EN UN CITROëN XSARA PICASSO 2008

—¿Lo compraste porque te gustó o fue un negocio?

—Me gustó. Me encantaba desde hace mucho tiempo, sobre todo por el andar, el diseño y no veía la hora de comprarla. Por eso la elegí.

—¿Qué es lo mejor que tiene tu Picasso?

—Como sabés yo viajo mucho, la comodidad interior y lo silenciosa que es, es una de las tantas cosas que me gustan mucho. También prioricé lo que es el baúl, por la inmensa capacidad que tiene porque para mí me resulta muy útil. Cuando viajamos por el programa, somos tres a cuatro personas como mínimo y llevamos mucho material de trabajo. Y creeme que tengo mucho espacio. La verdad es que me soluciona muchos problemas.

—¿Tuviste alguna anécdota graciosa como dejar las llaves adentro o estacionar el auto en algún lugar inconveniente?

—Mirá me pasó hace muy poquito tiempo en Salta. En una localidad que se llama Iruya, se accede por un camino de ripio muy complicado, que por momentos es de cornisa, con una puna muy extensa, terreno muy árido. Es de los peores que se puedan imaginar y por momentos se llega a los 4.000 mil metros de altura. En la mitad del camino por querer traerme un cactus a casa, el auto no arrancó más y nos entró la desesperación... La verdad es que ese tramo es muy poco transitado. De repente llegó un guía con una camioneta al que casualmente le habíamos hecho una nota de ida. Él nos ayudó, se pudo poner en marcha el motor y solucionamos el problema. ¿Podés creer nuestra suerte? Realmente fue una situación muy complicada para nosotros, fue cortita, pero a nosotros nos pareció una eternidad.

—¿A alguno de los vehículos que adquiriste tuviste ganas de prenderle fuego por algún desperfecto mecánico?

—Sí, hace mucho tiempo atrás. He tenido varios usados chatarras como una Renoleta, que por ser mujer me habían metido un perro de aquellos. Le vivía gastando dinero y me dejaba a pie a cada momento. A ese sí que tuve ganas de quemarlo.

—¿Le sos fiel a Citroën?

—Más que nada a la Picasso, porque me ha dado muchas satisfacciones. Estoy muy conforme por distintos motivos: el andar, consumo, confort, habitabilidad. Tiene muchos atributos.

—¿Sos de maltratar los autos?

—Mirá, más que nada me gustaría lavarlo un poco más seguido. Pero pasa que por falta de tiempo no lo logro. Quizás soy descuidada en la “presencia” general del auto, pero lo que son todos los services se los hago en tiempo y forma. Para mí el auto es una necesidad y no quiero que me deje a pie.

—¿Cuál es el auto de tus sueños?

—Podría ser una 4x4 que me brinde muy buenas prestaciones por el tema de los viajes. Un vehículo que me brinde seguridad en cuanto a caminos embromados, montañas o lugares prácticamente inaccesibles como los que recorremos periódicamente.

—¿Qué consejo le darías al automovilista de calle?

—Que por favor se cuiden, pero que empecemos ya. Yo viajo mucho y veo “horrores”, sobre todo los camioneros y colectiveros que van por la mano que no les corresponde en la autopista, que te obstaculizan el paso. Antes era diferente, te dejaban pasar, te hacían señales de luces. Hoy ya no es así. Además, los autos que tienen grandes prestaciones los aceleran a 180-190 Km/h. y te das cuenta de que no los saben manejar. O también están aquellos en algunos pueblos que ni siquiera luces tienen. La verdad es que te da miedo andar por los caminos y rutas de Argentina. Sin dudas que nos falta más solidaridad.