Abrigar sin sobrecargar

Los días más fríos del año se hacen notar. Clima ideal para abrigar a los más chiquitos de la casa, pero con onda. A tal fin, apuntes sobre los mejores consejos y vestimenta para afrontar las inclemencias del tiempo con buen estilo, humor y sin enfermedades.

TEXTOS. GEORGINA LACUBE.

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No hay madre de hijos chicos que no se preocupe por la salud de ellos cuando llegan las bajas temperaturas. Y son muchas las que reciben infinidad de consejos sobre cómo abrigarlos para evitar enfermedades. Algunos afirman que es bueno exponerlos al frío para que “creen defensas”, mientras otros sostienen que hay que súper arroparlos para impedir que se resfríen.

Para los especialistas, en cambio, no existe una receta única de cómo se debe cubrir a un niño, pero sí confirman que hay parámetros para determinar cómo, cuánto y cuándo hacerlo.

Al respecto, la médica pedíatra Laura Elena Baronetti (M.P. 1397), que trabaja en el Centro de Atención Primaria Padre Cobos de Santa Fe, aclara algunas cuestiones: “El hecho de exponerlos al frío o someterlos a los cambios bruscos de temperatura no contribuye a crear defensas. Menos aún en una ciudad como la nuestra que posee un alto porcentaje de humedad y donde los procesos bronquiales obstructivos, los resfríos y catarros de vías aéreas superiores son muy comunes”. A la hora de vestirlos, agrega: “la idea es valorar cada situación en particular, el lugar al que va a concurrir, y la actividad que va a realizar. Para cada una es adecuado proveerlos de ropa fácil de poner y sacar”.

“Más allá de la edad, aconsejo vestirlos como a cualquier persona adulta para que mantengan su cuerpo a una temperatura adecuada. A su vez, no es recomendable sobreabrigarlos, porque eso los hace transpirar y así pierdan el líquido que necesitan para ablandar las secreciones bronquiales. Además el exceso de ropa les quita libertad de movimientos y los niños necesitan mover libremente sus extremidades”, enseña Baronetti.

AMIGOS DEL FRÍO

Entonces, ¿qué prendas de invierno conviene elegir? ¿Qué materiales son los más adecuados? Y ¿qué colores se recomiendan?

Las respuestas llegan de la mano de los responsables de las marcas infantiles más reconocidas.

Por ejemplo, Patricia Fraccione, dueña y diseñadora de Cheeky, distingue que para ir a la escuela no deben faltar las camperas colegiales de nylon bien infladas y forradas en tela polar en los colores de la temporada: azul, gris, verde o beige. Para la lluvia es imprescindible que el abrigo sea impermeable, y los que suman estampas divertidas hacen furor. La firma ofrece desde lisos hasta modelos con prints camuflados para varones y combinados con lunares en guinda y rosa para las nenas.

En cambio, para una ocasión especial alienta a usar un saco de paño, un gamulán, chalecos y camperas de jean bien gastadas y con corderito que, además de ser abrigadas y cancheras, están a la moda. “Ponderar la comodidad es esencial, por eso, si se usan dos prendas superpuestas, es necesario que la pieza superior sea un poco más grande que la que se encuentra por debajo”, señala Fraccione.

Para usar en la nieve o en la ciudad, es la opción de El Galpón del Ski, fabricante y distribuidor de la marca Züd, que hace hincapié en las prendas funcionales y de gran valor estético realizadas con telas de última generación (antideslizantes, respirables, impermeables y antipeeling). Entre ellas: camperas, pantalones, jardineros, polares y todo tipo de accesorios (bufandas, gorros, guantes) que son un auténtico escudo contra el frío.

Distinta es la iniciativa de Ana Masllorens, una de las dueñas y diseñadoras de la marca Zuppa. Cuenta que la colección de invierno incluye ropa colorida a partir de telas livianas superpuestas para que se puedan usar juntas o separadas en distintas ocasiones y sean más versátiles.

Por su parte, Antonio Torrecilla, presidente de la etiqueta Atomik, asegura: “Las mejores prendas para abrigar son las de polar, ya que son livianas y súper abrigadas; los colores no influyen pero los oscuros son mejores para que los chicos puedan jugar sin que se noten las manchas. Un conjunto que no falla es un buzo de polar de calidad con una buena campera impermeable forrada en micropolar”.

Para Gabriela Oica, diseñadora de la firma infantil Coala Kimbi, una compra inteligente implica elegir prendas etéreas y fáciles de lavar para que los chicos puedan estar cómodos y seguir sus actividades como en el verano. Además, las texturas deben ser suaves y calentitas, de materiales nobles como el algodón y la lana. Coincide en que se usen los colores oscuros para poder reutilizarlos con mayor facilidad pero en especial porque al tomar contacto con el sol mantienen el calor del cuerpo.

Más consejos llegan de la mano de Rosario Timo, responsable de diseño de Grisino, ropa para jugar. “Lo importante es entender que un chico no tiene más frío que un grande. Lo mismo que viste un adulto es suficiente para ellos que corren, saltan y tienen calor porque se mueven todo el tiempo. Para estos casos sugiero lo que llamo ‘abrigo cebolla‘, es decir, muchas capas finas son mejores que una gruesa ya que contribuyen a adaptarse mejor a diferentes ambientes (interiores calurosos y exteriores helados). Un ejemplo podría ser una camiseta manga corta, remera manga larga, buzo, campera y si la persona es friolenta, le agrega una musculosa debajo”.

Pero claro, para la diseñadora los colores no son un problema cuando una campera soporta los lavados, y lo argumenta así: “Los tonos claros son muy lindos y todos sabemos que el negro también se ensucia. Un secreto, si metemos una campera en el lavarropas con tres pelotas de tenis, mantiene mejor la forma y ayuda a que el relleno no se deforme”.

También, sostiene que las fibras sintéticas no absorben la humedad y que debajo de éstas, sobre la piel, es recomendable usar prendas de algodón. La frisa es el eterno material de algodón para pantalones y buzos, y si en su composición tiene un pequeño porcentaje de poliéster, tendrá mayor duración, los colores serán mas firmes y se deformara y encogerá menos.

Por último, Timo, agrega un dato importante: “los tapados, prendas tejidas de lana, cuellos y prendas de piel, no son buenos amigos de los chicos porque pesan, son duros, pican y pinchan. Algunos modelos son muy lindos y nos encanta ver a nuestros hijos vestidos con prendas especiales. En estos casos, es ideal usarlos sólo para ocasiones especiales y siempre con el consentimiento del niño”.

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DE SHOPPING

Teniendo en cuenta las tendencias de la temporada, vale la pena invertir en prendas y accesorios que reúnan alguna de las tres estéticas que se apoderan del guardarropas infantil.

• Estilo college: implica toques vintage, tonos intensos como el azul, violeta y amarillos aplicados en tejidos lisos o a cuadros.

• Clima folk: para ellas, se ve en tejidos con composiciones de patchwork que sobresalen en prendas de colores discretos. Tonos pasteles de azules y rosas son los más vistos de la paleta que también reserva espacio para las variaciones de turquesas, verdes y los neutros como beige y marrones. En cambio, para ellos, las referencias a la temática se hacen presente con colores vibrantes como verde, magenta, gris y azul, ideales para colorear pantalones, remeras, zapatillas y prendas básicas o despojadas que se enriquecen con puntos de color trabajados en los detalles de estampados, recortes y avíos.

• Eco-Natural: este tópico se traduce en looks despojados y con toques orgánicos (por ejemplo un suéter de lana merino). Los tonos terrosos, los azules y los verdes se destacan en variaciones más apagadas, discretas y hasta desgastadas.

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