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Partido especial

Enrique Cruz (h)

Para muchos jugadores de Unión no será un partido más. En algunos casos, salir airoso de esta primera vez en la Bombonera puede resultar auspicioso, caso Zurbriggen, por ejemplo. Para otros, será la gran chance de ganarse un lugar en el equipo, como para Correa o Quinteros. Y en el caso de Sebastián Vidal, será el momento de pisar en Primera un césped que tranquilamente pudo regar con su sudor pero usando la auriazul xeneize y no la rojiblanca tatengue.

Cuando Boca vino a Santa Fe para jugar con Colón, en el torneo anterior, los dirigentes de Boca hablaban de un casi seguro retorno de Vidal. En aquel momento, Somoza no estaba rindiendo lo esperado y el “5” tatengue era figura del equipo que al final consiguió el ascenso.

Llegó el final de la temporada, Boca empezó a buscar volantes centrales, estuvo cerca de repatriar a Gago, se quedó con Somoza y apareció Erbes para reemplazar al ex Vélez en la primera fecha. ¿Y Vidal?, se quedó en Unión, que siempre lo quiso e hizo bien los deberes para mantenerlo. Pero al rubio volante central le quedó la espina de Boca clavada en el corazón (hizo las inferiores en ese club y sólo pudo jugar en dos partidos de un torneo de verano) y por eso salió a declarar que “en Boca no me dieron chances”. Y algo de razón tiene.

Cualquier jugador que llega a la primera de Boca sabe que el saltito a la gloria es pequeño. Sin embargo, Vidal tuvo que tomar impulso en la B Nacional, primero bregando por el lejano “anonimato” a que somete jugar en la CAI, y después llegando a un Unión que lo descubrió como un volante absolutamente confiable como recuperador de pelotas.

Sebastián Vidal no jugará un partido más en la Bombonera. Sentirá la necesidad de romperla para que muchos “bosteros”, de los miles que irán, se pregunten: “¿por qué dejamos ir a este pibe sin probarlo?”.