Anoche en La Guardia

Convocaron a una reunión por inseguridad y la policía no fue

 

De la Redacción de El Litoral

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La policía llegó cuando todo había terminado. A las 19.35, un disparo de escopeta interrumpió por unos segundos una reunión de vecinos en el jardín La Costerita, en La Guardia centro. Los presentes se miraron de reojo y siguieron esperando en un ambiente tenso, cargado.

El motivo del encuentro frustrado, organizado para las 19 por la vecinal, era la inseguridad en el barrio costero. Es que, dicen que hace tres meses, “los balazos se escuchan a toda hora”.

El más esperado en el lugar fue el comisario Sebastián Pereira Márquez, recientemente designado al frente de la subcomisaría sexta. La presidenta de la organización barrial, Claudia Franco, lo había invitado personalmente al encuentro. Pero nunca apareció.

En el patio de la institución, alrededor de 100 habitantes de la zona aguardaron la llegada del comisario, mientras ensayaban malabares para espantarse sin éxito los mosquitos (grandes y bravos).

Entre cachetazo y cachetazo, comentaron la situación que atraviesan. Nadie dudó en afirmar, con bronca y preocupación, que es insostenible vivir entre el fuego cruzado de los delincuentes que a cualquier hora se enfrentan a los tiros en la calle.

Todos saben quiénes son los que se robaron la tranquilidad de La Guardia, pero nadie se anima a apuntarlos por temor a las represalias y porque actúan con total libertad. Tanto es así, que estuvieron en la reunión de brazos cruzados, “vigilando”.

“¿Escuchaste el tiro? No vayas a creer que fue un petardo. ¿Ves el de gorrita y el de pelo largo? Son ellos los que andan a los tiros, están acá con sus familias para ver quién dice algo y después se encargan”, dijo un vecino en voz baja y ocultándose detrás de una columna. Una demostración de poder e impunidad; eso significó para la gente del lugar ese balazo al aire que en plena reunión hizo temblar a todos.

Pereira Márquez nunca apareció por el jardín, pero a las 19.55 a La Costerita llegó una explicación desde la comisaría: “No va a asistir porque tuvo un problema familiar”. Para esa hora, los vecinos ardían de bronca. “Qué casualidad, justo hoy tuvo un problema”, dijeron algunos con sorna.

“No sé de qué nos asombramos si siempre es lo mismo, llegan cuando ya pasó todo. O no llegan nunca”, resumió un vecino mientras caminaba para la salida y zamarreaba un hombro.

A la presidenta de la vecinal se le impregnó en el rostro la decepción y la tristeza de todos los habitantes de La Guardia, que anoche se reunieron para intentar solucionar un problema que, “en cualquier momento, se puede quedar con la vida de un inocente”.

Otra explicación

Y así fue. Cuando todos se fueron del jardín “a masticar la bronca a casa”, llegó Reynaldo Kienner, el jefe de la Octava Zona de Inspección, a la que corresponde el distrito costero.

La explicación sobre la ausencia de Pereira Márquez en el lugar fue diferente de la primera que salió de la comisaría. Concretamente, dijo que no asistió porque debían invitarlo mediante una nota “para que él informe a Gobierno y de Gobierno bajen al barrio”.

Las distancias generada por la burocracia se advertían largas en las caras de la gente del barrio, como cada tardecita, cuando niños de dos o tres años tienen que correr a refugiarse al escuchar los disparos.

“Fui personalmente a pedirle que venga y me dijo que sí. Ahora me dicen que tenemos que elevar una nota y volver a organizar la reunión. Esa fue la explicación que tuvimos”, argumentó Franco.

De buena voluntad, los vecinos se reunieron con la intención de buscar una salida. Incluso, como en La Guardia todos se conocen, también convocaron a los padres de los delincuentes para pedirles que tomen medidas con sus hijos.

“Nos arriesgamos adelante de ellos para que salga a la luz lo que hacen y la policía no viene. Ahora quedamos expuestos porque nos movilizamos y no sabemos qué pueden llegar a hacer”, dijo preocupada una señora mientras se retiraba del jardín. “¿Qué hago yo si mañana me balean un hijo?”, remató.

“Queríamos darle una respuesta a la gente y no pudimos. No me gusta defraudarlos pero evidentemente, no todos pensamos igual”, lamentó la presidenta.

El que sí fue y atajó, hasta donde pudo, los reclamos de los vecinos fue el responsable municipal del Distrito de La Costa, Hugo Marchetti.

“Vine para ver qué podemos aportar desde la gestión para solucionar los problemas. Vemos que falta iluminación en las calles”, dijo.