Las víctimas tienen 15 años
Golpeaban y drogaban a las chicas obligadas a prostituirse
Un taller de motos funcionaba como pantalla de la vivienda de calle Ex Combatientes de Malvinas 6421 del barrio Santa Marta, donde se albergaban las menores.
Foto: Alejandro Villar
Así lo determinó la Justicia provincial, que procesó al dueño de casa, por el delito de “promoción y facilitamiento de la prostitución de menores”. Una denuncia por fuga de hogar desbarató el negocio sucio.
Juliano Salierno
La denuncia de un padre que intentaba recuperar a su hija de 15 años derivó en una investigación judicial, mediante la cual se logró comprobar que, junto con la menor buscada, había otras dos chicas de su edad que eran obligadas a ejercer la prostitución con personas mayores.
Micaela se fue de su casa a mediados de febrero, al parecer tentada por una mujer de 26 años encargada de reclutar chicas jóvenes y vulnerables. Por lo general las conocía de los bailes o de la calle, y de a poco lograba intimar con ellas para luego llevarlas a una casa de la que difícilmente podrían escapar.
Sin embargo, Ramón, el papá de Micaela, sabía dónde podía estar su hija, porque el año pasado le tocó atravesar una situación similar. Por comentarios de vecinos llegó hasta una vivienda de calle Ex Combatientes de Malvinas y Hermanos Figueroa, donde funcionaba un taller de motos.
También le dijeron que allí “habita una persona mayor de edad, que tiene a chicas menores y las obliga a prostituirse”, y para completar el cuadro supo por boca de otros que habían visto a su hija prostituyéndose junto a otras menores por avenida Blas Parera.
Se la negó
Decidido a terminar con semejante abuso, Ramón fue una vez más a la casa de barrio Santa Marta -o Ceferino Namuncurá- a pedir la entrega de su hija menor. Y para su sorpresa, se encontró con el dueño de casa diciéndole que ahora “la chica le pertenecía”.
Desconcertado, recurrió a la Seccional 7ma., donde aportó los datos de la casa y de quienes habitaban en ella.
La tarde del viernes 18 de febrero, la Justicia ordenó un allanamiento en la casa de calle Ex Combatientes de Malvinas 6421, donde se encontró no con una, sino con tres jovencitas de entre 13 y 15 años. Dos hombres y una mujer que estaban ahí fueron acusados por el delito de “promoción y facilitamiento de prostitución de menores”. Estuvieron detenidos varios días, hasta que se estableció el grado de responsabilidad que le correspondía a cada uno.
La causa, que se inició con una orden de allanamiento del juez de Instrucción Primera Jorge Pegassano, pasó al Juzgado de Instrucción Sexta, a cargo del Dr. Sergio Carraro. También intervinieron la División Judicial y el Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar y Sexual de la URI.
Los padres de dos de las menores -con pedido de paradero- optaron por continuar con la acción legal una vez recuperadas las chicas. Fue así como el 23 de marzo último, el juez Carraro dictó el procesamiento de David Slaminski, el dueño de casa, por el presunto delito de “promoción y facilitamiento de la prostitución de menores” y confirmó el estado de prisión preventiva que venía sufriendo el hombre de 58 años.
En cambio, los otros dos involucrados recuperaron la libertad. La chica que reclutaba a las menores recibió el sobreseimiento por declararse “inimputable”; mientras que el hombre de 40 años que fue arrestado junto con Slaminski recibió la “falta de mérito”, ya que no se alcanzó a comprobar su vínculo en el negocio.
Golpeadas y drogadas
Si bien las chicas no prestaron testimonio durante la primera etapa de la investigación, los informes psicológicos indican que las menores “permanecían en dicha vivienda, a raíz de haber sido engañadas a acudir al lugar por parte de Vanina G. y allí eran obligadas a mantener relaciones sexuales con hombres. Para ello eran amenazadas y golpeadas, como así también se las obligaba a ingerir bebidas alcohólicas y drogas”.
La psicóloga que las atendió indicó que las chicas “se veían obligadas a permanecer contra su voluntad en el lugar y que además eran sometidas a malos tratos y obligadas a mantener relaciones sexuales con distintos hombres que llegaban al sitio”, indica la resolución.
Por contrapartida, Slaminsky negó todo tipo de intervención en los hechos y sostuvo que las menores permanecían dentro de su casa porque habían llegado en compañía de Vanina G. a quien le alquila una pieza. Además negó haber mantenido relaciones con las menores, o en su caso obligado a mantener relaciones en el lugar con otras personas.
En detrimento de esa versión se encuentra la prueba de que en el lugar “se pudo verificar la existencia de diversas habitaciones con sus respectivas camas y gran cantidad de profilácticos en cada una de las habitaciones”.
A su vez se sospecha del motivo de la presencia del otro imputado, que “se limitó a decir que se encontraba en la vivienda de su amigo transitoriamente y de visita”.