Trágico final de un juego inocente

Dos chicos murieron calcinados y tres se hallan en grave estado

Dos nenes perecieron abrasados por el incendio de una estiba de algodón donde jugaban con otros tres amiguitos.

Gustavo Capeletti

Una inconmensurable tragedia se abatió sobre humildes familias de Campo Hardy poco antes del anochecer del sábado. Fue cuando cinco chicos de entre 10 y 14 años jugaban en una estiba de algodón recolectada durante la tarde para ser entregada al día siguiente a una desmotadora de la región.

Los menores trepaban la montaña blanca de unos tres metros de alto y una vez en la cima ahuecaban la carga para llegar, por el interior, hasta el suelo. En ese juego estaban cuando, se cree, a uno de los más pequeños se le ocurrió encender un fósforo.

De inmediato, el fuego ganó el centro de la estiba del cultivo altamente inflamable y atrapó en sus llamaradas a José Ramón Giménez, de 11 años y Rosendo Javier Saucedo, de 10, que perecieron calcinados sin que los demás pudieran hacer nada para salvarlos.

El hecho sucedió en un establecimiento ubicado a escasos dos kilómetros de la planta urbana de Campo Hardy, hacia el Este, sobre la Ruta 11.

Desde su casa, el propietario (un hombre de apellido Muchiut) divisó la nube de humo que se elevaba en el lugar donde estaba depositado su algodón y procedió a radicar una denuncia en la comisaría local creyendo estar ante un incendio intencional.

Pudo saberse que en ese momento ingresaban al Samco de Florencia los restantes tres menores de edad, César Daniel López, de 14 años, Ramón Esquivel, de 13 y Héctor Aníbal Saucedo, de 12, éste último hermano de uno de los fallecidos.

Todos presentaban quemaduras de gravedad en sus cuerpos, y aunque las informaciones se tornan difusas en este punto, se estima habrían sido auxiliados por un auto que pasaba casualmente por la zona y los trasladó, ante sus pedidos de ayuda, hasta el centro de salud mencionado.

Pero la novedad surgió al momento en que uno de los heridos (Héctor Saucedo) era trasladado al Samco de Villa Ocampo y, en medio de su dolor, comenzó a pedir por su hermanito. Una llamada de los médicos que lo atendían alertó a las autoridades policiales de Las Toscas sobre la latente posibilidad de que existieran más heridos.

Los agentes policiales, junto a bomberos de esa ciudad, acudieron al sitio indicado y dieron con el macabro cuadro de los restos calcinados hasta los huesos de los dos inocentes.

Al mediodía de este lunes el estado de los sobrevivientes era reservado. Mientras dos de ellos fueron derivados y permanecían internados en el Hospital de Reconquista, el tercero debió ser hospitalizado en el Instituto del Quemado de la capital provincial.

/// UBICACIÓN

Campo Hardy, General Obligado

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