Una visión de desarrollo inclusivo

Una visión de desarrollo inclusivo

Gustavo Grobocopatel (*)

La producción de alimentos y energía derivada de productos agrícolas es uno de los ejes sobre los que girará la inserción de la Argentina en la economía global en los próximos 20 o 30 años. Dentro de la Argentina la Región Centro será la geografía más impactada por este modelo. Ya se habla mucho sobre la razones que respaldan estas afirmaciones, y desde hace varios años tratamos de llamar la atención de la agenda pública sobre este tren que está pasando. Nos hemos subido en forma parcial, llenos de deudas de varios tipos. Sin embargo, observo con preocupación que tenemos un gran peligro: creer o tener la ilusión de que vamos bien y a la velocidad correcta.

Hace algunos años escribí sobre la importancia de la visión en la construcción de políticas. En un año clave desde el punto de vista político déjenmela compartir con ustedes:

Veo gente trabajando en equipo, con diálogos abiertos y francos, expresando sus temores y sus expectativas.

Veo gente vendiendo y comprando por los caminos de la Argentina, lap top en mano, conectados con información al instante, solucionando los problemas de los clientes y ampliando las necesidades de los mismos, agregándoles valor a sus negocios.

Veo ingenieros explorando las fronteras tecnológicas, aumentando la productividad y calidad de los cultivos.

Veo a los obreros transformarse en trabajadores del conocimiento, productivos y comprometidos, con más tiempo para el ocio, deslocalizados, muchos trabajando desde sus casas a tiempo flexible. Vemos gente feliz, con poder interior, construyendo el futuro, con empowerment.

Veo gente capacitándose en el trabajo, repensando las cosas que hacen diariamente, pensando en cómo mejorarla, debatiendo con sus jefes, compañeros, los miembros de su equipo los conceptos que sustentan y proyectan la mejora.

Veo a los trabajadores del conocimiento con información de alta calidad accesible en tiempo y forma, sin espacio ni tiempo como límite.

Veo a estos trabajadores expandiendo esta forma de hacer cosas al resto de la comunidad, en las organizaciones a las que pertenecen. Veo a cooperadoras de escuelas, a clubes de barrios, a ONGs, a los políticos de sus pueblos, al resto de las empresas, cambiar sin ataduras.

Veo a estos Trabajadores liderar una gesta cívica, desde el interior, desde lo rural, y también desde las grandes ciudades transformando las creencias de los pueblos, liberándolos de los miedos, generando el progreso,

Veo el procesamiento de materias primas y la transformación de ellas en productos mas elaborados, con más gente involucrada, formando redes, innovando en lo tecnológico y en lo organizacional, integrados a las cadenas globales de alimentos.

Veo generación de inversión y empleo en el interior.

Veo aceite transformado en biodiésel y a las harinas transformadas en carnes de pollo, de cerdo, en carne vacuna y de pescado. Veo a la leche transformada en quesos, yogures, otros derivados, vendiéndose al mundo con denominación de origen, con cultura envasada.

Veo ecosistemas sustentables por el uso de rotaciones en siembra directa, con agricultores que certifican su agricultura y son reconocidos en el mundo como una agricultura responsable.

Veo a los pueblos rurales con buena calidad de vida, con buena educación, vivienda y servicios.

Veo a la Argentina surcada por autovías y autopistas, al Paraná como gran centro de servicios y transformación de granos, a ferrocarriles que nos unen al Pacifico y al Atlántico, y al NEA y NOA con el mar.

Veo a la cordillera de Los Andes ‘perforada‘ por vías de comunicación y los productos de la Región Centro salir al mundo por Chile.

Veo el desarrollo del tráfico aéreo y una red nacional interconectada. No es necesario pasar por Buenos Aires para ir de una capital de provincia a otra.

Veo a los científicos buscando nuevos hallazgos, innovando, creando valor para la sociedad desde los laboratorios en las Universidades. Y nos veo llevando estos productos al campo, creando valor desde el campo y la industria. Los casos del Indear y Bioceres son emblemáticos pero no son los únicos, y la UNL proveyendo hallazgos científicos de calidad global.

Veo a los procesadores y distribuidores del mundo preferirnos como proveedores. Porque somos confiables, porque comparten nuestra visión de los negocios y la vida.

Veo a los turistas del mundo visitarnos, recorriendo nuestras rutas, admirando nuestra cultura, nuestra diversidad.

Veo a las culturas nativas crecer con nuevos emprendimientos sustentables, produciendo alimentos sofisticados que “envasan” su cultura y se exportan. Veo a estas culturas integrarse a la sociedad pero manteniendo su identidad y construyendo un proyecto propio.

Veo a un desarrollo forestal intenso, produciendo celulosa que se transforma en etanol. Y el etanol convertirse en el petróleo del siglo XXI.

Veo al Mercosur proveyendo alimentos y energía renovables y amigables con el medio ambiente al mundo.

Veo al ALCA, la Unión Europea, el Asia-Pacífico y todo lugar o región del mundo donde haya intereses o espacios para los intercambios, incrementando el comercio.

Veo nuevos actores, las empresas sociales, el cuarto sector, liderando un nuevo capitalismo.

Veo a nuestra Patria ponerse en marcha, hacia adelante, sin mirar atrás, con esperanza, equidad, respeto, integrada, solidaria.

Nuestro próximo desafío esta allí adelante, en el día a día, mirando lejos y actuando cerca, al alcance de nuestras manos: sembrando y cosechando, estudiando e invirtiendo, trabajando, legislando, sirviendo a los ciudadanos.

Nuestro próximo desafío esta allí adelante, en el día a día, mirando lejos y actuando cerca, al alcance de nuestras manos, actuando con pasión y entusiasmo, con inteligencia para darnos cuenta, con generosidad para compartir.

Al futuro no hay que predecirlo. Al futuro hay que construirlo.

La Región Centro será la geografía más impactada por este modelo.

(*) El autor es Ingeniero Agrónomo y docente en Manejo y Conservación de Suelos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos. Vicepresidente y gerente general del Grupo Los Grobo. Presidente de Los Grobo Inversora S.A. y de Bioceres S.A. Y en nuestra provincia, director de Indear S.A, (Instituto de Agrobiotecnología Rosario). En los últimos años ha participado de las innovaciones en biotecnología y siembra directa que multiplicaron la productividad del campo argentino e instalaron a la Argentina en el pañol de los mayores productores agrícolas del mundo. Ha extendido la actividad de Los Grobo a países vecinos y días pasados fue elegido el emprendedor del año por el concurso que organiza la consultora y auditora internacional Ernst y Young. Esta nota fue gestionada por Germán De Carolis, quien vive en Buenos Aires y es hijo del recordado poeta Victorino De Carolis, colaborador de El Litoral durante años.

Al futuro no hay que predecirlo. Al futuro hay que construirlo.