El gobierno tomó la decisión de no desalojarlos de las plazas

Miles de personas mantienen en España sus protestas en jornada de reflexión

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Los manifestantes permanecen bajo las lonas instaladas en la madrileña Puerta del Sol durante la acampada que mantienen miles de personas en protesta contra los políticos y la crisis en España, a pesar de la prohibición de las autoridades electorales. Foto: AGENCIA EFE.

Desde hace seis días expresan su “indignación” por la crisis económica y de representación política y reclaman un cambio político y social.

 

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EFE-DPA-Télam

Miles de personas “indignadas” siguen hoy concentradas en Madrid y otras ciudades de España, pese a haber sido declaradas ilegales esas manifestaciones, en la jornada de reflexión previa a las elecciones municipales y autonómicas.

Las protestas a favor de un cambio político y social continúan en todo el país, después de que el gobierno decidiera no desalojar a los manifestantes en las plazas, tras la decisión de la Junta Electoral Central (JEC) de prohibir las concentraciones durante el fin de semana.

Fuentes del Ministerio del Interior informaron de que la Policía se ha limitado a comunicar a las organizaciones convocantes que las manifestaciones no tienen autorización oficial, pero no las disolverá porque la falta de permiso no es motivo suficiente para ello en virtud de las legislaciones española y europea.

Así, los concentrados y las personas que pretendan sumarse a las protestas son informados de las sanciones a las que se exponen, previstas en la Ley Electoral y en la Ley de Seguridad Ciudadana.

El vicepresidente primero del gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunió hoy con la cúpula de las Fuerzas de Seguridad y constató el desarrollo pacífico de las concentraciones, informaron fuentes del Ministerio de Interior.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, había marcado el camino al afirmar que el Ministerio de Interior actuaría con “inteligencia”.

En ese contexto, los “indignados”, cada vez más organizados, continuaron hoy sus protestas sin incidentes en las principales capitales, especialmente en Madrid.

Las plazas de las principales ciudades, sobretodo la madrileña Puerta del Sol, escucharon hoy los tradicionales gritos de “¡No nos vamos!” y asisten a un ambiente, en general, tranquilo y acompañado en algunos casos de músicos espontáneos e independientes.

Concretamente, en la Plaza de Sol, donde unas 24.000 personas se concentraron anoche, los acampados lanzaron hoy las más variopintas propuestas, como la de teñir este centro neurálgico de protestas de amarillo, con todos los carteles y ropa de ese color.

Los acampados en la Puerta del Sol han mejorado su organización y se definen como una Ciudad-Estado, autogestionada por una asamblea con capacidad vinculante y vocación de permanencia, dispuesta a pervivir más allá del 22 de mayo, según uno de sus portavoces.

En Barcelona, segunda ciudad del país, numerosas familias con niños, turistas y grupos de excursionistas visitaron hoy a los “indignados” de la Plaza Cataluña, donde se recogieron los sacos, mantas y cartones utilizados para pasar la noche.

Las movilizaciones empezaron el pasado 15 de mayo en la Puerta del Sol de Madrid y en el centro de otras ciudades españolas.

Los miles de jóvenes y simpatizantes del llamado Movimiento 15-M demandan, entre otras cosas, una regeneración democrática y un cambio del sistema económico que ha conducido a la grave crisis económica que vive España.

Cierre de campaña

Con los ojos del mundo mirando hacia España y unas encuestas que sitúan a su partido al borde de la debacle electoral, el líder socialista Rodríguez Zapatero no puede dar un paso en falso ante el movimiento espontáneo protagonizado mayoritariamente por jóvenes que reclaman un cambio político y social en todo el país.

Al cierre de su campaña, en un multitudinario mitin en Madrid junto a Tomás Gómez, el candidato socialista a gobernar la comunidad, Zapatero se dirigió a los indignados: “Las reivindicaciones y las movilizaciones no nos asustan, nos comprometen a dar las respuestas sociales que necesita la gente para su futuro”.

También quiso destacar que su partido siempre luchó por la democracia y la libertad, y su gobierno “no le ha dado dinero a los bancos”, sólo lo ha prestado e incluso “cobrado comisiones”.

Por su parte, el líder del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, quien quiere convertir las elecciones municipales y autonómicas en una primera vuelta de las generales de 2012, insistió en que “la ley debe cumplirse”, en referencia al desalojo de las plazas.

Pero en el momento de poner fin a la campaña del PP, Rajoy pidió el voto para “volver al milagro español”, y al dirigirse a los “indignados” sostuvo que “el domingo tiene que ser el día de la auténtica rebeldía, para que triunfe la democracia”.

Contra la política de ajuste

La toma de plazas y manifestaciones en reclamo por un cambio político y social se extendió en los últimos días a todo el país e incluso traspasó la fronteras. Si los pasados días fue Londres, París, Roma, Berlín y México DF, entre otros, hoy hubo protestas en Bruselas, Varsovia y Marruecos.

Se trata de la primera protesta espontánea de la sociedad civil española ante la situación de crisis económica que atraviesa el país, con casi 5 millones de desocupados. Los jóvenes, con una tasa de desempleo de más del 40%, han estado a la vanguardia de este movimiento que expresa hartazgo y rebeldía, y al que ya se sumaron desempleados, trabajadores precarios, empleados de la educación, la sanidad, autónomos, jubilados y ciudadanos enfadados con los políticos y la situación de crisis que vive el país.

“Los políticos y los banqueros nos mean desde arriba (los medios dicen que llueve)”, puede leerse en una de las tantas ingeniosas pancartas. “Recortar perjudica gravemente su salud”, decía otra en la plaza Cataluña de Barcelona, en clara alusión a las políticas de ajuste dictadas por los mercados financieros y aplicadas por el gobierno de Zapatero.

En medio de la rebelión de los indignados, España votará el domingo en elecciones municipales en todo el país y autonómicas en la mayoría de las comunidades a excepción de Galicia, el País Vasco, Cataluña y Andalucía.

Auguran una debacle para Zapatero

Unos 35 millones de votantes están llamados a participar en las elecciones regionales y municipales de este domingo en España, unos comicios marcados por la ola de protestas que recorre el país desde hace una semana y que vaticinan una hecatombe para el Partido Socialista (PSOE) de José Luis Rodríguez Zapatero.

Según los últimos sondeos, el descontento por la crisis económica y el récord negativo de casi cinco millones de desempleados hará que los socialistas sufran una severa derrota ante el conservador Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, tanto en el número total de votos como en lo que se refiere al poder territorial.

Así, el PSOE podría perder por vez primera en casi 30 años dos de sus tradicionales feudos autonómicos, las comunidades de Castilla-La Mancha y Extremadura, así como Asturias y las islas Baleares.

Además, las encuestas auguran que el PP arrebatará al partido de Zapatero -y por mayoría absoluta- el ayuntamiento de Sevilla, ciudad natal del ex presidente del gobierno Felipe González (1982-1996) y uno de los símbolos del socialismo en España.

Como si esto fuera poco, el PSOE podría quedarse también sin la ciudad de Barcelona, la segunda más grande del país, que pasaría a manos de los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió (CiU).

El PP, en cambio, se consolidará en sus bastiones autonómicos -la Comunidad de Madrid, Castilla-León, Murcia y la Comunidad Valenciana, pese a que en esta última el presidente del gobierno regional, Francisco Camps, está imputado por su presunta implicación en un escándalo de corrupción. Madrid capital también seguirá en manos de los conservadores.

Las elecciones autonómicas, a las que están convocados 19,3 millones de votantes, se celebran en 13 de las 17 comunidades del país, todas menos la más poblada, Andalucía, y las llamadas comunidades históricas de Cataluña, Galicia y el País Vasco.

Según una regla no escrita, el partido que gana los comicios municipales vence también en las elecciones generales, y las próximas están previstas para dentro de menos de un año, en marzo de 2012.