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“Una teoría que nació

del hombre y su tierra”

Arq. Osvaldo Mansur

Como arquitectos, César Carli nos tiene acostumbrados a las reflexiones profundas que realiza sobre nuestra disciplina. Siempre lo hace desde campos más abarcativos del conocimiento, en una clara correspondencia con la tradición histórica más valorable de este saber, iniciado por Imhotep y documentado por Vitrubio, que la vinculan, desde estos orígenes, a la sabiduría extensa, erudita y propositiva.

En su último libro intitulado Una teoría que nació del hombre y su tierra realiza una indagación exhaustiva de la arquitectura y el urbanismo como fenómenos universales, dentro de las estructuras del contexto cultural más amplio que los contiene, con el propósito de establecer las relaciones emergentes de esas estructuras y, consecuentemente, las condiciones inexorables de su historicidad.

Este recorrido en tiempo y espacio se inicia con los grandes monumentos egipcios, para pasar luego a los continentes europeo y americano. Al tratar, en el plano cultural, la condición contemporánea de nuestra sociedad, y apoyado en el carácter evolutivo de los procesos de transformación que explicita adecuadamente, formula una arriesgada predicción histórica vinculada a un inevitable cambio de estructuras que, de acuerdo a su punto de vista, deberá producirse respecto del componente económico central que regula nuestras actividades sociales.

Desde esta condición contemporánea, pero en el plano específicamente arquitectónico, y con una inusual agudeza intelectual, el autor realiza una caracterización de nuestra época, que identifica como “oscura”, en la que observa muestras evidentes de una marcada debilidad propositiva e intelectual. Critica severamente esta falencia a partir de una abundante ejemplificación de hechos que denotan una desacertada y excesiva preocupación por el carácter iconográfico de la arquitectura, envolventes retóricas vacías de contenido que, descuidando y aun despreciando las componentes antropológicas y culturales del hombre que las habita, ostentan abiertamente sus pretensiones simbólicas desmesuradas e insustanciales.

En las antípodas de esta posición, propone un nuevo camino a recorrer a partir de la consideración del hombre en situación, que tenga en cuenta seriamente los imprescriptibles y valiosos antecedentes históricos de la región pero que, asimismo, lo haga a partir del nuevo rasgo dominante de la sociedad moderna que no duda en definirlo como “la transformación, el cambio, lo impredecible”. El problema del cambio pasa así a ser una cuestión paradigmática, aún no resuelta, que debe satisfacer la disciplina de nuestros días. Para el autor resulta imperativo, entonces, establecer las bases de una nueva arquitectura que contemple, como premisa fundante, la dinámica del cambio y de las aceleradas transformaciones sociales imperantes en nuestra época.

Al abordar el problema del cambio, el autor se involucra comprometidamente en una problemática controvertida y polémica que se inicia con las posiciones filosóficas contrapuestas de Parménides de Elea y Demócrito de Efeso en la Antigua Grecia. Una problemática que la modernidad transforma en científica partiendo de las aportaciones fundantes de la economía y de la biología formuladas en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX a partir de Adam Smith y Charles Darwin, respectivamente. Una problemática que, en nuestros días, diferencia claramente los posicionamientos conceptuales conservadores respeto de los renovadores.

Visto desde la disciplina, y en el entendimiento de la gravedad e importancia que reviste este nuevo paradigma, César Carli observa una cuestión que puede limitar seriamente o aun dilatar, o detener, su correcto abordaje. Se refiere a los modos de representación geométrica de los objetos arquitectónicos. En este sentido, propone la sustitución de la geometría convencional, más apropiada para representar elementos rígidos e invariantes de la arquitectura convencional, por la geometría del Grafos, más adecuada para representar los elementos plásticos variables y transformables de la nueva arquitectura que propone.

Esta correlación puede comprenderse claramente si nos adentramos en la epistemología de Karl Popper, que le asigna al lenguaje y a la representación, como componentes objetivos, un elevado grado de autonomía respecto del pensamiento subjetivo del autor, y por lo tanto se los debe entender en su verdadera dimensión de partícipe activo, no neutral, en los procesos del pensamiento en general y del diseño en particular.

Consistente con su posicionamiento científico acerca del conocimiento de la realidad, el arquitecto César Luis Carli entiende a la teoría vinculada estrechamente a la práctica.

Por esta razón la parte final de su libro nos muestra una reciente realización: La “Casa del Cambio”, en el que se aplican gran parte de los conceptos en él desarrollados, entre otros los referidos a la tipología (binuclearidad) a la topología (Mohebius), a las paradojas e incertidumbres (esclusas), etc. La utilización de las unidades por parte del usuario podrá convalidar o refutar estos conceptos, y de esta manera ayudar a retroalimentar el proceso teórico cognitivo puesto en marcha.

Dotado de una gran originalidad, enriquecido desde vertientes múltiples del conocimiento y fundamentado consistentemente en lugar y tiempo, este libro constituye un aporte sustancial para la disciplina en general y para la problemática tarea del diseño en particular. Una pieza insustituible para quienes desean respirar aires renovadores. Un enfoque comprometido de la arquitectura que trasciende sus apariencias externas para penetrar, osadamente, en las profundas razones que le dan sentido a su existencia.

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El arquitecto César Luis Carli aborda distintos aspectos del quehacer arquitectónico y urbanístico.

Foto: Flavio Raina