Llegan cartas

Y después de las bombas... ¿qué?

Antonio García de Arroyo Leyes

Dni 6034944

Señores directores: “Me contaron que fue un fuego de artillería e interminables caravanas festejando con incontenible y desbordante fervor el 2º puesto del ascenso, habiendo terminado a 10 puntos del Campeón de la Divisional “B”, al que en un acto aberrante e inédito —sin justificación posible y reiterando el apagón—, no le permitieron dar la vuelta, que legítimamente se merecía. Como no vivo en la ciudad, lo vi por T.V. Aturdieron y mortificaron durante tres días seguidos, sobretodo a los ancianos, enfermos y animales, los que por el sufrimiento auditivo disparan de sus hogares sin rumbo hacia cualquier parte y terminan perdidos. Me pregunto, era para tanto lo logrado o, realmente lo hicieron para molestar y enervar a más de media ciudad colonista, que en breve será anfitriona de la Copa América con su estadio e instalaciones a full, teniendo el honor de admirar a Messi en su campo de juego. Basta con recordar el reciente descenso de un “grande”: Huracán y también de Quilmes, como asimismo el sufrimiento interminable de los hinchas de Gimnasia y las lágrimas de los de River —tal vez la tercera parte del país—, los que agonizan hasta el final. Entonces creo que es hora de volver a la realidad, porque el sistema del “promedio” es cruel fundamentalmente con los clubes chicos que ascienden, será un continuo sufrimiento, de lo cual son ejemplos Olimpo y Tigre. Por ello se ha ganado el mote de “promedio”. Mire vecino tatengue, le digo toda franqueza, si todavía le quedaron algunas bombas en su casa, por las dudas vaya tirándolas porque dentro de un año me parece que los festejos van a venir de otro lado y usted los va a ver pasar”.