La cuarta derrota en casa terminó con la era Gamboa

Lo despidió Lerche pero lo echó la gente

Luego de perder 2-0 con Olimpo en el Cementerio de Elefantes, la directiva apartó a Gamboa y ahora asumirá Mario Sciacqua de cara a Vélez, el domingo que viene y otra vez en el barrio Centenario.

Lo despidió Lerche pero lo echó la gente

Fernando Gamboa, en la soledad y en la inmensidad del Cementerio de los Elefantes. De fondo, el marco multitudinario que presentó el estadio a pesar del horario atípico de las dos de la tarde. El “Negro” no pudo zafar de la irregularidad y lo pagó con el puesto de DT. Foto: Mauricio Garín

 

 

Darío Pignata

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Debe ser cierto cuando se dice que el hilo se corta por lo más delgado. Y se cortó nomás en Santa Fe el raro ciclo de Fernando Gamboa como técnico de Colón. Apenas un 29 por ciento de efectividad en casa y cuatro derrotas encadenadas —Gimnasia, Racing, Boca y Olimpo— fueron el detonante para un entrenador que con el 50 por ciento de los puntos cosechados hubiera logrado sobrevivir en algunos varios equipos. Pero no en Colón. Porque detrás del nombre de un club siempre hay historia, mística, leyenda. Porque por algo el revisionismo histórico grabó a fuego el mote de Cementerio de los Elefantes para esta hierba. En una cancha que quebró récord en la “B” estando cinco años invicta, en una alfombra donde cayó el Santos de Pelé, la Selección Argentina, el mejor Peñarol de Montevideo... En ese mismo lugar, hoy gana cualquiera. Pero, además, le ganan a Colón con una facilidad asombrosa.

Entonces, ahí está el otro capítulo decisivo de esta novela. Colón —salvo algo contra Boca— perdió los cuatro partidos seguidos porque realmente jugó muy mal a la pelota: Gimnasia hizo tres, Racing cuatro y Olimpo los dos recientes. Claro que, definitivamente, ayer se le fue la mano con jugar mal en casa. Jugó muy mal, directamente. Dolían los ojos ver jugadores parados, pases de dos metros equivocados o groserías técnicas como las del segundo gol visitante.

“De local somos un desastre”, dijo Diego Pozo, valiente siempre en poner la cara y admitir falencias. “Todos los goles que nos hicieron en las derrotas en Santa Fe fueron por errores nuestros”, agregó Iván Moreno, ayer capitán de un barco hundido en alta mar por la tormenta.

¿Por qué un equipo que no juega bien puede darle a su técnico el 50 por ciento de rendimiento? La respuesta es simple: así está hoy el fútbol argentino. Casi nadie es regular ni equilibrado. “Ganando uno y perdiendo el otro, no podemos ser protagonistas”, agregó el “1” sabalero. No es serio que un equipo muestre caras tan distantes acorde a localía o salidas como pasó con este Colón. Aunque en realidad, aunque cueste admitirlo, las proezas individuales —Fuertes en Mendoza, Lucas Acosta en San Lorenzo— disimularon con resultados positivos el flojo funcionamiento colectivo que también se advertía en condición de visitante.

Resultados más, resultados menos, Mohamed había logrado en sus años de continuidad en el banco sabalero hacer de Colón un equipo confiable. Después, están los objetivos: se pueden cumplir o no. Hoy, Gamboa deja a Colón inmerso en un mar de dudas, porque tamaño desequilibrio —ganar afuera, perder en casa— no puede generar nunca confianza desde el césped a las tribunas.

También es cierto —y ya fue escrito— que la gente viene “caliente” por ver un club marketineramente posicionado positivamente en varios lados (estadio, predio, hotel, inferiores, Copa América, relación con AFA) menos cada siete días durante 90 minutos en el rectángulo verde. La misma calentura que tienen los dirigentes: el codo —que es el equipo— está borrando todo lo bien que se escribe con la mano en los rubros antes mencionados.

Hoy, Colón crece, se agranda, saca pecho y está orgulloso en todos lados menos en el fútbol profesional. Y por más que saludablemente se activen las disciplinas deportivas como nunca, Colón siempre será un club que tendrá al fútbol como punto de partida y como punto de llegada. El que no entienda esto no conoce Colón.

Técnicos insultados y equipos silbados pasaron varios en casi ya 106 años. Pero hacía tiempo que no dolía tanto escuchar la silbatina cuando Colón intentaba tocar: iban 17 minutos del complemento, apenas perdía 1-0 y tenía un hombre menos por la expulsión de Caire. Y al toque de los silbidos al equipo, el insulto hiriente contra Gamboa. En ese contexto, por lo que pasaba adentro y afuera, era imposible empatar. Mucho más cuando Tombolini se acordó de volar y se la sacó del ángulo a Lucas Acosta. Pegadito, blooper compartido de Pozo-Quiroga para el 0-2.

A esa altura, Gamboa miraba más de reojo la platea —un grupo lo insultaba detrás del banco— que el equipo y Colón eran una muy pobre expresión futbolística. Y encima sin el “Bichi”, con lo cual el porcentaje celestial de algún milagro estaba agotado.

Alguna vez se le adjudicó a Menotti la frase “a los técnicos no los echan los dirigentes sino los resultados”. No es éste el caso, porque Gamboa se va con el 50 por ciento de los puntos en la mano. Se dice que si en lugar de perder los cuatro acá, los hubiera perdido afuera, la historia sería distinta. ¿Lo hubieran despedido igual si en lugar de aparecer ahora Vélez acá era en el Amalfitani? Queda en el terreno de los supuestos. Lo que está claro es que Toresani, Astrada o Falcioni jamás generaron la resistencia que generó Gamboa en Santa Fe. Porque si bien el que lo despidió de palabra fue el presidente Lerche, la realidad futbolera indica que en Colón a Gamboa lo echó la gente.


8

Puntos

Son los que logró sumar de local, producto de dos victorias y dos empates. Poco, muy poco, apenas el 29 por ciento. El detonante fueron las cuatro derrotas consecutivas: Gimnasia, Racing, Boca y ahora Olimpo de Bahía Blanca.

Lo despidió Lerche pero lo echó la gente

Otra vez, el mejor. Sebastián Prediger está pagando con creces su retorno a Colón en este 2011. Fue el único de todos los jugadores sabaleros que se fue aplaudido en medio de la bronca popular. Foto: Mauricio Garín

Lo despidió Lerche pero lo echó la gente

La imagen de la derrota y la impotencia reflejada en el rostro de Pozo, que no entiende lo que hicieron en la jugada del segundo gol de Olimpo.

Foto: Mauricio Garín

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50 %

Gamboa

Estadísticamente, el ciclo del “Negro” arrancó con Olimpo en Bahía y terminó con Olimpo en Santa Fe. Dirigió 20 partidos a Colón: ganó 9, empató 3 y perdió 7. Sacó 30 puntos de 60 en juego, marcando 24 goles a favor y recibiendo 33 tantos en contra.

/// SÍNTESIS

COLÓN 0

OLIMPO 2

Colón: Diego Pozo; Maximiliano Caire, Humberto Mendoza, Ronald Raldes, Juan Quiroga; Iván Moreno y Fabianesi, Sebastián Prediger, Mauro Bellone; Damián Díaz y Lucas Acosta; Germán Lesman. DT: Fernando Gamboa.

Olimpo: Laureano Tombolini; Eduardo Casais, Marcelo Mosset, Nicolás Bianchi Arce, Cristian Villanueva; Diego Galván, Roberto Brum, Sebastián Longo; Martín Rolle; Néstor Bareiro y Ezequiel Maggiolo. DT: Omar de Felippe.

Gol en el primer tiempo: 16 min Bareiro (O).

Gol en el segundo tiempo: 22 min Litre (O).

Cambios en el segundo tiempo: en el inicio Joaquín Larrivey por Lesman (C), 18. Marcos Litre por Bareiro (O), 21 min Martín Aguirre por Galván (O), 29 min Juan Mauri por Rolle (O) y 31 min Germán Cano por Quiroga (C).

Incidencia en el segundo tiempo: 8 min expulsado Caire (C).

Árbitro: Carlos Maglio.

Cancha: Colón.