Esta noche

Santafesino de allende los mares

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“Siempre que quería aprender algo musical me iba a ese país. No lo conozco de mentas, me voy al sitio y aprendo lo que tengo que aprender”, reflexiona el artista. Foto: Flavio Raina

El cantautor Diego Massimini, radicado en España, presentará un repertorio vinculado con los ritmos latinoamericanos en el Foro Cultural Universitario.

 

Ignacio Andrés Amarillo

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El compositor, cantante y guitarrista Diego Massimini, que lleva más de 20 años viviendo en España, brindará lo mejor de su repertorio personal con la presentación de “Lo que trae el río”, un show donde estarán presentes el tango, el folclore y canciones que pasan por la bossa nova, las baladas y el jazz. El concierto será esta noche desde las 21 en la Sala Saer del Foro Cultural Universitario (9 de Julio 2150).

“Traigo un montón de canciones nuevas, que tienen más que ver con la Argentina que con lo que hago en Europa, porque son cosas más folclóricas, o de tango”, contó el artista en diálogo con El Litoral.

—Y en Europa, ¿qué repertorio estás haciendo?

—Depende: desde que llegué a Europa hacía música brasileña o tango, y tocaba mucho en pubs, donde hacía mucho repertorio brasileño y de cantautores de allá. Eso como trabajo, pero ya en la parte de producción propia suelo trabajar en teatritos, elijo sitios mejores que tocar en bares. En España, hay costumbre de los cantautores de tocar en bares, pero tenés que comerle mucho la cabeza a la gente para que preste atención. No me gusta esa cosa de tener que convencer dialécticamente a la gente cuando la canción lo tiene todo. Por eso prefiero tocar en teatros o salas más preparadas.

La partida

—¿Qué te llevó a Europa?

—La crisis que había aquí de la devaluación del ‘89-’90, fue horroroso. Ya en aquella época pensaba en irme, y me regalaron un pasaje y me fui.

Fue muy sacrificado, la gente que me convenció para ir me dijo que había mucho trabajo, pero cuando llegué a Canarias era más o menos como aquí: tenés que transigir, tocar cosas que no me convencían.

Empecé a trabajar en bares universitarios, donde podía hacer otro tipo de canción latinoamericana, más cercana intelectualmente a lo que yo pensaba. A partir de ahí fue muy lenta la historia, hasta que empecé a hacerme un poquito conocido y manejarme con gente más o menos reconocida de allí, y todo viento en popa. Pero tampoco es la panacea, no es todo felicidad.

También trabajo como técnico en sonido, en festivales de música u obras de teatro, de títeres, y compongo para obras de teatro.

—Al principio fue en Canarias...

—Sí, lugar al que vuelvo siempre, porque lo adoro, tengo amigos increíbles allá; pero vivo en Santiago de Compostela.

—Un lugar histórico...

—Maravilloso, además.

De aquí, allá

—¿Cómo es esto de hacer música latinoamericana viviendo en Europa?

—No lo veo tan descabellado, la música latinoamericana por suerte se conoce: se conoce a Mercedes Sosa, a Caetano Veloso, a Chico Buarque de Hollanda. Se conocen cosas cercanas a ahí, porque Canarias está muy enraizada con Venezuela y Cuba; y Galicia por supuesto con Argentina. Por ese lado, hay una conexión. En Galicia, es imposible encontrar a alguien que no tenga a un tío o primo que viva aquí.

—Y Canarias estaba en la ruta de los barcos a América...

—Exactamente. Gran Canaria y La Palma tienen más conexión con Cuba, las otras con Venezuela.

—¿Y cómo es para uno que lleva años allá mantener ese sonido?

—Primero que me gusta; y yo viajé toda mi vida, siempre que quería aprender algo musical me iba a ese país. No lo conozco de mentas, me voy al sitio y aprendo lo que tengo que aprender.

En ese sentido, no creo haberme equivocado nunca, todo lo que hice para aprender estuvo bien hecho.

El viernes (por ayer) toco en Rafaela con un músico brasileño, Gladston Galliza, y el Negro Aguirre; para mí éstas son cosas importantes, para eso me ha servido el aprendizaje, haber ido a Brasil.

El terruño

—¿Tira volver?

—La realidad argentina ha cambiado: no la mentalidad argentina, pero Santa Fe está bonita, hay movimiento; lo que no se traduce en cultura; pero me imagino que este fenómeno, de seguir rodando, tirará para el lado de la cultura. Es la primera vez que encuentro bien a la Argentina... creo que hay más movida cultural en el Chaco, donde estuve tocando, porque están más enraizados con la tierra que nosotros.

O en Paraná, geográficamente con el río, y se nota a la hora de componer. No sólo el Negro, que es la cabeza visible: atrás subyace un grupo amplio de gente muy linda, que hace cosas preciosas que la mayoría de la gente desconoce.

Santa Fe (no es una crítica, se ha dado así) siempre ha tirado más hacia el rock que hacia la parte intrínseca del ser nativo. No está mal, es otra visión de la cosa.

Que los rosarinos lleven la voz cantante de la cuestión folclórica me parece bien porque son talentosos, pero nosotros somos más propietarios de esa identidad, porque somos una ciudad menos industrializada, somos mucho menos habitantes y ellos son más parecidos a la gente de Buenos Aires.