Vacunarán a preadolescentes contra el papiloma virus

La vacuna contra el virus del papiloma humano fue incorporada al calendario oficial este año, pero recién estará disponible en nuestra provincia en el segundo semestre. Evita la infección por algunas cepas de ese virus, que produce cáncer de cuello uterino

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. EL LITORAL.

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Las niñas de 11 años deberán comenzar a vacunarse a mediados de este año.

Para el segundo semestre de este año estará disponible en nuestra provincia -y en todo el país- una nueva vacuna, que ya fue incorporada al Calendario Nacional de Inmunizaciones, al igual que la antineumocócica.

Se trata de la que sirve para prevenir el contagio con el virus del papiloma humano (VPH), tal como fuera anunciado a principios de febrero por el Ministerio de Salud de la Nación. Pero ¿a quién está destinada esta vacuna y de qué enfermedad protege?.

La directora de Promoción y Protección de la Salud de la provincia, Andrea Uboldi, recordó que recibirán esta inmunización -que permite evitar contraer cáncer de cuello uterino- sólo las niñas que tengan 11 años.

Cabe aclarar que el uso de esta nueva vacuna no reemplaza los controles médicos habituales (Papanicolaou y colposcopía) que deben hacerse las mujeres y no es terapéutica, por lo que no brinda protección a aquellas que ya se encuentran infectadas con el VPH.

El Instituto Nacional del Cáncer de Argentina (INC) plantea que la vacuna anti VPH ha demostrado una efectividad del 100% contra las cepas oncogénicas 16 y 18 del virus del papiloma humano, contenidas en las dos vacunas que se están comercializando, causantes del 70% de los casos de cáncer cervical o de cuello uterino. En principio, precisa, está autorizada para la vacunación de mujeres prepúberes y hasta los 26 años, con tres dosis en el término de seis meses.

Los Papilomavirus Humanos (VPH) son virus epiteliotropos (que infectan la piel y las mucosas) pertenecientes a la familia Papilomaviridae. Han sido identificados más de 100 tipos virales distintos que causan lesiones en la piel y las mucosas. El gran impacto de estos virus en el campo sanitario surgió con el conocimiento de su posibilidad de producir cáncer (lo que se denomina potencial oncogénico) y de su asociación con tumores humanos, en particular, con el cáncer de cuello uterino.

ALGUNAS CEPAS

Los VPH se transmiten sexualmente y causan infecciones sumamente frecuentes, infectando el tracto anogenital. En más del 90% de los casos, las infecciones son inocuas y desaparecen por sí solas sin necesidad de tratamiento.

Como toda infección de transmisión sexual (ITS) existen distintas posibilidades de evitarla: impidiendo el contacto con el agente causante (teniendo sexo seguro, usando preservativos), protegiéndonos previamente al contacto con éste (en este caso, a través de esta vacuna) o protegiéndonos inmediatamente después de haberlo tenido para evitar la infección (profilaxis luego de la exposición).

Los VPH fueron subdivididos en dos grupos sobre la base de su potencial oncogénico: los VPH de bajo riesgo (tipos 6, 11, 42, 43 y 44, entre otros), comúnmente presentes en las lesiones benignas, y los VPH de alto riesgo (tipos 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82), los cuales, en la forma de infección persistente, pueden conducir a la progresión maligna.

CONTROLES MÉDICOS

La Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil advierte -en este sentido- que “la vacuna es un valioso elemento para la prevención de la infección por VPH y debe ser considerada en toda adolescente y mujer joven”.

Sin embargo, remarcó que “las pacientes no tienen que dejar de hacerse el Papanicolaou y la colposcopía en forma anual y sistemática durante toda la etapa reproductiva. Lo peligroso sería pensar que porque se ponen la vacuna no necesitan otros cuidados. No se trata de la solución a las enfermedades de transmisión sexual sino que es una herramienta más para prevenir el cáncer de cuello, uno de los más frecuentes cánceres ginecológicos en la mujer”.

También advierte que “sigue siendo indispensable el uso de preservativo y no deberían embarazarse durante la aplicación de la vacuna”, al tiempo que añadió que, en la consulta con su médico, estas adolescentes deben revisar si están vacunadas contra hepatitis B y recibir educación sexual y de prevención de la salud integral.

Muertes por año

El cáncer de cuello de útero causa aproximadamente 290.000 muertes de mujeres a nivel mundial cada año. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que en América Latina y el Caribe más de 37.600 muertes se producen debido al cáncer de cuello de útero.

También, son causantes del 35 al 50% de los casos de displasia cervical: CIN 1; displásicas vulgares: VIN 1 y VaIN 1, y del 90% de los eventos de verrugas genitales y papilomatosis respiratoria recurrente. En 2007, según la Dirección de Estadísticas e Información de Salud, del Ministerio de Salud de la Nación, las mujeres mayores de 15 años fallecidas por cáncer de cuello uterino en todo el país fueron 2.507; en provincia de Buenos Aires, 897; la ciudad de Buenos Aires, 192: y en la provincia de Jujuy, 56 mujeres.

Cáncer cervical

Según el Instituto Nacional del Cáncer de Argentina (INC), el cuello del útero o cérvix forma parte del sistema reproductor de la mujer y está ubicado en la pelvis; es la parte inferior, estrecha del útero (matriz).

Produce una mucosidad que, durante la relación sexual, ayuda a los espermatozoides a moverse desde la vagina por el cérvix hacia el interior del útero. Durante el embarazo, el cérvix se encuentra fuertemente cerrado para ayudar a mantener al bebé dentro del útero. En el parto se abre para permitir el paso del bebé por la vagina.

Los tumores en el cérvix pueden ser benignos o malignos. Los pólipos, quistes o verrugas genitales son tumores benignos que rara vez son una amenaza para la vida. En cambio, del cáncer cervical sí es un tumor maligno y algunas veces puede poner la vida en peligro e invadir tejidos y órganos cercanos. La infección con el virus del papiloma humano (VPH) es la causa principal del cáncer cervical.