Confesión de la “Coneja” Baldassi a El Litoral


“Voy a pedir Colón-Unión, el único clásico que me falta”

“Voy a pedir Colón-Unión, el único clásico que me falta”

De la galera. La “Coneja” fue un discreto volante de Huracán de Córdoba hasta que se dio cuenta que jugar fútbol no era lo suyo. Le gusta jugar a las cartas y las carreras de caballos. Su cábala es dormir mucho los días de partido.

El mejor árbitro del fútbol argentino atendió en exclusiva a este diario en medio de la Copa América en el corazón del Mario Alberto Kempes. Dice que en diciembre se va.

 

Darío Pignata

(Córdoba/Enviado Especial)

[email protected]

Hay mitos que rodean a determinados personajes públicos que son reales: los santafesinos que alguna vez pasamos un enero en Río Ceballos, quedamos sorprendidos de cómo el mismo árbitro que dirigió el Mundial de Sudáfrica se baja de un camión y reparte sodas. Esa postal no es impensada para los cordobeses y resume una sola cosa: la humildad que se esconde detrás de Héctor Baldassi, para muchos el mejor árbitro del fútbol argentino de los últimos tiempos junto a Javier Castrilli y Horacio Elizondo.

La nota de Baldassi, mano a mano con El Litoral, quedó “cajoneada” desde la Copa América y se realizó en la sala de prensa del Mario Alberto Kempes, en la previa de Brasil-Paraguay. Es que la entrevista, orientada al fútbol en general y casi como anfitrión cordobés en el Mario Alberto Kempes, tuvo un giro tremendo cuando el recorrido por sus inicios, la figura de Grondona, el último Mundial, lo que le pasó antes de ese River-Boca y las anécdotas, quedaron encerradas en el laberinto del fútbol de Santa Fe.

— ¿Pudiste ver lo lindo que quedó el estadio de Colón con las obras que se hicieron por la Copa América?

— No se agranden ustedes, santafesinos, y vengan conmigo a recorrer el Mario Alberto Kempes. ¡Mirá lo que es esto, papá! Pensar que acá, en el Centro de Alto Rendimiento, entreno todos los días a la mañana. Hablando en serio, el de Colón y el viejo Chateau parecen dos estadios distintos.

— Se viene el clásico, “Coneja”, después de muchos años con los dos en Primera. Te la dejo picando...

— Te voy a contar algo: voy a pedir respetuosamente en la AFA poder dirigir el clásico de Santa Fe, porque es el único de todos los clásicos del país que me falta dirigir.

— ¡Sos terrible con tu propia estadística: la otra vez te escuché decir que eras el árbitro con más superclásicos River-Boca en el lomo!

— Sí, mucho más ahora que uno está un poco pegando la vuelta y es poco el hilo que queda en el carretel. Es casi un hecho que voy a dirigir hasta fin de año y después largo.

— ¿Por qué tan pronto?

— Es que me queda medio año más como internacional ya que el tope son los 45 años. Después, quedo habilitado para tres años más en el torneo doméstico de la AFA, pero hoy no me veo sólo dirigiendo cada siete días. Siempre me puse objetivos claros y cortos, más allá del Mundial, vinculados con la Sudamericana, la Libertadores, las Eliminatorias.

— Entonces, como coleccionista de clásicos, es sí o sí este Colón-Unión en el estadio sabalero de la Copa América. Porque por lo visto para la revancha en el de Unión no habrá tiempo...

— Hoy siento que en diciembre me retiro. Es más, incluso a lo mejor me voy antes con algún partido importante de Eliminatorias y listo. La verdad, pedirle algo más al arbitraje sería de caradura nomás. Yo di todo y me dio todo.

Su lugar de nacimiento en el DNI (Río Ceballos) y su actual domicilio en Salsipuedes, también en la misma provincia, lo llevaron a presentar una nota personal en el Colegio de Arbitros de la AFA pidiendo “no ser designado para dirigir a los equipos cordobeses”. Y en esa estadística que colecciona, mañana martes escribirá otra rara página en la historia del fútbol argentino: será el árbitro que pite por primera vez en la historia un partido de River Plate en la “B”.

Con una veintena de Boca-River en el lomo, el Mundial de Sudáfrica, todas las competencias internacionales posibles y hasta River en la “B”, el mismo Héctor Baldassi confiesa uno de sus últimos caprichos estadísticos en el mano a mano con El Litoral en su querida Córdoba: “Quiero dirigir el clásico de Santa Fe, un Colón-Unión es el único que me falta antes de retirarme en diciembre”.

Es la última “Coneja” de la galera que le falta sacar a este cordobés de 45 años, pinta de buen tipo, sencillo y amigable. Capaz de darle a El Litoral de Santa Fe el mismo tiempo de entrevista que a TyC o Fox Sports, medios que debieron esperar en el Kempes, el final de esta nota con Héctor Baldassi.

En cuanto al futuro, si bien Baldassi nunca lo expresó públicamente, es posible que sea tentado desde las altas esferas del arbitraje para continuar ligado al mismo.

“Baldassi tiene mucha experiencia, conocimiento y llegada a los árbitros. No se lo puede desaprovechar, sería un aporte de mucha valía para la formación de los árbitros. Me lo imagino cerca de la Escuela”, señaló una fuente muy cercana al plano arbitral.

Hace poco, en una entrevista con El Litoral, Guillermo Marconi se refería al momento del arbitraje argentino y a la necesidad de que se produzcan cambios en el mismo. Puntualmente, Marconi focaliza en Lamolina a los principales inconvenientes por los que se atraviesa en la actualidad.

Arbitros como Baldassi se hacen absolutamente necesarios en el fútbol argentino donde cuesta encontrar modelos, al menos en el arbitraje. Y Baldassi es un espejo a seguir.

No sé qué voy a hacer al otro día del retiro. Me veo vinculado al fútbol, quizás me pique el bichito de poder entrenar a los árbitros juveniles cuando empiezan y transmitirle la experiencia. Yo hablo siempre de lo que me pasó a mí, nunca de los otros. No puedo explicar lo que le pasó a Pezzotta cuando entró la barra de River al vestuario porque a mí no me pasó”.

Héctor Baldassi, árbitro de fútbol

25 minutos

La exclusiva con El Litoral

1.jpg

Acompañado de su hijo Bautista, de 7 años, la “Coneja” Baldassi atendió en exclusiva a El Litoral en el Kempes cordobés. Además, es padre de dos mujeres de 15 y 18 años respectivamente. Nació en Río Ceballos el 5 de enero de 1966 y tiene 45 años. Si bien en algún momento de su carrera vivió en Buenos Aires, ahora está radicado en Salsipuedes, en su misma tierra. “No es verso lo de la calidad de vida: tengo las sierras, el aire puro, la tranquilidad. Desde ahí mando a Fifa la información que necesita de mi seguimiento, estudio inglés y estoy cerca de mis afectos”. El agradecimiento a Néstor Clivati, de Rafaela, que hizo las veces de fotógrafo.

6 meses finales

Los de Baldassi... ¿los de “Bichi”?

3_mg.jpg

Cuando Baldassi confía en el mano a mano a El Litoral que le quedan seis meses hasta diciembre y se retira, la referencia con Esteban Oscar Fuertes surge casi de manera automática, porque el goleador histórico se planteó jugar medio año más... por ahora. “El Bichi Fuertes es un señor con todas las letras. Yo tengo 45 y me estoy yendo. El tiene 38 para 39 y está analizando lo mismo. ¿Qué le puedo decir yo como árbitro a esta altura de su carrera a un profesional como Fuertes antes de un clásico con Unión? Nada. No hay nada que hablar”. A veces, el Bichi parece fastidioso con los árbitros. Pero se nota que no es el caso de Baldassi.

Sin dudas que Sudáfrica marcó el gran objetivo de Héctor Baldassi en su carrera. Serbia-Ghana, Holanda-Japón, Suiza-Honduras y España-Portugal en octavos de final fue su recorrido, además de cuarto árbitro en Francia-Sudáfrica. “Es otra cosa un Mundial, algo distinto, donde evolucionás en lo deportivo pero te cultivás en lo cultural. ¡Cómo será que hasta probé cocodrilo en las comidas. Si no me avisaban, ¡pensaba que era pollo! Cuando volví de Sudáfrica, me aflojé demasiado: metía asados todos los días y subí de peso. ¡Un mes y medio sabático!”. Otro tema de Héctor Baldassi es su estado físico. Siempre fue un árbitro que se destacó por estar muy bien en ese rubro, aunque con algunos problemas en la rodilla que pudo superar. Sin dudas que se ha transformado en un referente del referato argentino, incluso por una cuestión de estilo: ese gran estado físico hizo que siguiera siempre de cerca las jugadas.

El sueño del Mundial 2010

¿Quién le puso “Coneja”?

2.jpg

La historia personal de Héctor Baldassi está plagada de ilustres desconocidos. Uno es Angel Giro, compañero de la niñez, que le puso el apodo y le gritaba “Conejita”, porque era el animal que llevaba pintado en su bolsa cuando iban al jardín de infantes. Le quedó “Coneja” nomás.

El otro es Marcelo Negrete, a quien conoció en Buenos Aires cuando fue a trabajar en una metalúrgica a los 19 años, luego de abandonar la carrera de Medicina en segundo año. “Yo lo acompañaba a Marcelo y él me insistía con meterme en el arbitraje, hasta que a finales de los ‘80 le dije sí y arrancamos. En 1991 ya estaba dirigiendo y cuatro años después debuté en la Primera “D”. Hice Primera “C” en 1996, Primera “B” y Primera “B” Nacional en 1997, Primera en 1999 y soy internacional desde el 2000”, repasa hoy cerca del retiro.

Su mejor amigo es el “Gato” Rama, que lo acompaña casi siempre a todos lados. Cuando pueden, se suman alguno de sus cuatro hermanos: Carlos, Eduardo, Luis y Gabriel. Con ellos, desde chico, compartió el primer oficio: la sodería de los Baldassi en Río Ceballos, toda una empresa familiar a la que se sumó a los 13 años acompañando a su padre que desde el cielo mira orgulloso “al Héctor”, para muchos el mejor árbitro del fútbol argentino sin discusión.

La no designación para Copa América

/ “La verdad que fue una sorpresa desagradable y, en parte, una desilusión muy grande, porque soñaba dirigir algo importante como fue el Mundial, pero en mi país. Cuando me designan no pregunto nunca por qué y cuando no me designan tampoco. Sabrán lo que hacen”.

Grondona profesionalizó el arbitraje argentino

“No hace mucho tiempo, el árbitro llegaba a la AFA y seguía ejerciendo otra profesión. Hasta que Grondona entendió que había que profesionalizar el arbitraje en la Argentina. Yo, por ejemplo, entreno todos los días a la mañana. Imposible hacer otra cosa. A eso sumále los viajes”.

La apendicitis antes de otro Boca-River

“La verdad que me pegué un cagazo de novela. A mitad de semana había dirigido en Uruguay y empezaron las complicaciones. El jueves la habíamos operado a la vieja y el viernes me cirujearon a mí. ¡Estábamos uno al lado del otro en el mismo sanatorio, parecía un chiste, pero fue verdad!