El negocio creció 116,7%

Girasol: una campaña que sorprendió

Los números de la campaña indican que, por la combinación de mayores precios y un incremento de la cosecha del 48.6%, se duplicó el valor del negocio en el último año.

Asagir

A pesar de los factores que vienen perjudicando al cultivo desde hace unos pocos años, la coyuntura internacional y el clima favorable arrojaron una campaña que sorprende a los girasoleros más optimistas. Esta nueva realidad sirve para reposicionar a uno de los cultivos emblema de la Argentina y permite insistir en la conveniencia de diversificar desde el punto de vista del riesgo económico y ambiental.

Aún hoy pesan sobre el girasol retenciones del 30% para el aceite y del 32% para la semilla, números impensados para un cultivo que ha visto perder su terreno histórico y que es y será clave en la sustentabilidad del sistema agrícola argentino. Sin embargo, a fuerza de factores externos y a la voluntad de sus productores, el girasol recupera el espíritu y hace crecer las esperanzas de quienes desean más superficie.

Los números de la campaña indican que, por la combinación de mayores precios y un incremento en la producción debido al clima favorable, se duplicó el valor del negocio en el último año. La variación productiva entre una cosecha y otra es del 48,6% (3,3 millones de toneladas versus las 2,22 millones del año anterior, que aún están lejos de las 4,65 millones de la campaña 2007/08). Ese hecho y el aumento ponderado de precios del 45,8% hicieron que el negocio creciera 116,7%. Claro que si Argentina hubiera mantenido el buen nivel productivo de 2007/08, el negocio hubiera crecido 205,5%.

Los motivos están principalmente en los precios. Es que, si bien el consumo interno de aceite y pellets se mantiene estable, como el de aceite es una mínima fracción (28% de la producción) y el de pellets tiene menor valor relativo, puede afirmarse que el negocio girasol creció, por lo menos, al doble, a los precios del 28 de marzo pasado.

Análisis de precios

A esa fecha el precio FOB del aceite era superior en 46,5% al de hace un año (U$S/tn 1260 versus 860). En tanto, el precio de los pellets creció 41,9% (U$S/tn 220 versus 155). Si el precio del girasol es 85% aceite, el incremento ponderado FOB es de 45,8%. El precio disponible al productor, para la misma fecha, creció 44,4% y 53,3% en Bahía Blanca y Rosario, respectivamente. En el primer caso, 1285$/tn versus 890; en Rosario, 1380$/tn versus 900.

Es muy posible que, superados los problemas climáticos de nuestros competidores (la sequía brutal en la CEE, Ucrania y Rusia de la última campaña), el precio FOB vuelva a niveles inferiores a los actuales. Y en ese caso, el actual nivel de retenciones va a hacer nuevamente difícil la producción. Sobre todo, en las zonas agrícolas menos favorecidas.

Manteniendo el consumo doméstico de pellets y de aceite, pudo calcularse el aumento en las exportaciones: las de pellets crecerían 42,1% (de 600.000 a 853.000 toneladas), con un aumento de precios del 41,9%, el valor subiría 101,6%; mientras que las ventas de aceite crecerían 44,8% (de 690.000 a 999.000), con una suba en los precios del 46,5%, el valor subiría 112,1%.