En Bahía Blanca

Falleció Carlos Robacio, uno de los héroes de Malvinas

Estuvo a cargo del Batallón de Infantería de Marina 5 que siguió luchando en las islas Malvinas, aún después de que la Argentina se rindiera. Fue reconocido como uno de los grandes jefes argentinos en el campo de batalla.

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A los 76 años, murió uno gran militar argentino. Foto: Archivo

El contraalmirante de Infantería de Marina Carlos Hugo Robacio falleció el pasado domingo 29 de mayo en el Hospital Español de la ciudad de Bahía Blanca. Muy pocos medios nacionales lo reflejaron, a pesar de que Robacio comandó a los 700 efectivos del Batallón de Infantería de Marina 5 y a los 200 soldados del Ejército Argentino en los duros combates desarrollados en el Monte Tumbledown, Sapper Hill y Monte William durante la Guerra por las Islas Malvinas. No pudieron ser derrotados por los ingleses y combatieron hasta agotar la munición, aún después de la caída de Puerto Argentino y que por eso ya habían recibido la orden de rendición.

Monte Tumbledown fue una de las batallas finales más sangrientas de la guerra de Malvinas. Para los ingleses, junto con la batalla del Monte Longdon, fue una de las que más horror les produjo porque, a pesar de superar a los argentinos en cantidad de efectivos y armamentos, debieron llegar a la situación extrema de tener que pelear cuerpo a cuerpo con los Infantes de Marina del BIM5 y no pudieron tomar esa posición hasta que nuestras tropas agotaron las municiones.

Finalizada la guerra, los británicos hicieron un documental sobre esta batalla en el cual, a pesar de no ser demasiado propensos al elogio, no vacilaron en señalar que las fuerzas argentinas más difíciles de enfrentar en Malvinas fueron las del Batallón de Infantería de Marina 5 a cargo del entonces capitán de Fragata Carlos Hugo Robacio.

Veinticinco años después, en una entrevista en su casa de Bahía Blanca, Robacio evocó esos combates de la siguiente manera:

“Yo no soy ni bravo, ni valiente, ni nada por el estilo. Soy un hombre común. Tengo miedo cuando cruzo la calle. Pero en Malvinas no pude tener miedo. No pude tenerlo porque creo que Dios no me dejó tenerlo, y la preocupación por mis hombres, su entrega, obviamente, no me podían permitir el privilegio de tener miedo. Además, estábamos convencidos de que peleábamos por lo nuestro.

“Yo estuve hace muy poco en una reunión en Gran Bretaña con los comandantes que me atacaron. Empezamos a combatir el 13 de junio de 1982. Ese mismo día a la tarde nos hicieron un ataque con una compañía reforzada que aniquilamos. Teníamos muy buen fuego preparado pero cometimos muchos errores, piense que hacía casi 200 años que no estábamos en combate, por lo menos en guerras clásicas.

“El BIM 5 era la única unidad que estaba equipada, ambientada y adiestrada para estar en Malvinas. Pero yo terminé valorando al Ejército porque mis camaradas de entonces, sin tener la experiencia y el equipamiento adecuados nada, igual pelearon muy duro contra los ingleses.

“Es difícil entender las condiciones extremas en las que peleamos en Malvinas y tuve la suerte de estar al frente de un batallón con gente de un valor encomiable.

“El comandante de los gurkas me escribió una carta para decirme que jamás pasaron tanto miedo como cuando atacaron Tumbledown. Los ingleses no podían creer que entre mis efectivos yo también tuviera soldados conscriptos: ‘No, sus hombres eran veteranos. No los podíamos sacar de los pozos’, me comentaron después de la guerra. Por eso, y a pesar de que los ingleses lo nieguen, porque las vi, puedo afirmar que las bajas inglesas triplicaron a las argentinas’.

“Lamentablemente, la munición que pensábamos nos iba a durar 20 días, se agotó en un día y medio de intensos combates, calcule que nuestra artillería tiró 17.000 proyectiles en sólo dos días.

“Todos los hombres que lucharon en Malvinas fueron muy valientes. No hay registros en todo el siglo XX de unidades que hayan sido bombardeadas durante 44 días y hayan combatido duramente por más de 60, sin haber sido relevadas”.

Por su desempeño Carlos Hugo Robacio, comandante BIM5, fue galardonado por la Nación Argentina con la Medalla al Valor en Combate y el propio Batallón de Infantería de Marina 5 fue condecorado por el Congreso argentino en 2002.