En su piso de Londres

Encontraron muerta a Amy Winehouse

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Era una de las grandes estrellas de la música británica en los últimos años y una cantante de soul de extraordinario talento musical y poderosa voz, al que la autodestrucción ha empujado a un fin demasiado temprano. Aún se desconocenlas causas que provocaron la temprana muerte de la talentosa cantante.

Foto: DPA

 

De la redacción de El Litoral

Amy Winehouse, la conflictiva diva del soul, que tenía constantes problemas con la bebida y las drogas, fue hallada muerta ayer en su piso de Londres por causas desconocidas. Con su muerte, a los 27 años, desaparece uno de los grandes talentos musicales del Reino Unido, donde la cantante suscitaba gran atención mediática por su volátil personalidad.

El servicio de ambulancias recibió ayer una llamada de emergencia para ayudar a la cantante, que estaba en su casa del barrio de Camden Town, al norte de Londres, pero no se pudo hacer nada para salvarle la vida, según los medios británicos.

Un portavoz de la Policía dijo que la muerte de Amy Winehouse aún “no tiene explicación” y afirmó que es prematuro conjeturar sobre las causas de su muerte hasta que se le practique la autopsia.

Un portavoz de la cantante manifestó que sus amigos están “conmocionados y destrozados” y confirmó que el padre, Mitch, ya se ha enterado de la muerte de su hija y regresa desde Nueva York.

Con su pelo negro recogido, sus ojos muy maquillados y sus numerosos tatuajes en los brazos, Amy Winehouse pasó varias veces por clínicas de rehabilitación, pero su estado fue otra vez portada de la prensa cuando tuvo que cancelar el mes pasado su gira europea.

La cantante se vio obligada a cancelar la gira tras su actuación en Belgrado, en junio pasado, donde, en aparente estado de embriaguez, fue incapaz de cantar durante 90 minutos. Amy tenía previsto sacar al mercado su tercer disco próximamente.

Su última aparición pública fue el miércoles por la noche, cuando salió al escenario junto a su ahijada Dionne Bromfield en el teatro The Roundhouse de Camden Town.

“Club 27”

Con su muerte a tan corta edad, Amy Winehouse, nacida en el seno de una familia judía en North Finchley, en el norte de Londres, se une al llamado “Club 27”, el grupo de jóvenes músicos que han fallecido a los 27 años. Jimmy Hendrix falleció a los 27 años en Londres en 1970 tras beber un cóctel de vino y píldoras para dormir; el Rolling Stone Brian Jones se ahogó en una piscina en 1969; Janis Joplin murió en 1970 por una sobredosis de heroína; Jim Morrison murió en 1971 de un fallo cardíaco y Kurt Cobain se disparó un balazo en 1994.

Numerosas personalidades del mundo de la música y la política, entre ellas Sarah Brown, mujer del ex primer ministro británico Gordon Brown, manifestaron su tristeza por la muerte de la cantante.

La noticia empezó a circular rápidamente a través de Twitter después de que Sarah Brown hiciera un comentario al afirmar que el fallecimiento de Winehouse era una “noticia muy triste”.

“Un gran talento, una voz extraordinaria, una muerte trágica, condolencias a la familia”, escribió Sarah Brown en Twitter.

Tributo

Muchos admiradores se acercaron a Camden Town para dejar flores, tarjetas y ositos de peluche cerca de su piso, ya que la Policía ha acordonado la calle donde vivía la cantante.

“Camden no te olvidará. Todos te queremos y seguiremos queriéndote. Tu leyenda está viva”, señala una tarjeta.

El Rolling Stone Ron Wood dijo que ha perdido una amiga con la que ha pasado buenos momentos. El productor Salaam Remi, que trabajó con Winehouse en el disco “Back to Black”, escribió en Twitter: “Es un día muy triste. He perdido a una gran amiga y hermana”.

El comentarista de rock del periódico The Daily Telegraph, Neil McCormick, manifestó estar conmocionado por la muerte de la artista y recordó su reciente grabación junto a Tony Bennett con motivo de un álbum que sacará en septiembre el cantante estadounidense para celebrar sus 80 años.


 

/// OPINIÓN

Esa desgarrada diva del soul

Ignacio Andrés Amarillo

Desgarrada, desgarbada. Las piernas flacas, el vestido de señora, el tocado banana, el maquillaje grueso, los tatuajes algo carcelarios. Esa imagen es la que dejará en nuestras retinas Amy Winehouse, la cantante fallecida ayer, una de las figuras del soul británico.

Cierto es que la galesa Joscelyn Eve Stoker (más conocida como Joss Stone) saltó a la fama antes, basada en un repertorio más clásico, en su destacada voz y en su belleza natural, de adolescente descalza y algo torpe. Cierto es también que Aimeé Ann Duffy reclama su lugar en ese europeo renacimiento de la música negra.

Pero fue Winehouse la que llevó a la escena antes sus propias composiciones, que revelaban facetas de su personalidad y sus dolores. Con su segundo disco “Back to Black” trascendió las fronteras, especialmente con su canción “Rehab”, toda una declaración de principios: “Intentaron hacerme ir a rehabilitación y dije no, no, no”.

Aún no se ha establecido formalmente la causa de su muerte, pero su historia de abuso de drogas y alcohol ocupaba tantas páginas o más que su creación artística. Quizás porque una estaba íntimamente ligada con la otra: lo cantado y lo vivido eran la misma cosa.

La discográfica Universal, en su comunicado oficial, no pudo evitar sumarla al “Club de los 27”: la lista de figuras de la música que murieron a esa edad tan prematura. Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Brian Jones de los Rolling Stones fueron sus fundadores en los ‘60; Kurt Donald Cobain en los ‘90 demostró que las inscripciones seguían abiertas. Ahora Amy Winehouse se sumó a la lista de los que se fueron temprano, privándonos de todo lo tenían para seguir dando.

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