John Hurtig

“Yo encontré el ‘pituto’, de qué

encubrimiento me hablan”

Foto: Agencia Télam

(Télam).- En un emotivo relato que incluyó llantos, gritos y silencios, a Hurtig le alcanzaron 15 minutos para clamar por su inocencia y la de toda su familia y descargar nueve años de bronca acumulada contra los fiscales de San Isidro que lo acusan.

Vestido de sport con pantalón y suéter beige y zapatos de gamuza, Hurtig se acomodó en la silla central de la sala de audiencias frente al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1, cuando todos pensaban que la jornada estaba agotada luego de que los jueces resolvieran no acusar al cuñado Guillermo Bártoli por homicidio.

La presidenta del tribunal, María Elena Márquez, le explicó cómo iba a ser su interrogatorio y que tenía el derecho de contestar o no las preguntas y que podía declarar cuantas veces quiera en el debate, pero con su primera frase -”Yo no debería estar sentado acá”-, Hurtig marcó cuál iba a ser la tónica de su discurso.

“Señores jueces, a mí el Ministerio Público me acusa de haber ocultado prueba que yo mismo recuperé. Es verdad, ¡yo tiré el ‘pituto’!, pero yo lo recuperé. Se lo dibujé al fiscal (Diego Molina Pico) antes de que pida la autopsia de mi hermana”, dijo.

“¡Me pasé nueve horas arrodillado en una maldita sábana donde tirábamos el excremento! ¡Aplastando grumo por grumo, yo lo encontré! ¡Y gracias a María Marta que fui yo, porque si no, este Ministerio Público Fiscal me manda preso!”, exclamó Hurtig.

Hurtig hacía referencia a la inspección del pozo ciego que se hizo en la casa de country Carmel donde asesinaron a María Marta para recuperar una de las seis balas que le habían disparado a la víctima y que él mismo arrojó al inodoro pensando que se trataba de un “pituto” para sostener estantes.

“¡Se lo puse en la mano al fiscal y ni él sabía qué era una bala! Para colmo me dijo: ‘Qué bien dibujás!’ y tuvo que llamar a un perito o a un policía para que le diga que eso era una bala”, agregó Hurtig, a quien sus amigos también le dicen “Iguana”.

“¿Y yo soy el encubridor? ¡Si yo no hubiera dudado de la muerte de mi hermana hoy ninguno de nosotros estaría acá!”, gritó.

“¿De qué encubrimiento me están hablando? ¡Por qué no buscan al que mató a María Marta!”, gritó Hurtig mirando a los fiscales Laura Zyseskind, Leonardo Loiterstein y Daniel Márquez y pidiendo disculpas a la jueza Márquez por sus exabruptos.

“Nueve años saliendo en los medios la mitad del cuento. ¡Por qué no cuentan la otra parte! ¡Por qué no se encargan de decir la verdad!”, afirmó mientras en la sala crecía la tensión. Y el momento más emotivo llegó cuando desde la segunda fila del público se escuchó a la hija de Hurtig, Milagros, quebrada en llanto mientras su hermano Juan Bautista trataba de consolarla.

“¡Nueve años entrando a restaurantes con mis hijos que están ahí atrás, viendo cómo nos miraba la gente porque yo tiré el ‘pituto‘ por el inodoro!”, afirmó, quebrándose por el llanto de su hija.

“Sí, lo tiré al inodoro, ¡qué cagada! Pero hasta ahí no había dudado de la muerte de mi hermana. Si estaba encubriendo un crimen, me lo pongo en el bolsillo y se terminó el partido”, dijo.

Hurtig aprovechó la ocasión para reclamar: “Señores jueces, yo les ruego que miren la cara de cada testigo. No se dejen engañar. ¡María Marta dejó un ADN y hay que encontrarlo!”.

Pidió que se profundice la investigación sobre las manchas de sangre de dos hombres y una mujer que las pericias determinaron fueron encontradas en la escena del crimen y la familia sostiene son de personas que María Marta lastimó antes de que la balearan.

Trece personas cotejaron su sangre con esos rastros -entre ellos la familia, vecinos y vigiladores-, y dieron resultado negativo.

Negó que tenga algún tipo de relación con el encubrimiento del homicidio de su medio hermana María Marta García Belsunce. Dijo que él fue quien encontró la “bala-pituto” que aportó a la Justicia.

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John Hurtig dijo que si no fuera por sus dudas, el crimen no se hubiera descubierto y pidió que encuentren al verdadero asesino. foto: agencia télam