La niña, presente y futuro

Tal como anticipaban los climatólogos, la campaña gruesa quedó sesgada por las lluvias escasas e intermitentes. Igualmente, se cierra una campaña buena.

Federico Aguer

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En medio de un año electoral, el dato no pasó desapercibido para nadie. Y la política metió la cola. Si bien en un principio no había coincidencias respecto a la cifra final que alcanzaría la campaña sojera, (48 millones de toneladas para la Bolsa de Cereales, 50 para el Ministerio de Agricultura), la brecha se fue reduciendo a medida que distintos factores hacían subir la primera y achicar la segunda.

Esta semana se conoció otra estimación, en este caso de la consultora privada Oil World, la que ubica el potencial de la campaña entre los 49 y 50 millones de toneladas. “Las proyecciones oficiales de la cosecha argentina de soja para el 2011 son muy grandes y no prestan suficiente atención al clima desfavorable que dañó al cultivo”, dijo la entidad con sede en Hamburgo.

El Ministerio de Agricultura de la Nación subió la semana pasada su proyección de la cosecha de soja para el 2011 en 0,4 millones de toneladas a 50,4 millones de toneladas, aún por debajo de las 53,9 millones de toneladas cosechadas en el 2010.

El pronóstico dijo que espera rendimientos bastante menores en plantaciones que fueron sembradas más tarde, que se vieron presionadas por un clima seco desfavorable. “Las condiciones del cultivo de la soja que fue plantada más tarde son variadas e insatisfactorias en muchos lugares”, dijo.

Tal como le anticiparan a Campolitoral la semana pasada los referentes de la región norte de CREA, la falta de lluvias entre el 15 de febrero y el 15 de marzo golpeó al cultivo en una etapa clave de su desarrollo: el llenado del grano. Por esto mismo, las últimas lluvias llegaron demasiado tarde para una soja que rendirá en promedio de 8 a 10 quintales menos en muchas zonas.

No será una mala campaña ni mucho menos, pero con un aumento del 10 por ciento en los alquileres, el margen se hace más finito que en el ciclo anterior.

Los climatólogos no le “pegaron” con las fechas, pero sí con el pronóstico general: la gruesa estaría signada por la escasez del recurso. Un tema que requiere debates comprometidos, y que abordamos en este número, desde la opinión de especialistas hasta la concreción de importantes proyectos al respecto. Como el encarado por las fuerzas vivas de Avellaneda, que permitiría solucionar el problema de la falta de agua en 6 años, aportando previsibilidad a la producción del departamento General Obligado. Y que transformaría a “la niña”, en tan solo un mal recuerdo.