La gente recibió muy bien al nuevo DT

Marito querido

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Mario Sciacqua recibe el cariño que le brinda la misma platea oeste donde él mira los partidos de Primera cuando dirige la reserva. El buzo y la planilla, a lo Bielsa.

Foto: Pablo Aguirre

Técnico de inferiores, reserva de AFA y piloto de tormentas en la era Lerche. Ahora, le llegó la hora junto a su gente. Lo ovacionaron.

 

De la Redacción de El Litoral

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En el mismo momento que el presidente Germán Lerche lo confirmó como técnico del plantel profesional de Colón hasta el final del campeonato, Marito Sciacqua entendió que empezaba la parte más importante de su carrera como entrenador en estas diez fechas. Tanto él, como su gente —Roberto Marioni, el profe Pablo Virgilio, Rolando Carlen— se fueron preparando desde abajo para algo que llegó en el momento menos pensado. Después de varios interinatos, a la cancha y por los puntos.

Su trabajo silencioso con los pibes en la reserva, su contracción al trabajo y el respeto permanente como protagonista del fútbol le fueron dando un nombre a Mario Sciacqua. Cuando pisó el césped de la cancha de Colón sintió que esos pasos eran distintos de los que había dado antes, como DT de reserva o interino. Fue recibiendo en cada paso de la manga hasta el banco el cariño que le tiene el público sabalero y se llevó la mayor ovación cuando desde la Platea Oeste muchos se pararon para aplaudirlo. Justo esa platea, la misma donde Marito se sienta cada 15 días para ver los partidos de Primera.

Muchas fueron las sensaciones que se le pasaron por la cabeza como si fuera una película de acción. El saludo afectuoso con Gareca, el grito de desahogo por el gol de Moreno, la explicación —con caricia incluida— a la cara fea que puso el “Kitu” Díaz cuando ordenó su cambio por el pibito Luque, el emocionado abrazo con el “Bichi” Fuertes en el banco cuando el 1-0 parecía desatar el festejo y la bronca por esa pierna de Zapata que silenció el Cementerio de los Elefantes en el último minuto y medio adicionado.

Por actitud y juego, se tiene que quedar más que conforme. Ahora, así como pasó Vélez, se viene Estudiantes. Así de simple: en seis días, los dos mejores equipos del fútbol argentino en sus propias narices. Sabe Marito que no hay tiempo que perder en esto de darle trabajo a un plantel que necesita salir de esta crisis. Por eso, a pesar de haber jugado ayer, hoy citó a todos para entrenar pensando en el “Pincha”.

Si hubiera tenido parte de la suerte de Gamboa en los partidos de visitante, ayer hubiera festejado. Pero no lo pudo acertar de contragolpe, se descuidó en la última pelota y se quedó con dos puntos menos que mereció guardar en el bolsillo. Además de un buen juego, se llevó el cariño y respeto que le tiene la gente de Colón. Algo que, en estos tiempos de tolerancia cero, no es poco.

Perdió la reserva

Para preservar el estado del campo de juego en el Brigadier López, el partido de reserva “se mudó” a la mañana al campo auxiliar sabalero. Bajo la conducción técnica de Rolando Carlen, el equipo reservista perdió 2-1 con Vélez Sarsfield en un entretenido partido.

El “Colo” Lesman, que fue titular contra Olimpo en el último partido de Gamboa, marcó el único tanto de los pibitos rojinegros. Colón formó con Bailo; Díaz, Sandrigo, Kumer y Aristarán; Sánchez, Laureiro, Zaracho y Mugni; Lesman y Callejo. Pinedo y Freire anotaron para el equipo del “Coyote” Almandoz.

/// Fiesta sin final

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Imponente. Es el aspecto que va tomando el estadio Brigadier López de cara a la Copa América 2011. En la cabecera norte se advierten las nuevas butacas: un lujo. Foto: Pablo Aguirre

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Mucha gente (parte I). Todas las butacas llenas, con un sabalero al lado del otro en la Platea Este, con el sol del domingo pegando en la cara. Fuerte respaldo a la era Sciacqua. Foto: Pablo Aguirre

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Mucha gente (parte II). El estilo nuevo, mezcla de lo que se ve en Europa y en las canchas de Brasil también. Los brazos al viento, cuando Colón ganaba y la cancha era una fiesta. Foto: Pablo Aguirre

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Impecable. El trabajo del “Chino” Garcé como el hombre fuerte de la defensa zonal. Entre él y Raldes lo borraron al “Pelado” Silva, una de las figuras de Vélez. Foto: Luis Cetraro