Manejo, tecnología y rinde

Una cuestión de estrategia

Una cuestión de estrategia

Se realizó en Santa Fe la jornada “Maíz y Soja 2011”, dirigida a profesionales y estudiantes avanzados de la carrera de agronomía. En el marco del quincuagésimo aniversario de la FAVE, sirvió para pensar en planificar mejor la campaña gruesa y el tambo.

 

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La actividad estuvo organizada por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Fe y el Grupo TodoAgro; y contó con el apoyo de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL, y Fertilizar Asociación Civil.

Según Gerardo Severín, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos, el evento nace merced a la necesidad de capacitación permanente que tiene la entidad para con sus integrantes. “Ésta incluye tres cursos de fitosanitarios, dos cursos para pulverizaciones, las 3as. Jornadas de alfalfa en Rafaela, y un programa intensivo de uso de fitosanitarios para la producción frutihortícola del cordón verde”, explicó.

Para Santiago del Solar, presidente de MAIZAR, tenemos frente a nosotros una muy buena noticia, y es la creciente demanda internacional de maíz. El productor disertó sobre la “Prospectiva del cultivo de maíz y su cadena de valor. El aporte del maíz al desarrollo del país”. Un tema claramente condicionado por los números. “En mayo de 2009, el maíz tenía un precio de U$S 180,70. Hoy, vale U$S 302”. El creciente consumo mundial, sin embargo, no es aprovechado por los argentinos, ya que en el país, el “freno de mano” impide explotar ese potencial. Esta medida impuesta desde el Gobierno implica que si bien el precio FOB es de U$S 302 la tonelada, hoy el precio al productor es de U$S 175, una diferencia del 42 por ciento. “¿No eran del 20 % las retenciones al maíz?”, se pregunta.

Con un precio FOB de U$S 302/tn, un precio pos retenciones de U$S 241, un fobbing a U$S 12/tn., equivale a U$S 229 de FAS teórico, más los ROEs y el cierre a la s exportaciones, equivale a U$S 175 precio Rosario.

“Es posible soñar con un mar de maíz, la demanda mundial lo justifica, y es un buen negocio para la Argentina, porque mejora la competitividad de las empresas, tiene más productividad que otros cultivos, y genera más inversión y más empleo. El maíz produce tres veces más volumen por hectárea que la soja”, aclara Del Solar.

La estrategia para el presidente de Maizar, pasa por la necesidad de implementar un mercado transparente sin cuotificación o el cierre de exportaciones de granos y carnes, la eliminación de todos los derechos de exportación de todos los productos de la cadena, promover los cultivos a través de leyes que permitan la desgravación de insumos clave, y promover la biotecnología.

“Falta un único insumo: la confianza. Ahora, la tecnología nos permite ampliar la ventana de siembra. Antes no hacíamos maíces tardíos en diciembre. Ahora podemos hacerlo de manera eficiente. Tenemos la biotecnología, que previene el ataque de insectos, y la fertilización que mejora el manejo y las respuestas, junto a una mejor relación insumo producto”, explica. Y termina diciendo que el productor argentino está en la punta de la adopción de tecnología, pero ésta es una carrera cotidiana, ya que todos los días se generan novedades e información muy importante a tener en cuenta.

Ecofisiología del maíz

Para el Ing. Agr. Facundo Ferraguti, de INTA Oliveros, las bases ecofisiológicas detrás del manejo pueden llegar a impactar el rinde tanto como una decisión de fecha de siembra. “Estrategias técnicas para pensar el maíz en esta campaña. Claves para que la implantación no afecte al rendimiento”, fue su tema elegido.

“Para cada ambiente debemos encontrar un manejo adecuado; no hay una receta universal, porque cada sistema tiene su dinámica propia. Si bien el techo de rendimiento ya está impuesto, el techo real y el alcanzable lo pone cada productor, en base al uso de insumos y tecnología que aplica”. Para Ferraguti, el potencial instantáneo implica conocer la variabilidad y caracterizar nuestro ambiente productivo, algo clave para elegir luego las técnicas, densidades, hileras, nivel de insumos, caracterizar el ambiente productivo y elegir la combinación se insumos y estrategias. “La participación del agrónomo es esencial, porque si bien el productor está acostumbrado a desafíos similares cada año, el rol del técnico es vital, porque es el que estudió la dinámica de los agrosistemas y tiene una mirada holística y puede discernir la información mas útil para cada situación”, finaliza.

Ecofisiología de la soja

Para hablar de soja, el encargado fue el Ing. Agr. Diego Santos, de INTA Paraná, quien comenzó aclarando la diferencia respecto de los nuevos paradigmas que definen los condicionantes de cada campaña. “El ambiente, la interacción genotipo-ambiente y su manipulación. El esquema tradicional para clasificar a los factores que afectan al cultivo eran la lluvia, la temperatura, la variedad, los nutrientes, las malezas, las plagas, las enfermedades y la radiación. Pero hay otras opiniones. “El rendimiento está condicionado por factores determinantes (variedad, ambiente, provisión de insumos); limitantes (agua y nutrientes); y reductores (malezas, plagas, enfermedades). Entonces, para maximizar los rendimientos, es necesario controlar los factores reductores, para luego manejar los factores limitantes, de manera de maximizar el uso de los factores determinantes”, explica. El ambiente del cultivo es la combinación de la localidad (sitio), el año (estación) y la fecha de siembra. Los genotipos o variedades comerciales, pueden variar en función de su madurez o longitud de ciclo, el tipo de hábito de crecimiento de tallo, y su potencial de rendimiento.

En base a la disponibilidad hídrica, se hace la elección del cultivar. “La mejor combinación de variedad y fecha de siembra no se trata de la marca, sino del tipo, en base a su madurez y características de crecimiento. Aconsejo hacer sojas de tipo indeterminado para fechas tempranas (septiembre octubre), que permite que los materiales sigan creciendo en altura y tener un buen período reproductivo. Y grupos no demasiado precoces (grupos 4 largo a 5)”, dice. Para Santos, al avanzar a noviembre podés ir cambiando ciclos determinados con alto potencial de rinde grupos medios 5 a 6 corto para nuestra latitud. “Pasando a fechas tardías sobre cosecha de trigo u otros factores, se aconseja “arrimar surcos” de 52 cm. a 35 cm. y ver variedades más adaptadas a esas fechas, grupos medios a largos, distintos hábitos de crecimiento”, agrega.

Más compactos

El Ing. Guillermo Gerster está obsesionado con la compactación del suelo y la influencia que ésta tiene en el rinde y en la sustentabilidad del mismo. Cuando nadie hablaba del tema, desde el INTA Roldán comenzó a medir la compactación en campos de productores con resultados muy sorprendentes. “El pasaje de vehículos en el suelo húmedo genera compactación. Si este es fértil, tiene la capacidad para reponer su estructura, pero en las condiciones de monocultivo y en suelos secos la tendencia se agrava”, comienza diciendo.

La estrategia: rotación con trigo, maíz, gramíneas que ayudan a que el suelo se reestructure solo. Pese a un mayor tránsito que la rotación genera, los resultados son ampliamente favorables.

Los métodos para medirla son sencillos y efectivos: la calicata o la trinchera, (esta última de 50 cm. de profundidad por 2 metros de ancho). O los “penetrómetros”, los que permiten monitorear fácilmente la tendencia. A nivel general, el problema se sigue agravando. “Debemos tener una visión amplia del sistema productivo, que incluya el tema fertilidad y reposición de nutrientes, el tema del fósforo es algo crucial para nuestro futuro, sobre todo porque no hay disponibilidad en el país y es más caro. La pérdida del mismo se puede cuantificar en plata: U$S 6.000 a 7.000 por hectárea ya se fueron para siempre”.

Estrategia de precisión

Los Ing. Agr. Marcelo Romero y Rubén Scolari se decidieron a incursionar en un nicho inexplorado hasta hacer unos años: la agricultura de precisión en el tambo. “Estamos asistiendo a un cambio de paradigma basado en la intensificación de la actividad productiva en el tambo, y eso implica un uso intensivo de los recursos, siendo que el más importante es el suelo. A partir de allí se modifican las condiciones físico químicas del suelo, alterando los números de la Materia Orgánica, el fósforo, calcio, y sobre todo el tema de la contaminación. La producción está desbalanceando el equilibrio con los otros nutrientes. Y no tenemos claro cómo va a afectar esto en el largo plazo las condiciones del suelo. La estrategia: muestreos dirigidos y análisis de suelo, diagnóstico general de las propiedades físicas y químicas del campo. Mejorar la infiltración del suelo con la SD, y el no pisoteo del lote. Rotación. Saber dónde estamos parados y tomar conciencia que con nuestro uso estamos modificando las condiciones del suelo. Finalmente, incluir la dinámica de los efluentes y aplicarlo en función de un mapa. “En 4 años llevamos 11.000 has. de muestreo y remuestreo con 1.400 puntos GPS en la misma época del año con le mismo método y el mismo laboratorio en 20 establecimientos distintos del centro norte de Córdoba, arrancando de Villa María, mayormente en sistemas intensivos. Vemos cultivos mejores en suelos peores por la degradación química. A la vista el cultivo está lindo, pero al suelo le estás debiendo 400 lucas que te llevaste”.

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Para maximizar los rendimientos, es necesario controlar los factores reductores, para luego manejar los factores limitantes, de manera de maximizar el uso de los factores determinantes.

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No hay recetas universales. Para cada ambiente se debe aplicar un manejo adecuado.

fotos: mauricio garín

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El maíz: una buena noticia. Para Santiago del Solar, presidente de Maizar, el cultivo presenta grandes oportunidades.