El diario quedó sin distribuir ayer en Buenos Aires

El gobierno dice que el bloqueo a Clarín es “un conflicto sindical”

Tomada convocó para hoy a las partes, pero la empresa insiste en que no hay conflicto. Fuertes repudios de la oposición y entidades periodísticas. Piden juicio político a Garré.

 

De la redacción de El Litoral

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El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, negó hoy que el gobierno o el jefe de la CGT, Hugo Moyano, estén detrás del bloqueo a la planta de impresión del diario Clarín, y rechazó que la protesta, que calificó como “un conflicto laboral de larga data”, constituya “un ataque a la libertad de prensa”. Asimismo, aseguró que la presidenta Cristina Fernández lo instruyó ayer “para que avanzara lo más rápidamente posible” para resolverlo. En tanto, el gerente de Comunicaciones Externas del Grupo Clarín, Martín Etchevers, aseguró que “no existen” conflictos colectivos gremiales y consideró que se trata de instalar la versión de un problema sindical para “correr el eje de la noticia”.

En declaraciones a radio La Red, Tomada -el único integrante del gobierno que se pronunció hoy sobre el tema, luego de los dichos de ayer en el mismo sentido del ministro del Interior, Florencio Randazzo- sostuvo que “el Grupo Clarín cree que está exento de cumplir la legislación argentina en materia de representación sindical en todas sus empresas”, confirmó que este mediodía encabezaría una reunión entre las partes en la sede de la cartera laboral y apuntó que designará “un inspector adentro de la planta para que verifique los hechos que se denuncian”.

“Ayer mismo, apenas tomamos conocimiento del tema, intervinimos y convocamos a la reunión de hoy (al mediodía), lo que provocó el levantamiento de la medida”, aseguró el funcionario, para desmentir que el gobierno no haya actuado ante el bloqueo de la salida de los diarios. Sobre las causas del bloqueo, refirió que “hace poco tiempo logramos que la empresa acatara fallos de primera y segunda instancia que disponían la reincorporación de los trabajadores” pero “según dicen estos delegados, hay unas trabas permanentes al desarrollo de la actividad sindical”.

“No hicieron nada”

Por su parte, Etchevers desmintió la versión oficial y añadió que, en medio de una pulseada con el gremio gráfico, “probablemente la impresión del diario no se hubiera realizado”. Por el contrario, lo ocurrido frente a la planta impresora fue “un bloqueo de la edición ya lista, destinado a evitar su distribución”. También ratificó que las plantas donde se imprimen Clarín y la revista Viva “operan con normalidad”.

Según el directivo, “lo que se está queriendo hacer es correr el eje de la noticia frente a lo que sucedió, que es un incumplimiento de dos medidas judiciales muy claras que le impedían a estos manifestantes bloquear los diarios, y que le obligaban al Estado evitar estos bloqueos”.

Etchevers relató por radio El Mundo que “la denuncia fue efectuada a la medianoche y en 12 horas no pudimos lograr que la policía haga nada. Se apostó en el lugar, fueron llegando efectivos, pero nunca hizo nada para asegurar la salida de los camiones”.

En cuanto a la intervención del gremio de camioneros, Etchevers señaló que “a las 5 de la mañana había alrededor de 20 ó 30 manifestantes identificados con remeras que además cantaban consignas vinculadas con el líder de su gremio (Hugo Moyano), diciendo que no se metan con él porque se iba a armar lío”.

Repudio

Los principales referentes de la mayoría de los partidos de la oposición criticaron hoy con dureza los bloqueos de ayer, se los atribuyeron a Moyano, y advirtieron que impulsarán juicio político contra la ministra de Seguridad, Nilda Garré.

///OPINIÓN

¿Y mañana qué?

Adepa

El domingo 27 de marzo de 2011 quedará inscripto en la historia de la democracia argentina como uno de sus días más oscuros en materia de libertad de expresión. El derecho de los ciudadanos a informarse, presupuesto básico del sistema democrático, fue avasallado ante una indiferencia manifiesta y sospechosa del gobierno.

La pasividad policial frente al bloqueo que impidió la distribución de los ejemplares del diario Clarín constituye uno de los mayores atentados a la libertad de prensa que se haya registrado desde 1983 a la fecha. El Poder Ejecutivo ha desconocido lo ordenado por la Justicia. Los pilares republicanos se han resquebrajado en la Argentina.

La obstrucción de la planta impresora de Clarín es el último eslabón de una larga cadena de ataques a la libertad de expresión. En los últimos cien días hubo una escalada de agresiones contra el periodismo independiente y otras manifestaciones de la libertad de expresión.

A mediados de diciembre pasado, la planta de AGR, que imprime las revistas Viva para Clarín y Rumbos para 19 diarios de distintos puntos del país, permaneció bloqueada por una semana. Impedir la circulación de diarios es un delito previsto en el Código Penal. Por lo tanto, el juez Gastón Polo Olivera prohibió los bloqueos, entendiendo que el eventual derecho a manifestarse no puede cercenar la libertad de prensa, y notificó su pronunciamiento a la ministra de Seguridad, Nilda Garré. No obstante, el 14 de enero se produjeron nuevas obstrucciones; esta vez afectando la distribución de los diarios Clarín y La Nación. La Justicia volvió a pronunciarse en el mismo sentido y, doce días más tarde, los bloqueos afectaron a una decena de diarios de la ciudad de Buenos Aires. El 17 y el 18 de marzo el jefe de prensa de la CGT y su titular lanzaron múltiples amenazas dirigidas a la prensa.

Este conjunto de medidas de acción directa y actos de intimidación tuvo como respuesta oficial el silencio y la inacción. El gobierno no debe vulnerar la libertad de expresión ni tampoco debe abstenerse de actuar cuando otros la vulneran o hacen uso de la fuerza que tendría que monopolizar el Estado.

El último acto de esta lamentable saga enciende una alarma que deberían atender todos los ciudadanos. Lo que se está vulnerando en nuestro país es la libertad sobre la que se apoya el resto de las libertades, las que suelen apreciarse debidamente cuando se pierden. Hoy se asfixió a la madre de todas ellas. Mañana puede ocurrir lo mismo con todas las demás.

En blanco

El matutino Clarín publicó hoy su portada en blanco, en protesta por el bloqueo de 12 horas que impidió su circulación dominical y del diario deportivo Olé. En tanto, en el interior de la publicación sí editó su habitual tapa, en la que su título principal es “Fuerte repudio por el bloqueo a Clarín”.

“Un apriete para que no se hable de corrupción”, resumió la nota editorial, en la que se remarcó que “la libertad de prensa es un presupuesto básico de la democracia” y se aseguró que se trata de “una extorsión disfrazada de militancia”.

Advirtió que “los fascismos, sean del color que fueren, persiguen el control de los medios y la manipulación informativa”.

“La acción coordinada de grupos kirchneristas y otros afines al líder de la CGT, Hugo Moyano, y la omisión cómplice de las autoridades han causado un daño que trasciende por mucho a los perjuicios económicos de la empresa”, enfatizó Clarín en su editorial. También advirtió sobre “las campañas rastreras por la cadena de medios oficiales contra periodistas que no comulgan con el catecismo oficial. Han llegado ahora a la acción directa. Y en este proceso, es notable el ensañamiento contra el Grupo Clarín”, apuntó.

Secuencia

Manifestantes bloquearon ayer durante doce horas la salida de los diarios Clarín y Olé y demoraron la expedición del matutino La Nación.

Una fiscal ordenó la identificación de los responsables, el cese de la contravención y la detención de quien se resista, pero la policía no intervino.

Directivos de los diarios, Adepa, SIP y legisladores nacionales cuestionaron el piquete y apuntaron a Moyano, que negó cualquier vinculación.

Clarín presentó denuncias penales al señalar que la medida generó “un daño muy grande, irreparable” que dejó unos 600 mil ejemplares inmovilizados.

Hoy se presentaron pedidos de juicio político contra la ministra de Seguridad, Nilda Garré, por no evitar que la protesta impida la salida de los diarios y desobedecer fallos judiciales previos.

El gobierno insistió en que se trata de un conflicto sindical y el Ministerio de Trabajo convocó para hoy a las partes.

Otros manifestantes repitieron hoy la modalidad de protesta e impidieron la distribución de correspondencia en una agencia de correo privada.