Según informó una organización no gubernamental

Serían 44 los muertos tras las protestas políticas ayer en Siria

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Una imagen tomada de la cadena televisiva Al Arabiya muestra a la gente protestando ayer en el área de Damascus Barzeh, en Siria. Defensores de los derechos humanos dicen que han muerto 775 personas desde que empezaron las protestas. Foto: AGENCIA EFE.

Las manifestaciones por todo el país reclaman cambios al gobierno y democracia.

 

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EFE

Cuarenta y cuatro personas murieron ayer en Siria por la “violencia sistemática” y el uso de munición real por las fuerzas de seguridad para reprimir las protestas políticas contra el régimen, informó hoy la Organización Nacional de Derechos Humanos.

Un comunicado de esta organización proporcionó los nombres de 44 víctimas mortales en la represión policial de ayer. De ellas, 26 murieron en la provincia de Edlib (norte) y 13 en Homs (centro), y el resto en otros lugares del norte, centro y sur del país.

Las protestas en Siria comenzaron a mediados de marzo y se suelen intensificar todos los viernes.

La Organización Nacional de Derechos Humanos en Siria (NOHR-S, en inglés), está dirigida por Ammar Qurabi, que vive desde las últimas semanas en El Cairo y es uno de los pocos activistas de derechos humanos que no ha sido encarcelado por las fuerzas de seguridad del régimen de Bachar al Asad.

En su comunicado, la Organización condena enérgicamente la violencia ejercida “contra civiles desarmados de una manera sin precedentes hasta en los más duros regímenes dictatoriales y totalitarios”.

También condena “las detenciones arbitrarias en todas las ciudades sirias después de que el presidente de la República decretara el fin de la ley de emergencia en este país”.

Al respecto, el mismo grupo dijo que ayer mismo doce dirigentes y miembros de una organización política kurda fueron arrestados en el noreste del país y se desconoce su paradero.

La organización dirigida por Qurabi recuerda las demandas que vienen haciendo los grupos de derechos humanos desde que estallaron las protestas políticas, que incluyen, entre otras, la investigación de estos asesinatos y la liberación de los presos políticos.

Al dar cuenta de los hechos de ayer, la agencia oficial siria, Sana, informó hoy de que 17 personas, entre ellas civiles y miembros de las fuerzas de seguridad, murieron a causa de los disparos de “grupos armados” en Edlib y Homs.

La información oficial, que cita fuentes militares y del Ministerio del Interior no identificadas, dice que “grupos de saboteadores” quemaron edificios públicos y destruyeron propiedades privadas.

Otra nota difundida hoy por la misma agencia informó de la detención de una “célula terrorista” en la localidad de Al Dumar, 40 kilómetros al noreste de Damasco, el pasado jueves, a la que se le decomisó una “gran cantidad de armas, municiones y explosivos”.

Tanto los datos de las organizaciones de derechos humanos como las informaciones oficiales no se pueden contrastar independientemente por las restricciones oficiales del régimen de Al Asad en el trabajo de los periodistas.

El régimen de Damasco ha impuesto un férreo control de la información, ha expulsado a varios periodistas extranjeros y ha detenido o prohibido trabajar a reporteros sirios que colaboran para medios internacionales.

Según cálculos de activistas de derechos humanos, desde que estallaron las protestas políticas en Siria han muerto cerca de mil personas, la mayoría de ellas civiles, y miles más han sido detenidas.

Netanyahu, Obama, el Estado palestino y la Primavera Árabe

Medios de prensa israelíes consignan que el primer ministro Benjamin Netanyahu salió del encuentro que mantuvo ayer con el presidente estadounidense, Barack Obama, más animado que cuando acudió a la cita.

Netanyahu y Obama se reunieron durante 90 minutos en la Casa Blanca un día después de que las referencias del presidente norteamericano al conflicto palestino israelí durante un discurso que desatara una airada respuesta por parte del premier israelí.

Al jefe de gobierno de Israel le indignó especialmente el llamamiento de Obama a que un futuro Estado palestino esté delimitado por las fronteras de 1967 bajo mutuo acuerdo entre ambas partes y recurriendo a intercambios territoriales, consignó la agencia DPA.

Y también informaron que se mostró molesto porque Obama no afirmara de manera explícita que los refugiados palestinos y sus descendientes no podrían regresar a Israel y que en su lugar serían reasentados en un Estado palestino.

“Existen diferencias, pero las relaciones son buenas”, citó la página web de noticias Ynet a un funcionario tras el encuentro, que prefirió mantener su anonimato.

El primer ministro destacó que Israel no regresaría a las fronteras de 1967, señaló la fuente no identificada y agregó que Israel “no aceptará a refugiados ni hablará con Hamas. Pueden olvidarlo”. “El comportamiento de Obama fue muy claro y mostró que están tratando de calmar las cosas. Una comida privada fue otra forma de reducir la tensión. Comprendieron que llegaron demasiado lejos con Netanyahu”, sostuvo otro funcionario anónimo.

El diario Jerusalem Post citó también una fuente según la cual Netanyahu dejó claro que es peligroso albergar “expectativas no realistas”, y que alimentar las esperanzas de los palestinos respecto a una completa retirada israelí de las fronteras de 1967, o la posibilidad de que Israel permita a los descendientes de refugiados palestinos regresar a Israel puede generar falsas esperanzas.

En el encuentro, Obama y Netanyahu discutieron, además, temas relacionados a Siria, Irán y Egipto.

Ambos acordaron que hay “un momento de oportunidad que puede ser aprovechado” como consecuencia de la Primavera Árabe, pero también se debe “reconocer que existen riesgos significativos”.