Rectores cuestionan parámetros de medición “europeizados”

Los rankings universitarios, en el centro de la polémica

En estas clasificaciones mundiales -con Norteamérica y Europa a la cabeza-, las casas de estudio de la región continental no aparecen ni en los 100 primeros puestos. Crearán un mapa que permitiría medir exclusivamente la calidad educativa de las universidades latinoamericanas.

 

De la redacción de El Litoral

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Los rankings mundiales de universidades -liderados desde hace años por Harvard, Oxford y Cambridge, entre otras casas de elite- se volvieron la piedra en el zapato para muchas casas de estudios latinoamericanas. Es que en estas clasificaciones globales, la educación superior de América latina aparece rezagada al límite de la vergüenza: Ni la Universidad de San Pablo (Brasil) ni la UAM (de México) figuran siquiera en los primeros 100 puestos. Y la UBA -que es la argentina mejor posicionada- viene aún mucho más atrás.

El tema disparó la polémica sobre qué validez de medición tienen estos rankings de elite -muchos de ellos digitados a la carta y desde una oficina, según afirman algunos-, y los parámetros que se utilizan -y cómo se utilizan- para medir de la excelencia académica, la calidad real de la educación superior, la producción científica, las tasas de graduados, etc., en Latinoamérica.

Rectores de la región continental se reunieron días atrás en Buenos Aires para consensuar la creación de un mapa de la educación superior en América latina y el Caribe. Este mapa, aún en ciernes, fijaría criterios de integración en el espectro continental, y generaría un esquema inteligente de información sobre las casas de estudio de la región, donde éstas deberán cargar sus datos actualizados de alumnos, graduados, investigación, producción científica, etc. Toda esta información sistematizada permitiría, con el tiempo, establecer una suerte de ranking universitario alternativo exclusivo para el Cono Sur, que “eludiría” los vergonzantes rankings mundiales.

Críticas

El Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Iesalc) promovió la iniciativa con la venia de los rectores. “La región se opone a usar los tradicionales rankings como única medida de acceso a toda esta información”, planteó esa agencia de la Unesco, para quien es necesario “un sistema alternativo de evaluación, ya que debe haber una diversidad que refleje las diferencias culturales que caracterizan a nuestra región y nos distancian de Norteamérica y Europa”.

Los rankings de elite “miden sólo los modelos europeos y norteamericanos, con sus tipos de universidades”, fijó posición Guillermo Tamarit, del consejo de rectores (CIN) en declaraciones a medios nacionales. “No son representativos de estas latitudes, ni consideran los contextos sociales y culturales en que se desarrollan nuestras universidades”, opinó. Otras críticas apuntan a que representan la “globalización y mercantilización” de las academias. Pero el contrapunto que surgió es el siguiente: ¿es este mapa una forma de “disimular” la abrupta caída del nivel de la educación superior latinoamericana en el concierto internacional?

Una opinión local

Para Julio Theiler, secretario de Relaciones Internacionales de la UNL, “una universidad es una organización demasiado compleja para reducirla a un número que la ubique en un ranking. Una universidad puede ser excelente en ingeniería, pero no tan buena en otras disciplinas como ciencias sociales, por ejemplo. No me parece bueno que los rankings hagan tales reduccionismos”, opinó el funcionario, en diálogo con El Litoral.

“Creo que hacer un ranking siempre es comparar, y estas clasificaciones comparan la primera universidad, que es Harvard siempre, con el resto. Pero, ¿Harvard es la mejor universidad en todas las áreas? Ahí se ve lo variopinto que pueden ser los criterios: la calidad académica no es una categoría absoluta. Ninguna universidad es excelente en todo, por eso toda medición de este tipo es relativa”, consideró el funcionario académico.

Desde su posición personal, Theiler admitió que la educación superior latinoamericana está muy rezagada a nivel internacional. “No obstante, en los últimos años hubo un cambio. En las universidades latinoamericanas estamos trabajando mucho para mejorar, para que nuestra educación esté más estrechamente ligada al concepto de internacionalización e integración, con énfasis en el bloque regional”.

/// EL DATO

Los tres principales

Actualmente existen decenas de rankings mundiales, pero tres de los más importantes son: el del Suplemento de Educación Superior del Times de Inglaterra -encabezado por la Universidad de Harvard-, y otro ranking realizado por una prestigiosa revista norteamericana. Ninguno de los dos considera universidades latinoamericanas. En el ranking de la Universidad Jiao Tong de Shanghai -también liderado por Harvard- la Universidad de San Pablo ocupa el puesto 101.

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Una universidad es una institución demasiado compleja para reducirla a un número en un ranking”.

Julio Theiler

Secretario de Relaciones Internacionales (UNL)