Polémica por ítems licitados en 2005, reiterados en 2011

Circunvalación Oeste: Vialidad rechaza afirmaciones de Pirola

Un funcionario de la DPV advierte que todo se ajustó a la ley. Y que al senador “le hubiera bastado con preguntar cuándo se dio de baja el rubro que ahora se volvió a licitar, con la consiguiente reducción presupuestaria”.

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Una obra que sacará el tránsito pesado de la trama más urbanizada de la ciudad

foto: amancio alem

 

De la redacción de El Litoral

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El coordinador general de Proyectos de la Dirección Provincial de Vialidad, Luis Traba, respondió a críticas del senador provincial Rubén Pirola. En un pedido de informes, el legislador del PJ preguntó por qué se repite la licitación de la señalización horizontal y vertical de la obra de Circunvalación Oeste. El representante de Las Colonias fue titular de la DPV, en la gestión Obeid.

Traba respondió que “le hubiera bastado con preguntar cuándo se dio de baja el rubro que ahora se volvió a licitar, con la consiguiente reducción presupuestaria”.

El funcionario dijo que el procedimiento se ajustó a derecho. Que permitió ahorrar en 2009, 10 millones cuando la situación financiera no era sencilla, y advirtió que no hubo ninguna observación del Tribunal de Cuentas (por entonces, la mayoría de sus vocales venía provenían del peronismo).

Habló de un déficit de 200 millones en Vialidad “heredado” y de la necesidad de financiar el avance de la construcción del hormigón de la avenida “que prácticamente se ha hecho íntegramente en este gobierno”.

“Mi respuesta es muy obvia”

“A uno le extrañan estos dichos del senador Rubén Pirola, seguramente conoce o debería conocer el tema. En verdad, me sorprendió mucho su pedido de informes y la contestación a estas imputaciones es más que obvia, muy sencilla, más para quien conoce la gestión de la obra pública”, dijo Traba.

“Es algo habitual: una obra tiene una cantidad de ítems que conforman un presupuesto total. Se cotiza cada ítem y su suma determina la oferta total de la empresa”, agregó.

“Es común que se den de baja algunos ítems ante distintos problemas, por ejemplo de proyectos, imprevistos, factores climáticos, retrasos, cambios en la sociedad, etc, que obligan a cambiar una obra”, siguió.

En el caso de la obra de Circunvalación Oeste, esta etapa tiene mucha historia. Ahora hablamos de la segunda fase de la obra, que se licitó en 2005”. La llamada primera fase data de 2003, en medio de la inundación.

De 2005 a 2007

“La segunda fase, una obra vial completa para extender los tramos I y II de la Circunvalación Oeste comenzó en 2005 con la licitación; pero recién en 2007 se firmó el contrato”, subrayó Traba.

“Pasaron dos años. Y más tiempo aún desde la confección del pliego hasta el inicio de la obra. Para cuando esta administración asume, en diciembre de 2007, la obra estaba recién comenzando. No puede haber tenido hecho más que 5 ó 10 %: sólo movimiento de suelos. Todo el pavimento de hormigón, que se está terminando, es de la actual gestión”, destacó.

“Problemas de financiación”

“Cuando se tomó la obra, al iniciarse la gestión, se hizo una evaluación presupuestaria que mostró que había redeterminaciones de precios aceptadas por la provincia (por la gestión anterior) pero impagas, de los años 2004 y 2005. Hubo que hacer reformas presupuestarias en la DPV para atender esas deudas y seguir las obras”.

En diciembre de 2007, “pudimos advertir que había gran cantidad de obras y compromisos asumidos que no tenían la financiación necesaria para afrontarlas en 2008. El déficit en la DPV, por el presupuesto sancionado durante la gestión anterior, era de $ 200 millones. Hubo que hacer una reingeniería de costos y reformas para cubrirlo. El déficit heredado condicionó nuestra gestión”, argumentó.

“Se vio la necesidad de buscar reformas presupuestarias que doten de créditos para avanzar sobre lo que consideramos más importante. En el caso de la obra vial, obviamente, lo más importante es el pavimento de hormigón”, reiteró.

En esas circunstancias, “se tomó la decisión de bajar los ítems complementarios: la señalización horizontal y vertical, y la iluminación, que no tenía ni el proyecto”.

La empresa constructora “aceptó que se bajara el monto final de su contrato; son rubros que habitualmente las empresas constructoras viales subcontratan y seguramente por eso no se opuso a que le achiquemos el contrato”.

Esa decisión “se tomó mediante una resolución ministerial Nº1563 de octubre de 2009”.

El cuadro de reajuste Nº1 de la obra “redujo en un 12 % el monto final del contrato, lo que equivalía a unos 10 millones de pesos. No hubo ninguna objeción del Tribunal de Cuentas, en ningún aspecto”, dijo.

Los ítems dados de baja “tenían errores de diseño en los proyectos, que se señalan en la resolución. Al proyecto de la iluminación, según los pliegos de 2005, iba a hacerlo la EPE que en realidad no proyecta obras de iluminación viales. Y no sólo eso, tampoco se habían previsto los puntos de conexión: dónde enchufarlo. Se licitará más adelante, con el proyecto ejecutivo”.

Preguntas con el diario del lunes

— ¿Es usual dar de baja ítems, con la consiguiente reducción del presupuesto final, en las obras públicas?

— Sí. Todo el tiempo. Es algo perfectamente establecido por la legislación. Para eso las obras se licitan con cotizaciones por ítems. Esta complejidad de ítems y factores que intervienen en el devenir de la obra van haciendo que esto sea dinámico, y las obras cambian, por ejemplo por imponderable climáticos o porque se detectan problemas.

— Sin embargo, en Circunvalación Oeste no fue un problema de la obra, ni del pliego, sino la necesidad de financiarla.

— Sí. Es algo que se dice con toda claridad en la resolución 1.563.

— Usted ya ha explicado la legalidad de la decisión, identificado la documentación y señalado que el Tribunal de Cuentas no lo observó. Pero aún así, cabe preguntarse por los resultados de esa decisión. ¿Fue negocio volver a licitar?

— Es muy difícil de responder sin números. Tengo por supuesto los números de los informes, pero esos números no reflejan la realidad económica. Son números de 2005, de 2009 y de 2011. Y además, la lógica del análisis económico no es siempre para el Estado lo primero. Muchas veces, éste es el caso, lo primero es satisfacer cuanto antes las necesidades de la gente, o como bien le gusta decir a nuestro gobernador, garantizar su derecho. Ésa es la prioridad del Estado para nosotros. Y seguramente, en más de una ocasión el Estado no hace, entre comillas, negocio. Pensemos por ejemplo en la existencia de subsidios en el transporte, de servicios públicos, de una línea aérea nacional que se admite que sea deficitaria (aunque no en el orden actual), son situaciones donde el beneficio económico no cuenta. Obviamente tampoco es algo que se desestima.

En octubre de 2009 al bajarse esos ítems se ahorraron unos 10 millones de pesos que se volcaron a otras necesidades. Seguramente si no hubiéramos tenido la necesidad de buscar esa financiación, tal vez hubiera sido diferente el costo.

— Ya que no parece adecuado preguntarse si no fue negocio, ¿perdió mucho Santa Fe con aquella decisión?

— No, no, porque ésa era la necesidad del momento. La prioridad en la obra era el pavimento de hormigón.

— Con las cuentas del almacenero: ¿se puede comparar la suma de los ítems de 2005 con los ofertas que hay ahora, en 2011?

— No es imposible. Y yo le hago otra pregunta ¿con qué inflación? Con la real, con la del Indec...

— Seguro que cambiaron los costos, el dólar, los materiales, el combustible, las condiciones de competencia, el mercado de las obras públicas, de las especulaciones electorales, pero también las urgencias que los oferentes hoy deben percibir en el Estado para habilitar cuanto antes la obra.

— Es que uno debe evaluar cada decisión en el contexto que se tomaron, por qué se tomaron y en el momento en que se tomaron.

— Sí, admito que con el diario del lunes es fácil...

— En aquel momento vimos que teníamos cierta cantidad de recursos, un presupuesto que cubrir, y que nos alcanzaba para terminar el hormigón. Y sabíamos que a esos ítems la empresa los iba a subcontratar. Pensamos que tal vez al licitarlos por fuera del contrato se podían incluso reducir... En ese momento le pareció razonable a la administración tomar esa decisión.

La decisión estuvo bien tomada. Además de ajustarse a la ley. Cuando un proyecto viene de 2005 y no se ha terminado de ejecutar en 2011, nadie hace negocios. El proyecto debió llevar dos o como mucho tres años. No es negocio para nadie. Pero habrá que ver por qué se licitó en 2005 y se firmó el contrato en 2007.