Causa Díaz Bessone en Rosario

Piumato con fuertes imputaciones contra la camarista Laura Cosidoy

El dirigente cegetista declaró ayer en el marco de la causa Díaz Bessone, en la que se investigan crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. Piumato dijo que la actual camarista debe someterse a un jury de enjuiciamiento. La jueza, por su parte, se defendió, aunque reconoció: “Le debo lealtad a Galtieri porque me salvó la vida”.

 

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Corresponsalía Rosario

El secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato, declaró ayer al mediodía en el Tribunal Federal Oral N 2, en el marco de la causa Díaz Bessone, y cargó contra la jueza Laura Cosidoy, a quien acusó de “incitar” a los detenidos por razones políticas a “colaborar” con “información”. “Les decía que era amiga del general (Leopoldo Fortunato) Galtieri, que era por entonces comandante del II Cuerpo del Ejército, y que comía asados muy usualmente en la Quinta de Funes”.

Piumato declaró en la causa que investiga crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en el centro clandestino de detenciones que funcionó en el entonces Servicio de Informaciones (SI) de la policía local. La presencia del secretario general del gremio de Judiciales en el TOF 2 fue solicitada por la defensa de la ex detenida Marta Bertolino, sobreviviente del SI cuyo marido, Oscar Manzur, el ex gremialista de la Sanidad, permanece aún desaparecido. La abogada Gabriela Durruty solicitó a Piumato, quien estuvo detenido entre 1976 y 1982, como testigo para que explique por qué “el genocidio ocurrido en el país tuvo como principal objetivo a la clase trabajadora”.

El referente de la CGT contó que durante su detención conoció a dos presos rosarinos, José Aloisio y Eduardo Nasini quienes permanecen desaparecidos, que habían sido trasladados a la cárcel de La Plata en 1979, cuando se “levantó” la prisión de Coronda luego de las denuncias sobre violaciones contra los derechos humanos en la zona del II Cuerpo de Ejército, que eran investigadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Cosidoy, quien se desempeñaba como defensora oficial, según el relato de Piumato, se trasladaba a la cárcel de La Plata para hablar con los detenidos santafesinos. “Laura Cosidoy visitaba a los detenidos que tenían causa federal en calidad de defensora federal. En esas visitas al Gringo Aloisio y el Tortuga Nassini daban cuenta de la bajeza de la conducta de esta persona, que iba con vestimenta provocativa mostrando sus partes pudendas de manera de cautivarlos, y después sin ningún tipo de vergüenza les proponía que si ellos colaboraban y le daban información de lo que pasaba allí, podía interceder ante Galtieri”, afirmó ayer el dirigente gremial en su declaración.

“Les decía (a los detenidos) que era amiga del general (Leopoldo) Galtieri, que era por entonces comandante del Segundo Cuerpo del Ejército, y que comía asados muy usualmente en la Quinta de Funes”, agregó.

Piumato opinó tras su testimonio que están dadas las condiciones para pedir un jury de enjuiciamiento contra la camarista Cosidoy, “con la larga lista de testigos que están dispuestos a testimoniar en el proceso en su contra”.

Una excusación

En marzo de 2009, Cosidoy, quien integra el Tribunal Oral Federal N 2, se excusó de formar parte del juzgamiento de la causa Díaz Bessone, y reveló para apoyar su estrategia de apartarse del caso que Galtieri le salvó la vida y que si estuviese vivo “no podría juzgarlo”.

En una entrevista con el diario El Litoral, Cosidoy había manifestado: “A Galtieri le debo la vida, porque para el resto de los que eran las fuerzas de operaciones que integraban militares y policías, mi cabeza no valía dos pesos. Se han inventado muchísimas historias en relación a Galtieri y a mí, pero también se inventaron con jefes de policía y con ministros”.

Hoy a la mañana, Cosidoy salió a rechazar la versión que dio Piumato ante el TOF 2, aunque confirmó la relación que tuvo con el ex jefe del II Cuerpo de Ejército: “Le debo lealtad a Galtieri porque me salvó la vida”.

“Piumato desconoce mis antecedentes como defensora oficial. Yo desempeñé el cargo de defensora oficial desde el 76. En 1983 fui confirmada en el cargo y en el 92’ fui nombrada juez. Yo visitaba a todos los presos durante la dictadura. Yo no podía prometerle nada a los detenidos”, sostuvo la camarista en diálogo con LT10.