Perros y caballos maltratados, una triste realidad santafesina

Aunque existe la Ley Sarmiento, no hay penas para quienes abusan de los animales. El Refugio de la Protectora está colapsado. SOS Caballos ya rescató a más de 100 equinos en mal estado.

TEXTOS. AGUSTINA MAI ([email protected]). FOTOS. LUIS CETRARO, PABLO AGUIRRE Y EL LITORAL.

El Refugio, al límite de su capacidad. Cobija más de 800 perros y sólo tiene tres personas a cargo.

“Quizás la gente esté cansada de que hablemos de maltrato, pero el abuso contra el animal sigue estando presente”, asegura la médica veterinaria Cristina Pagani.

Desde hace 30 años, esta mujer lucha por terminar con el maltrato hacia los caballos. “En cuatro años de esta gestión, no ha habido ninguna decisión política ni para mejorar el estado de vida de los carreros ni para terminar con esta situación”.

Al frente de la asociación SOS Caballos pide, una vez más, que se realicen controles. “Los carros andan con total impunidad por la ciudad: vemos menores manejando, personas alcoholizadas, circulan en los horarios no permitidos. No se cumplen las ordenanzas y mucho menos se respeta al animal”.

Más de 100 caballos rescatados en los últimos tres años dan cuenta del estado penoso de los equinos. “No tienen descanso, llevan sobrecargas que no pueden soportar -el carro solo pesa 700 kg.-, no son bien alimentados ni tienen controles sanitarios. Vemos yeguas preñadas, potrillos muy jóvenes, caballos anémicos y con artrosis. A eso hay que sumarle las altas temperaturas en el verano y los golpes que reciben”, enumera Pagani.

COMPROMISO DE TODOS

Además de reclamar medidas políticas para revertir esta situación, Pagani apela al compromiso de los ciudadanos. “En primer lugar, si todos sacáramos la basura a la hora que corresponde, no habría tantos carros. Además, si alguien ve un caballo castigado o con sobrepeso tiene que saber que existe una ley contra el maltrato animal. Tiene que llamar al 911 o a la comisaría más cercana y la policía debe intervenir porque hay una ley que cumplir”.

Además de rescatar caballos en mal estado, SOS realiza controles sanitarios en los barrios. “Un laboratorio nos donó los medicamentos y pudimos hacer controles con veterinarios especializados en Santa Rosa de Lima, Los Troncos y la Fuente de la Cordialidad”.

Finalmente, Pagani señala que juntaron más de 20 mil firmas, que fueron presentadas al gobernador, para solicitar la creación de una Policía Ecológica de Control. Hasta el momento no han obtenido ninguna respuesta.

REFUGIO COLAPSADO

Otra institución de la ciudad que trabaja por los animales es la Sociedad Protectora de Animales. Con más de 800 perros y sólo tres personas a cargo, el Refugio de la Protectora funciona más allá de sus posibilidades.

“Cada vez estamos peor: cada día llegan más animales y cada vez es menos la ayuda que recibimos”, asegura la presidenta de la Protectora, Lorena Arber.

Al Refugio llegan perros accidentados, enfermos y abandonados. Todas las semanas se repite la postal de encontrar cachorros y perros en mal estado en el portón del refugio. Todos son bienvenidos, aunque falten recursos y manos para trabajar.

Apenas ingresa, el animal comienza un tratamiento veterinario y es castrado. Desde hace 25 años, Santiago se encarga de darles de comer, curarlos y limpiar el lugar.

TOMAR CONCIENCIA

Desde la Protectora no se cansan de pedir a la población que castre a sus animales y no los abandone. “Las personas tienen que tomar conciencia y hacer castrar a sus perras y gatas. Y si ya tuvieron cachorros, no los tiren, denlos en adopción a personas responsables, que se encarguen de cuidarlos y, en un futuro, castrarlos”, señaló la presidenta.

En este sentido, reiteran que el Refugio sólo está para animales que no tienen dueño. “La gente piensa que puede venir y dejar a su perro acá porque ya está viejo o enfermo. Esas personas tienen que ser responsables y encargarse ellos. Nosotros ya estamos desbordados con todos los animales de la calle que socorremos”, agregó.

Finalmente, invitan a quienes quieran adoptar un perro a acercarse al Refugio. “De tamaño grande o chico, hembras o machos, pelo corto o largo, adultos o cachorros, hasta de raza... Tenemos para todos los gustos. Seguramente el que venga se va a enamorar de alguno de nuestros angelitos”, comentó Laura Tolosa, miembro de la Protectora.

El Refugio tiene muchas necesidades. Ante la inminencia del invierno, solicitan ropa vieja, trapos, cartones y cuchas; alimento balanceado, arrocín, perrolac y leche de destete. También se puede colaborar asociándose -con una cuota mensual mínima de $ 10- o dando una mano para atender a los perros.

más de cien caballos rescatados en los últimos años dan cuenta del penoso estado en que se encuentran estos animales.

Quienes trabajan en el Refugio ponen cuerpo y alma. Invitan a quienes quieran dar una mano, ya que las necesidades son muchas.

Sobrecargados, sin descanso y alimentación adecuados, con problemas de anemia o artrosis... así circulan muchos caballos por la ciudad.