Y VOS... ¿EN QUÉ ANDAS?

MIGUEL TORRES DEL SEL. Actor y político

EN UN MERCEDES 250 CLASE C MODELO 2010

—¿Lo compraste porque fue un negocio o porque te gustó?

—Lo compré porque hice un buen negocio y porque tengo que viajar seguro y como las rutas no están buenas, mis amigos que han tenido buenos coches me han dicho: “andá en un buen auto porque el día que te la pongas, el auto te va a salvar” y les hice caso.

—¿Qué es lo mejor que te pasó con ese auto?

—Que puedo andar muy tranquilo, es cómodo y me permite llevar a mis hijas a Rosario cada vez que se da la oportunidad. En realidad uso mucho el auto a nivel regional y nacional, porque voy dos veces por semana a Buenos Aires.

—¿Tuviste alguna anécdota como dejar las llaves adentro o quedarte en algún lugar inconveniente?

—Tengo algunas que son graciosas. La que siempre cuento es que cuando estudiaba Educación Física le usaba el “Fitito” a mi vieja y vos sabés que tenía un agujero en el piso y cada vez que agarraba un charco de agua me bañaba entero. Por eso cada vez que me subía acomodaba un cacho de cartón que llevaba siempre, para no mojarme...

—¿Alguna vez quisiste prenderle fuego a un auto por un desperfecto mecánico?

—No. Mirá tuve un Fiat 128 turquesa, un Súper Europa 0 Km. Después me pasé a Peugeot, tuve un 305 y un 307. Posteriormente un Alfa Romeo y ahora que los precios se acomodaron bastante, me quedé con el Mercedes. El Alfa me trajo algunos problemas, porque al ser tan bajo siempre le pegaba a los lomos de burro, hasta que un día rompí el cárter y llegué a Buenos Aires con el auto lleno de aceite y casi fundido. La verdad es que manejando ese auto vivía preocupado.

—¿Le sos fiel a Mercedes?

—No, para nada. Pero me siento muy seguro; al manejar yo es como una herramienta de trabajo la que tengo, es el que me lleva y me trae. Por eso es que si tengo que realizar alguna maniobra complicada el vehículo me tiene que responder y te aseguro que lo hace.

—¿Sos de maltratar los coches?

—No, ni loco. A todos los autos que vendo, el que lo compra toma un muy buen vehículo. Si bien le hago muchos kilómetros, cada año y medio o dos trato de cambiarlos después de unos 70 u 80 mil kilómetros. El que lo recibe está seguro de que puede hacerle 100 mil km. más porque los cuido.

—¿Cuál es el auto de tus sueños, uno que te gustaría tener?

—No, no tengo uno que me quite el sueño; no soy fana de los autos. El otro día estuve viendo un Citroën DS3 y me gustó mucho, es el que le hace un poco de fuerza al Mini y por ahí me lo compro. Me parece fenomenal el formato, es medio “carito”, pero bueh! En realidad no me gustan los autos tan grandes, porque al ser de contextura física chica, parezco una hormiga dentro de un fuentón (risas). Mi formato pasa por el 307, el Audi A1, entre otros.

—¿Qué consejo le darías a los automovilistas de calle?

—Sobre todo que respeten los semáforos, me parece que eso es fundamental. Después la ley tiene que ser severa, más dura. Como pasa en muchos países, cuando voy a Miami mis amigos me cuentan que pasar en rojo es de 3.000 a 5 mil dólares, la segunda vez te sacan el auto un mes y la tercera creo que es por un año. Entonces todo el mundo va despacio y respeta las señales. El bolsillo es lo único que frena al que tiene auto, camión, colectivo. Es como que somos hijos del rigor. Soy un defensor de que vuelva la famosa (Policía) Caminera como había antes.

 

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