Concordia

Joven grave al estallar una cocina para estirar cocaína

Una joven de 22 años se encuentra en delicado estado de salud y con el 85 por ciento del cuerpo quemado debido a la explosión registrada en una vivienda del centro de Concordia en la que presuntamente se estiraba cocaína.

La mujer fue identificada como Elisabeth Tamay, oriunda de Chajarí, y dedicada a la prostitución. Por el hecho está detenido un proxeneta vinculado con la joven, Rafael Benítez de 45 años, a quien le retuvieron dos fajos con 6.000 dólares y 2.000 pesos.

Según relata en su edición de hoy El Diario de Paraná, los hechos resultan aún confusos y están en plena investigación. Todo tuvo inicio cuando ingresó al hospital Masvernat de Concordia una joven envuelta en una sábana con gravísimas quemaduras en todo el cuerpo y fue ingresada al nosocomio por dos mujeres que rápidamente desaparecieron sin brindar explicación alguna.

Luego de identificarla como Elisabeth Tamay se intentó dar con el proxenta vinculado con la joven -Rafael “Chupete” Benítez- ya que se pensó en un caso de agresión donde el hombre de 45 años le hubiese prendido fuego a la joven y se lo detuvo en un auto de su propiedad con una fuerte suma de dinero en su poder. Sin embargo, “Chupete” habría explicado que el dinero tenía como destinataria a la madre de la víctima, a quien el proxeneta había llamado para que se hiciera cargo de la joven y la trasladara al Instituto del Quemado de Buenos Aires.

En busca de pruebas que permitieran reconstruir el modo en que resultó lastimada Elizabeth, la policía pidió varias órdenes de allanamiento para revisar algunas viviendas relacionadas con Benítez.

De ese modo, llegaron hasta una vieja casona de Las Heras y Laprida, cerca del centro de Concordia, en la que vivía Tamay. En una de las habitaciones de la amplia y antigua construcción ubicada en una esquina, encontraron un panorama asombroso: el lugar estaba cubierto de polvo blanco, con una pared derrumbada y varios muebles y ropa carbonizada.

De a poco, pudieron reconstruir la historia: alrededor de las 3.30 se habría producido una fuerte explosión que derrumbó una vieja pared de 30 centímetros de ancho, causando daños hasta en la cañería de agua y esparciendo por todos lados cocaína que habría sido estirada en el lugar. Recorriendo el lugar, los policías encontraron cocaína esparcida hasta en la vereda del domicilio.

Especulaciones

En un primer momento se especuló con que podía tratarse de una “cocina”, como se denomina a los laboratorios precarios en el que se realiza uno de los últimos procesos para obtener el clorhidrato de cocaína, o si se trataba de un lugar donde se buscaba aumentar el volumen la droga, para lo cual generalmente se usa bórax, lactosa o Manitol, anfetaminas, talco o algún anestésico derivado de la coca, como la procaína o novocaína.

Sobre los motivos de la explosión, todavía no hay claridad. Al cierre de esta edición, se dejó trascender que podría haber sido causada por el contacto de una fuente de calor con las emanaciones de los precursores químicos utilizados para fabricar la droga, como el éter y la acetona, a lo que se agrega el kerosén que contiene la pasta base.