Un exótico pulido con origen en la Polinesia

La serenidad que transmite este tratamiento con arena de Bora Bora, es un regalo para el cuerpo y la mente, una experiencia emocional de lujo y buen gusto.

TEXTO. SALOMÉ NOVELLO.

Los tratamientos de belleza y relajación de los spa toman lo mejor de la Polinesia: baños que purifican, flores exóticas como la de tiaré, el frangipán, vainilla y el ylang ylang. El taurumi se trata de un masaje integral que equilibra la energía, activa la circulación y aporta relax mediante la fricción de la flor de tiaré macerada. Tiaré significa “flor de un solo lado”, una planta llena de leyendas que habla de niñas y princesas transformadas en flor.

La leyenda dice que los delicados pétalos de la flor de tiaré representan los 5 dedos de una adorable chica tahitiana que cayó enamorada del hijo de un rey de Tahiti, y murió de pena de amor porque no tenía esperanzas de casarse con él. Los pétalos se cierran por la noche y al alba se abren con un leve sonido chispeante, que hace pensar que es el sonido de su corazón roto.

Con esta flor se fabrica el monoi de tahití, un aceite perfumado que se obtiene de la maceración del aceite de la nuez de coco y la flor de tiaré. Este masaje forma parte de la cultura medicinal tahitiana, rica en tradiciones ancestrales de gran espiritualidad. El taurumi es ofrecer la posibilidad del amor, de crecimiento y de abrirse a todas las facetas de la vida. Es común realizarlo en los bebes recién nacidos, ya que estos masajes suaves les permiten tomar conciencia de su propio cuerpo y adquirir un equilibrio psicológico y físico.

El masaje taurumi, además, actúa como un complemento terapéutico que permite el libre flujo de la energía, fomentando la salud del organismo.

ARENA DE BORA BORA

Actualmente el mundo de la estética nos permite disfrutar en una camilla de las mismas sensaciones que podríamos experimentar en las playas de la Polinesia. Hablamos concretamente de un pulido corporal realizado con arena de Bora Bora conocida como “La Perla de la Polinesia”, ubicada en uno de los lugares más bellos del mundo, al noroeste de Tahití.

Esta arena se caracteriza por ser blanquecina y fina. Sabiendo que la arena es un conjunto de partículas de rocas disgregadas, en la blanca encontramos también fragmentos de coral o de esqueletos diminutos de la vida marina planctónica.

La mezcla que se realiza para poder trabajar sobre el cuerpo a través de un masaje, se forma con la arena y una mousse que contiene extracto de noni, aceite de monoi y agua curativa mineralizada que se extrae del fondo del océano a 9000 metros de profundidad. El extracto de noni se obtiene de una planta sagrada de la Polinesia y le brinda a la piel propiedades antioxidantes y relajantes. El mismo de extrae de la fruta de noni, el nombre como se le conoce es morinda citrifolia; tiene el tamaño de una papa, de color amarillento o blanco cuando madura y tiene sabor amargo.

Es utilizado también como suplemento dietético alimenticio por sus bondades nutricionales. El noni esta compuesto por fibra, proteínas, hierro, vitamina C, calcio y zinc. A la sinergia de sus componentes se le atribuyen los beneficios para la salud. La serenidad que transmite este tratamiento es un regalo para el cuerpo y la mente, una experiencia emocional de lujo y buen gusto. Por su parte, el aceite de monoi es considerado un símbolo de belleza y pureza.

BENEFICIOS

Cuando nos hacemos un pulido eliminamos a las células oxidadas, las que absorbieron todos los rayos solares. De esta forma obligamos a las nuevas células que se muestren y dejen de estar escondidas detrás de las células ya eliminadas. Aquí es donde la piel se ve reluciente, lisa, humectada y limpia.

La finalidad del tratamiento es colaborar con un proceso natural de la piel, asegurándonos de que se logre en forma uniforme e incorporando activos adecuados para una muy buena humectación, siempre necesaria en un pulido con estas características. Podemos decir,también, que activa la circulación y de esta forma a las células nuevas les llega más oxigeno por movilización de la circulación.

El momento para realizar un pulido es cuando se deja la exposición solar, ya que de esta forma se renuevan las células oxidadas por el sol. La frecuencia recomendada es de dos veces al mes. Esta técnica se recomienda a todas las personas que deseen recuperar o conservar su piel joven, suave y elástica.

Este tratamiento, al retirar la capa de células muertas, es ideal como preparación para cualquier otro tratamiento. Como así también beneficia la absorción de los productos de uso domiciliario.