Aunque están en buen estado

La inseguridad desalienta en muchos casos la utilización de las ciclovías

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Pozos y estrechez El tramo que va desde Hernandarias y Urquiza hasta Estanislao Zeballos y Facundo Zuviría tiene el asfalto deteriorado. Asimismo, hasta el Puente Negro esa vía es muy angosta. Foto: Luis Cetraro.

El pasto está cortado y el asfalto en buenas condiciones, pero muchos no se atreven a utilizar estos caminos por miedo a los arrebatos que se producen a diario. Por la noche son intransitables por la falta de iluminación.

 

De la Redacción de El Litoral

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Tanto el gobierno municipal como el provincial promocionan el uso de la bicicleta como medio de transporte en Santa Fe. Y, si bien la ciudad cuenta con vías especialmente diseñadas para este vehículo, muchos santafesinos evitan utilizarlas por miedo a ser víctimas de un robo.

En una recorrida de El Litoral, se detectó que, en general, las bicisendas se encuentran en buenas condiciones -césped cortado, asfalto alisado-, pero la falta de iluminación y la inseguridad son los problemas principales.

Muchos tramos se volvieron inseguros y, por lo tanto, nadie los utiliza. En este sentido, la escasa iluminación aumenta el peligro que sienten los vecinos.

El trayecto más desolado es el que va desde el Puente Negro hasta Facundo Zuviría y Estanislao Zeballos. Entre esas cuadras, la ciclovía no se encuentra paralela a ninguna calle, por lo que la zona circundante es poco transitada.

Por la tarde, se ven algunos trabajadores que emprenden el camino a casa -la mayoría de la zona norte- por esta vía. Muchos de ellos aseguran que no llevan nada de valor por precaución. Lo mismo sostuvo una joven que suele salir a caminar desde Lavaisse y 9 de Julio hasta el Parque Federal. “Voy por acá (por la ciclovía) porque es el único camino que tengo para llegar al parque. Pero salgo únicamente a la tarde, cuando todavía hay luz, y no llevo absolutamente nada. Acá si vas caminando con un celular en la mano o una cartera, te roban seguro”, aseguró Mariana F.

Un poco más al norte, en Hernandarias y Urquiza, un vecino señaló que esa zona es particularmente peligrosa. “Falta iluminación y ya le han robado a varios. El último asalto fue a una chica joven, a la que casi le parten la cabeza contra el cordón de la vereda, hace dos días”, comentó Miguel Ángel Brussa, que vive en esa esquina.

Esta situación se repite en la ciclovía paralela a Vélez Sarsfield. Muy pocos se atreven a transitarla, ya que los ciclistas se sienten mucho más seguros -y además disfrutan del paisaje- por la costanera.

Por el contrario, la bicisenda que nace en bulevar Gálvez y Pedro Vittori es una de las más concurridas. Sin embargo, los santafesinos la transitan exclusivamente durante el día o la tarde. Apenas oscurece, se convierte en una boca de lobo y queda desierta.


Desolado

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Entre el Puente Negro y Estanislao Zeballos y Facundo Zuviría, la ciclovía no corre paralela a ninguna calle, por lo que sus alrededores lucen desiertos. Foto: Luis Cetraro

Boca de lobo

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Cuando anochece, las ciclovías se convierten en lugares desolados. Prácticamente nadie se anima a transitarlas por la inseguridad. Foto: Pablo Aguirre


¡Cuidado con las motos!

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Algunos vecinos se quejaron de que la ciclovía es utilizada por las motos, por el peligro que esto significa. Foto: Luis Cetraro

Hacia el norte

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Los trabajadores que vuelven a sus casas son los usuarios habituales de la ciclovía que va desde bulevar hasta Facundo Zuviría. Aseguran que no llevan nada de valor por temor a ser asaltados. Foto: Luis Cetraro