Poder Judicial

Secuestros virtuales y recomendaciones

La Oficina de Prensa de la Corte difundió un comunicado para “evitar la zozobra que tal situación provoca en quienes reciben este tipo de llamados”, además del perjuicio económico, entre otros.

De la Redacción de El Litoral

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La Oficina de Prensa de la Corte Suprema de Justicia de la provincia difundió recomendaciones para tener en cuenta ante “el surgimiento de reiteradas situaciones en las que mediante un llamado telefónico se pretende estafar a personas, haciéndoles creer que alguien de su entorno se encuentra privado de su libertad”, indicaron.

A raíz de la práctica frecuente de esta metodología, comúnmente conocida como “secuestros virtuales o telefónicos”, “el Ministerio Público Fiscal de la Procuración General de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, advierte necesario difundir detalles de esta modalidad delictiva, a fin de evitar la zozobra que tal situación provoca en quienes reciben este tipo de llamados, como así también evitar perjuicios económicos ante la concreción del engaño, brindando a los posibles damnificados herramientas para saber cómo actuar ante una situación de este tipo”.

Esta modalidad delictiva se ha detectado en distintos lugares de la provincia, tal como viene ocurriendo en los últimos años en todo el país, y consiste en hacerle creer a una persona, telefónicamente y mediante un elaborado engaño, que le ha secuestrado un familiar, para exigirle la entrega de alguna suma de dinero, objetos de valor, electrodomésticos o números de tarjetas de telefonía celular.

Generalmente, se inicia el engaño con un llamado telefónico de un número desconocido y quien llama informa que alguna persona ha sufrido un accidente, pidiendo generalmente datos de su obra social, para luego afirmar enfáticamente que se trata de un secuestro.

Con información

En la mayoría de los casos, es la propia persona -que atiende la llamada- quien en realidad aporta detalles acerca de lo que los delincuentes afirman de manera genérica, siendo situaciones que pueden ser comunes, haciendo que la víctima crea que los supuestos secuestradores cuentan con datos ciertos y puntuales sobre la integración familiar y movimientos de la casa (por ej. que alguna persona se encuentra fuera de la vivienda en ese momento -durante el día cuando los adultos trabajan o los niños están en la escuela, y los fines de semana de noche cuando los adolescentes salen-; que tienen dinero, joyas o relojes guardados en un placard o en una caja, etc.).

Si bien llaman a números telefónicos elegidos al azar, puede ocurrir que los delincuentes ya cuenten con alguna información de la persona que recibe la comunicación, llamándolo por su propio nombre o apellido. Hoy en día, puede resultar de fácil acceso por Internet, conocer cuál es el número telefónico que corresponde a una dirección puntual y cuál es el nombre y apellido del titular de la línea, por lo que los delincuentes pueden contar con esa información de antemano, aún sin conocer a quiénes viven allí.

Instrucciones

Atento a este cuadro de situación, se brindan algunas opciones para saber qué hacer al respecto.

Ante una comunicación telefónica de ese tipo, lo esencial es guardar la calma. Es recomendable cortar la comunicación inmediatamente y comunicarse con la persona ausente del hogar, aún cuando le exijan que no corte la comunicación.

En su defecto, si es que se cuenta con la posibilidad de disponer de otra línea telefónica (un celular o un vecino), comunicarse con la supuesta víctima y luego contactarse con la seccional policial más cercana a su domicilio o al 911, aún cuando le exijan que apague todos los otros teléfonos.

Nunca decir nombres u otra información sobre el grupo familiar que pueda ser utilizada por los delincuentes, ya que por lo general los delincuentes dicen que se encuentra accidentado o que capturaron a “un familiar”, sin precisar la identidad.

Siempre dé aviso a la policía antes de entregar efectos de valor.

No atienda a desconocidos

En algunos casos, puede darse que la llamada se recibe mediante el sistema de cobro revertido, en tal caso verifique antes de aceptar la llamada si se trata de algún conocido.

Si usted aportó a los delincuentes códigos de tarjetas telefónicas, no las tire aunque así se lo exijan. Entréguelas a la policía, ya que de esa manera se puede rastrear al autor o cómplices del delito.

Conocer la modalidad delictiva y divulgar ese conocimiento en su entorno familiar, les permitirá estar alertados ante una posible llamada, y evitar ser víctimas del engaño.

Comenzó en Rosario

Los medios rosarinos se hicieron eco ayer de nuevos casos de secuestros virtuales ocurridos en aquella metrópolis. Uno de ellos ocurrió el 30 de mayo y fue denunciado por un joven de 20 años, que se vio empujado a lanzar más de 15.000 dólares por el balcón de su departamento, en Pellegrini al 500.

El muchacho respondió de esa forma a una llamada anónima donde un farsante que se hizo pasar por empleado del hospital Clemente Álvarez, le dijo que su padre había sufrido heridas de bala en un intento de robo. Después le solicitaron 80 mil dólares, de los que alcanzó a pagar sólo una parte.

Cerca de allí, en Ayacucho al 1700, una abogada recibió una llamada en la que le reclamaban la misma cifra -U$S 80.000- por el secuestro de su esposo. Prevenida de la trampa, la mujer evitó el despojo y denunció el caso ante la Justicia.

La novedosa forma de quedarse con la plata ajena saltó a la luz un miércoles de abril y fue noticia nacional, cuando una mujer arrojó $ 160.000 desde el balcón luego de que la llamaran para decirle que su hija había sido secuestrada. El episodio sucedió en la zona centro, en un edificio de bulevar Oroño al 800.

+ contacto

Fiscalía NN.

Ante una situación de este tipo comunicarse con la Fiscalía de autores no identificados (Fiscalía NN) en los Tribunales de Rosario, (0341) 472-1700 interno 6413; o en Santa Fe al (0342) 4573020 interno 2813.

Rebote en Santa Fe

En la capital de la provincia, los últimos casos que se conocieron se produjeron a mediados de mayo y fueron oportunamente denunciados ante la policía. El primero involucró a un hombre de 56 años, que denunció la llamada recibida a su celular, en la que le comunicaron que su hijo estaba secuestrado. Aunque fue una suma exigua -$ 200 en tarjetas telefónicas- la víctima pagó por el rescate para más tarde enterarse de que nada malo le había ocurrido a su hijo.

El segundo episodio delictivo, catalogado de “tentativa de estafa” se registró cuando un joven de 28 años contó que le pidieron una suma de dinero para liberar a su hermano. Alerta de que podía tratarse de una trampa, el muchacho se contactó con su hermano, que nada sabía de secuestros, ya que se encontraba en su casa, disfrutando del fin de semana.

No obstante, el más resonante de los hechos se produjo a las puertas de uno de los edificios más lujosos y seguros de la ciudad, en bulevar Gálvez al 1100. El 13 de abril, antes del mediodía, una llamada anónima obligó a una joven mujer a arrojar $ 8.000 desde el balcón, por el secuestro de su marido.