“Cada persona es una obra de arte”

ASí EXPRESó Rocco Toscani, el fotógrafo italiano que realizó una producción fotográfica en nuestro país y habló con Nosotros sobre la belleza, la mujer y su profesión, la misma de su padre: el mundialmente conocido Oliviero Toscani, fotógrafo de Benetton.

TEXTOS. Florencia Arri. FOTOS. Gentileza Colombo-Pashkus

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“Si la mujer se siente elegante para sí misma entonces es elegante, logra conmover a alguien de algún modo”, sostuvo el reconocido fotógrafo.

Hay una historia en los ojos que vive en su brillo y se enciende al parpadear. Un misterio, una vida, un alma que los enciende y queda congelada ad infinitum en una fotografía. Esa esencia, bella por naturaleza más allá de todos los cánones; ésa es la presa que Rocco Toscani captura al disparar el obturador.

O como prefiere explicar en un inglés de marcado acento italiano, “busco en los ojos de quien está frente a la cámara, porque en ellos está la historia que voy a captar y a contar con la imagen. Para traducirlos necesito entenderlos; por eso me gusta fotografiar gente de todos los días, mirarla a los ojos cuando me la cruzo en la calle porque no puedo buscar un significado de antemano en esas personas; necesito el encuentro”.

Esa pasión que lo motiva y lo impulsa a mirar al mundo tras la lente nació con su primer respiro, la lleva en la sangre. Si bien cursó estudios en el Instituto de Arte de Chicago, “estaba en la actividad antes de darme cuenta. Desde muy chico solía ir con mi padre a los estudios fotográficos” y a los 24 comenzó a trabajar como director del mundialmente conocido estudio de su padre. Es hijo de Oliviero Toscani, reconocido fotógrafo de United Colors of Benetton, que rompió tabúes socioculturales en las décadas de 1980 y 1990, encendió la controversia y corrió los límites al tiempo que hizo crecer la marca en todo el mundo.

Fue quien emprendió junto a Rocco un viaje por toda Italia para documentar las diferencias y rasgos comunes de los rostros italianos. Padre e hijo en un proyecto común: mirar a los ojos, capturarlos, para crear “Razza Umana/Italia”, algo más que un portfolio. “De él aprendí. Siempre me influenció su manera de enseñarme, su trabajo. Es uno de los mejores artistas que conozco, no sólo soy afortunado de tenerlo y de que me enseñe sino también de conocerlo y entender su trabajo. Tengo esperanza de un día llegar a ser tan bueno como él”, comentó.

LA BELLEZA ES AUTOCONFIANZA

Rocco Toscani visitó nuestro país para realizar una campaña publicitaria particular. Para su gusto y piaccere -se dijo “no soy muy adepto a las modelos, a mannequins; me gusta la gente de todos los días”- realizó una producción de fotos junto a Andrea Frigerio en la que tuvo como modelos “a mujeres de todos los días”.

A la hora de explicar razones, expresó que “la belleza es algo que todas tienen, no el ser consideradas bellas o responder a los estándares de belleza. Es algo propio, algo que surge cuando la persona se siente cómoda consigo misma. Si se siente cómoda, elegante para sí misma, entonces puede ser elegante con sólo vestir una remera blanca. La belleza es autoconfianza, si la mujer se siente elegante para sí misma entonces lo es, logra conmover a alguien de algún modo”.

Para este hombre de moda, de imagen, “cada uno tiene su propia belleza; cada persona es una pieza de arte: puede gustar o no pero tiene su propia belleza. Puede ser bella para unos y no para otros pero no deja de tenerla según quien la aprecie; es bella por sí misma. Ésa es la belleza de la que hablan sus ojos. Cada uno tiene la propia, es lo que debo encontrar al tomarle una foto. Desde allí, el hecho de contar una historia sobre el pelo, la ropa o lo que sea reside en la persona, no en el cabello o en la prenda; la historia surge de cada uno”.

UN HOBBY

Esta cosmovisión, de la que da cuenta en sus producciones, también se expresa en su hobby: es fanático de los pájaros, a los que fotografía con tanta o más dedicación que los caballos, que también figuran entre los preferidos.

Este pasatiempo “comenzó hace cinco o seis años -contó-. Me gustan mucho los animales y los pichones en particular porque creo que aumenta mi sensibilidad. No los puedes tocar ni quieren ser tocados, pero tienes que crear una relación con ellos. Son diferentes a un perro o un caballo porque no se puede sentir cómo respiran o si sienten miedo; para fotografiar a un pájaro hay que entenderlo, se debe ser muy sensible para leerlo”.

“Es similar a lo que hago con las fotos -agregó-, hay que sentir, percibir desde la distancia, sin hablar o tocar; cuando hay alguien se para frente a la cámara y yo lo analizo para entenderlo”.

A un mes de cumplir sus 31 años, este joven fotógrafo que halla belleza en lo más simple reconoció que le gustaría asemejarse a su padre “en su coraje: el coraje de tomar proyectos y llevarlos hasta el final sin miedo. Cada vez que tiene una caída, una falla, comienza otra vez con más fuerza; tiene mucho coraje en su trabajo y en su vida, y eso algo que admiro mucho de él”.

La moda bajo la lupa

En un ejercicio de autocrítica, Rocco Toscani sostuvo que “la moda es una mala industria porque tiende a trabajar en un sólo estándar de belleza: cuando hay muchas personas diferentes que usan los mismos jeans es aburrido mostrar siempre a mujeres muy delgadas usándolos. Es bueno investigar otros parecidos, normales, en personas de todos los días”, agregó.

Desde allí, contó que trabajar para la industria de la moda “no es algo que quiera hacer todos siempre. Hay que empujar la barrera un poco más lejos cada día; hacerlo un poco mejor dependiendo de cada trabajo. Los cambios no se hacen de un día para el otro, hay que seguir lo que dice el cliente y poner un poco de gusto propio en cada trabajo. Es una situación de dar y tomar donde cada uno hace lo suyo”.

+ información

En la web

www.roccotoscani.com.

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