El Ferrocarril Santa Fe, colonizador de pueblos

Andrés Alejandro Andreis

Sin duda, el ferrocarril de Santa Fe a Las Colonias -en sus orígenes del Estado provincial, y luego explotado por la Compañía Francesa de los Ferrocarriles de la Provincia de Santa Fe-, fue uno de los grandes hacedores de colonias y factor para el fomento de los pueblos. Pero lo que aquí quiero resaltar es la expansión que tuvieron los pueblos del norte al paso de esta compañía ferroviaria, cuya administración operativa estaba en la ciudad de Santa Fe. , empresa que con la nacionalización de los ferrocarriles pasaría a integrar la red del Ferrocarril General Belgrano.

Inaugurada la línea Santa Fe - Esperanza - Rafaela - Lehmann- San Cristóbal (1885/1886/1887)-, comenzó la ciclópea obra de construcción de la línea Santa Fe a Gobernador Vera. A ese fin hubo que abrir picadas en los montes, vadear ríos y lagunas para instalar alcantarillas, puentes, estaciones y playas de maniobras. Asimismo, practicar desvíos, hacer depósitos y bretes, entre otras obras de arte. Vendrían a continuación los ramales Vera - Reconquista - Las Toscas, e Intiyaco a Villa Guillermina. En 1892, este ferrocarril santafesino se había adentrado a La Sabana -por entonces Territorio Nacional del Chaco- para avanzar hacia Charadai y sus ramales al oeste, y luego continuar hasta General Obligado - Resistencia y, más al norte, Barranqueras.

Veamos algunos ejemplos de su trayectoria. Llambi Campbell fue fundada en 1880 y el ferrocarril se inauguró en 1889. Su actividad agrícolo-ganadera motivó el montaje de grandes galpones de carga y bretes. San Justo se fundó en 1885, y en 1889 fue inaugurada su línea férrea cuando aún su población era escasa y la estación concentraba la totalidad del tráfico de cargas generales y pasajeros, encomiendas y equipajes. Su comercio e industria se hicieron pujantes así como el agro y la ganadería cobraron notoriedad desde fines de la década del 20 en adelante. Malabrigo, fundada en 1872, recibió al ferrocarril en 1889 y junto a su estación también se construyeron bretes y plataformas de carga para recibir los despachos de los productos agrícolas. Se destacaban quintas y granjas frutales, con plantíos de mandarinos y jazmines, de acuerdo con los datos de la guía oficial del Ferrocarril de Santa Fe 1929/1930. Por entonces, estos productos movilizaban más de 200 vagones por semana que iban destinados a Santa Fe, Rosario, Buenos Aires, Córdoba y Tucumán.

Gobernador Vera se fundó en 1889, en tanto que el tramo Calchaquí - Vera - La Sabana era construido entre 1890/1892. En toda esa zona se explotaba el quebracho, mientras la ganadería se iba desarrollando con la presencia activa de este innovador medio de transporte que acrecentaba el comercio regional, dado que desde su estación los rieles se bifurcaban hacia otras regiones. Charadai, en el territorio chaqueño, se fundó en 1908. Se halla sobre la línea a Resistencia, cuyo ramal se inauguró el mismo año. La estación estaba dotada de amplio galpón, vías de carga y balanza para pesaje de vagones. Su principal actividad fue la industria maderera y los aserraderos para elaborar esos productos que se exportaban en grandes cantidades. A la vez, la ganadería iba cobrando importancia.

Sintéticamente, y en forma parcial, referí la trayectoria de este ferrocarril desde sus albores. Merece subrayarse la faz humana de sus técnicos, de sus operarios, de sus capataces de Vía y Obras y, fundamentalmente, de sus sacrificados “catangos” que en territorios difíciles doblaron sus espaldas bajo el sol para tender los rieles del progreso, aún a costa de sus vidas.

Un rosario de pueblos de esta antigua línea, desde Recreo, Candioti, Iriondo, Emilia, Videla, San Justo, Ramayón, Escalada, Crespo, Calchaquí, Margarita, Villa Ocampo y Las Toscas -entre otros-, conformaban ejes importantes de producción agraria, ganadera, forestal y algodonera. En su desarrollo, mucho tuvieron que ver los trenes de carga, mixtos y de pasajeros, que cubrían el transporte en estas dilatadas zonas de nuestro norte.

Decadencia y clausuras

Esta línea y sus respectivos ramales comenzaron su decadencia a partir de la declinación de su área forestal. Las clausuras de sus redes se intensificaron a partir de 1960, para culminar definitivamente hacia los 90. La visión errada y hasta diría que totalitaria del poder central, sumada a la complacencia de gobiernos provinciales que consintieron los atropellos, viabilizaron el estropicio que ahora es juzgado por quienes aún tienen memoria, para que quede registrado en la historia de estos pueblos.

Los grandes de ayer fomentaban el progreso mediante la creación de condiciones favorables de trabajo, apuntaladas por un ferrocarril ahora ausente. Periódicamente, durante las campañas políticas, se suelen renovar incumplidas promesas de reactivación que se vuelven letra muerta apenas concluye el turno electoral.

Regresando al tema, hay que decir el tráfico principal del antiguo Ferrocarril de Santa Fe estaba determinado por la carga de cereales, rollizos durmientes, leña, carbón, varillas, vigas, hacienda, caña de azúcar y algodón que fluían hacia puertos propios como los de Colastiné, Gaboto y San Martín.

Es tarea fundamental, para que las promesas se conviertan en hechos positivos, que los gobiernos que vengan, incluyendo los de comunas y municipios, con el concurso del sector privado se comprometan a recomponer esta importante línea de comunicación. De esta manera los pueblos potenciarían sus actividades normales, aumentaría la producción, se aliviaría el tránsito por rutas, y la integración regional sería una realidad. Ver nuevamente la imagen del tren en movimiento modificaría los ánimos, fortalecería voluntades y retornaría la felicidad de estos pueblos que, pese al tiempo transcurrido, siguen esperando ansiosos el regreso del tren.