 y 235.000 millones de dólares, es decir, del 2,5 y el 4 por ciento de su Producto Interior Bruto.

La necesidad de reconstruir miles de infraestructuras destruidas se topa con una economía japonesa con lento crecimiento, la amenaza de un yen fuerte que limita sus exportaciones y una elevada deuda pública (el doble de su PIB), que el gobierno pretendía rebajar.

A falta de que el Ejecutivo especifique sus necesidades presupuestarias, algunas financieras estiman que el costo de la reconstrucción japonesa oscilará entre 5 billones (43.536 millones de euros) y 10 billones de yenes (87.072 millones de euros).

Algunos políticos como Shizuka Kamei, del Nuevo Partido del Pueblo y que fue ministro con el gobernante Partido Democrático, consideran que incluso 20 billones de yenes (174.144 millones de euros) “no serían suficientes”.

Ello a mayores del presupuesto del año fiscal que comienza en abril por un valor récord de 92,4 billones de yenes (804.500 millones de euros), en el que el Gobierno de Naoto Kan trató de limitar la emisión de deuda.

Desde su llegada al poder en junio de 2010, Kan ha insistido en la necesidad de rebajar la ingente deuda pública y reformar el sistema de seguridad social en el país que envejece más rápidamente del mundo y tiene casi un cuarto de su población mayor de 65 años.

Un objetivo que se aleja con las necesidades de reconstrucción, que obligarán a una ingente inversión pública, además de a la contribución de empresas y bancos, sobre todo del área afectada.

Medidas de emergencia

Desde el sismo, el Banco de Japón (BOJ) ha inyectado un récord de 38 billones de yenes (330.668 millones de euros) de liquidez en los mercados para evitar el pánico de los inversores y los desplomes en la Bolsa de Tokio, hoy cerrada por ser jornada festiva en Japón, por el equinoccio de la primavera.

Junto al G7, Japón acordó una intervención coordinada para rebajar el precio del yen, en niveles máximos frente al dólar tras el seísmo, ya que el aumento de la cotización de la divisa japonesa complica el comercio e incrementa el coste de la deuda.

La referencia hoy para muchos analistas es el terremoto de Kobe en 1995, de 7,2 grados en la escala Richter y que causó más de 6.400 muertos, que al Banco Mundial le permite augurar que los flujos comerciales japoneses se ralentizarán solo durante unos trimestres.

En 1995, las importaciones niponas se recuperaron plenamente en el plazo de un año y las exportaciones repuntaron al 85 por ciento mientras tres sucesivos proyectos presupuestarios gubernamentales alcanzaron los 4 billones de yenes (34.828 millones de euros).

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El anciano de 88 años japonés Rikio Ito se sorprende al ver al perro de un vecino con vida, al retornar a su hogar por primera vez desde el tsunami.

Foto: EFE

Preocupación

La Organización Mundial de la Salud se mostró hoy “muy preocupada” por las altas dosis de radiación detectadas en alimentos en el norte de Japón. “Las cosas han cambiado desde la semana pasada”, explicó hoy un portavoz de la organización desde Ginebra. Hace una semana, la OMS aseguró que, de producirse contaminación, ésta sólo afectaría a productos agrícolas en un radio de 30 kilómetros respecto a la central de Fukushima. Sin embargo, los últimos informes apuntan a que el problema podría estar más extendido. En Japón se han detectado elevados niveles de radiactividad en espinacas, leche y agua potable de la región.

/// EL DATO

Detectan humo en el reactor 2 de Fukushima

La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón informó hoy de que se ha avistado humo en el reactor 2 de la planta nuclear de Fukushima, después de que se detectara en el reactor 3 una columna de humo que ya ha parado. Según el organismo, el humo sale de la parte posterior del edificio donde se encuentra el reactor 2, sin que de momento se haya determinado su origen. Poco antes se había informado de humo gris saliendo de la unidad 3, una de las que causa más preocupación a los expertos, que obligó a evacuar ese área aunque ya ha parado, según la agencia local Kyodo.

Por su parte, el director general del OIEA, Yukiya Amano, aseguró hoy que la situación en la central nuclear de Fukushima sigue siendo “muy grave” pero mostró su total confianza de que los esfuerzos de la autoridades japonesas permitirán superar la crisis.

Amano, que acaba de regresar de una visita relámpago a su país para recabar información de primera mano sobre lo sucedido, reconoció que “la crisis aún no ha sido resuelta” y que “altos niveles de radiación han sido medidos en las inmediaciones de la central”.

Amano reconoció además que tras el accidente nuclear de Fukushima se deben revisar los estándares de seguridad atómica y también el actual esquema de respuesta internacional en caso de emergencias.

En su discurso de apertura de una reunión extraordinaria de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Amano dijo en Viena que el actual marco de respuesta “fue diseñado tras el desastre de Chernóbil (Ucrania) en 1986, antes de la revolución de las tecnologías de la información”.

Por eso, agregó, “el papel del organismo en la seguridad nuclear debería ser reexaminado, junto con el rol de los estándares de Seguridad (del OIEA)”.