“Incendies”

Vivir y morir en medio del infierno

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La actriz Lubna Azabal, protagonista de la película dirigida por Denis Villeneuve. Foto: Archivo El Litoral

 

Laura Osti

“Incendies” es un film centrado en la figura de una mujer que ha tenido una experiencia vital compleja y desgarradora y que al momento de morir, deja un testamento con algunas instrucciones para sus hijos, que serán quienes tendrán la tarea de reconstruir la historia de su madre, para cumplir con su último deseo y al mismo tiempo para develar los misterios de sus orígenes.

Basado en una obra teatral del libanés Wajdi Mouawad, el director canadiense Denis Villeneuve desarrolla la anécdota en capítulos diferenciados unos de otros por un título que refiere a las distintas instancias de la narración.

Diseñado a partir de una concepción trágica, el guión va dando saltos en el tiempo, engarzando situaciones del pasado que afloran a partir de la investigación que emprenden los gemelos, Simone y Jeanne, los hijos de Nawal, la mujer que acaba de morir. Todo comienza en Canadá, lugar en el que el grupo familiar ha vivido los últimos años, adonde los tres llegaron como refugiados provenientes de la convulsionada zona del Medio Oriente. Hacia allá deberán volver los jóvenes para intentar hallar al padre de ambos y a un hermano mayor perdido.

La muchacha es la que encara la búsqueda de manera más entusiasta, pero finalmente se le unirá el hermano y entre ambos desentrañarán una compleja trama de violencia, dolor y desarraigo, que al final del camino se revelará como un secreto muy perturbador y difícil de asimilar para los sobrevivientes. Mediante el recurso constante del flashback, el espectador se va enterando paso a paso del periplo de Nawal, desde su apasionada juventud hasta sus últimos días, a través de paisajes signados por la violencia étnica y religiosa, donde no importa mucho para el relato la precisión de lugares geográficos ni de fechas sino que lo importante son las situaciones existenciales por las que la mujer atraviesa. De modo que si bien la acción se ubica en la región del Medio Oriente, el enfoque propuesto apela más bien a un paisaje metafísico, en donde ocurren cosas entre los seres humanos que se dirimen mediante la violencia, como protagonista casi excluyente, en donde el amor y el surgimiento de la vida se abren paso pese a todo, en medio de circunstancias no muy propicias y hasta desesperantes.

Propuesta inquietante

El filme muestra una sucesión de situaciones límite, pero que en ese contexto, son cotidianas, son el pan y las lágrimas de cada día. ¿Cómo se adapta la mente humana al horror permanente? ¿Qué lugar se le puede dar al amor en medio de inimaginables torturas? ¿Qué pasa con los niños que nacen y crecen en un ambiente de extrema violencia, donde muchas veces son alejados de sus padres y no conocen nada que se parezca a la ternura?

“Incendies” toca muchos temas verdaderamente significativos que plantean interrogantes filosóficos, morales, religiosos, políticos, culturales y un largo etcétera, sin ofrecer respuestas cómodas ni fáciles.

Por momentos, el espectador se verá arrojado al mismo infierno, tal y como parece sentirse Nawal durante casi toda su vida, en la que al final recibirá la última estocada, el golpe de gracia, que terminará por desintegrar definitivamente su psiquis y su salud. Lo que parece querer decir esta obra con su propuesta tan inquietante es que cuando se pierden todos los límites y las fronteras se convierten en un hervidero confuso de pasiones descontroladas, en las personas se hace carne ese conflicto al punto de llegar a vivir verdaderas tragedias de una magnitud insospechada.


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MUY BUENA

Incendies

Idem, Canadá y Francia, 2010. Drama. Dirección: Denis Villeneuve. Interpretación: Lubna Azabal, Mélissa Désormeaux-Poulin, Maxim Gaudette, Rémy Girard. Guion: Denis Villeneuve; a partir de la obra teatral de Wajdi Mouawad. Producción: Luc Déry y Kim McCraw. Música: Grégoire Hetzel. Fotografía: André Turpin. Montaje: Monique Dartonne. Vestuario: Sophie Lefebvre. Duración 125 min. No recomendada para menores de 12 años. Se exhibe en el América.