Benedicto XVI cerrará la Jornada Mundial de la Juventud

El Papa viajará a Madrid para

reunirse con los jóvenes católicos

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El papa Benedicto XVI ofició hoy el tradicional rezo del Angelus desde el balcón de su residencia de verano en Castel Gandolfo. Foto: EFE

Llegará el jueves y será su tercera visita a España, donde permanecerá hasta el domingo. Críticas por el costo de 50 millones de euros que tendrá el evento.

 

Sara Barderas - DPA

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El papa Benedicto XVI viaja a Madrid para reunirse con los jóvenes. En su tercera visita a España, el pontífice llega el jueves a la ciudad como broche de oro de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Lo esperan un millón y medio de jóvenes de todo el mundo, entre ellos casi medio millón de latinoamericanos. Y también las protestas de quienes se oponen a su presencia en el país por el costo que tiene para las arcas públicas.

“Vosotros sois el futuro de la sociedad y de la Iglesia”, ha dicho el Papa a los jóvenes al invitarlos a estas jornadas, creadas hace 25 años por su antecesor, Juan Pablo II, y que esta vez se celebran bajo el lema “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”.

Aunque su visita es pastoral, será recibido con honores de jefe de Estado por los reyes Juan Carlos y Sofía y por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, un Ejecutivo al que el Vaticano sitúa desde su llegada al poder, en 2004, como “vanguardia del laicismo” y al que se espera que el Papa vuelva a criticar por leyes como la del matrimonio homosexual y la despenalización del aborto.

“Admitimos que la Iglesia puede dar su opinión, pero quien decide es la soberanía popular”, ha dicho el ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui, que ha recordado que España es “un Estado aconfesional” y “las leyes las hace el Parlamento.

Madrid está engalanada para el pontífice. Flores blancas y amarillas, los colores de la bandera vaticana, decoran el Paseo del Prado, la calle de Alcalá y otros lugares por los que pasará en el “papamóvil”. Y de muchos balcones cuelgan banderas rojas de la JMJ.

El centro de la capital estará reservado para él y los fieles. Desde el martes, día de arranque de la JMJ, sólo se podrá acceder andando a los ejes Prado-Recoletos y Gran Vía Cibeles, dos de las zonas que más vehículos concentran a diario.

Y es que allí tendrán lugar varios de los actos que incluye la intensa agenda de cuatro días del anciano pontífice, que tendrá que aguantar como los peregrinos el fuerte calor de Madrid en agosto.

Itinerario

Joseph Ratzinger, de 84 años, llegará el jueves a mediodía al aeropuerto de Madrid. Y desde entonces y hasta que regrese a Roma en la tarde del domingo pronunciará ocho parlamentos, uno de ellos nada más al aterrizar y otro esa misma tarde, cuando en la Plaza de Cibeles los jóvenes peregrinos celebren una fiesta en su honor.

La agenda del pontífice incluye una reunión con los reyes Juan Carlos y Sofía en el Palacio de la Zarzuela y un encuentro con Zapatero en la Nunciatura.

El plato fuerte será la multitudinaria misa de clausura de la JMJ que oficiará el domingo en el aeródromo de Cuatro Vientos, donde Juan Pablo II se reunió con la juventud en su última visita a España, en 2003. Durante su estancia en la capital española, Ratzinger participará también el viernes en un vía crucis entre las plazas de Colón y Cibeles, donde irá haciendo reflexiones en cada una de sus 15 estaciones.

Ésta es la segunda ocasión que España alberga una JMJ, después de la celebrada hace 22 años en Santiago de Compostela, organizada entonces como ahora por Mons. Antonio María Rouco Varela. El cardenal arzobispo de Madrid está considerado como el obispo más poderoso en la historia reciente de España, entre otras cosas por la estrecha amistad que lo une Ratzinger, con el que coincidió en la Universidad de Múnich cuando realizaba su tesis doctoral sobre “Estado e Iglesia en la España del siglo XVI”.

Rouco, que cumplirá 75 años el sábado junto al Papa, es uno de los prelados españoles más conservadores. Y se espera notar su impronta en las palabras que Benedicto XVI pronuncie en España.

Pero en Madrid no todos esperan al Papa, o al menos no de la misma manera. El miércoles por la tarde, unas horas antes de que Ratzinger aterrice al día siguiente, el centro de la ciudad será escenario de una manifestación a la que se han adherido más de 100 organizaciones para criticar el gasto público que supone la visita del pontífice.

Bajo el lema “De mis impuestos, al Papa cero”, atravesará la Puerta del Sol, convertida en los últimos tiempos en ágora por el “movimiento de los indignados”.

La organización de la JMJ cifra en 50 millones de euros el costo de la cita, sufragados por los peregrinos y por donativos de empresas. Los contrarios a la visita del Papa critican el gasto de las administraciones que supone poner a disposición de los peregrinos polideportivos, colegios y otras instalaciones públicas para que duerman los peregrinos, así como la rebaja considerable del precio del transporte público para ellos y las deducciones fiscales que obtienen las empresas que sufragan en parte las jornadas.

“Espero cosechar abundantes frutos”

Benedicto XVI invitó hoy a los peregrinos a orar y a acompañarlo espiritualmente en el viaje apostólico a Madrid “para que en él se cosechen abundantes frutos de vida cristiana”.

El Papa, que descansa estos días en Castel Gandolfo situado a 26 kilómetros de Roma, se dirigió a los peregrinos en seis idiomas, francés, inglés, alemán, español, polaco e italiano, tras el rezo del Ángelus y les transmitió su “alegría” por su visita a Madrid.

Benedicto XVI fue vitoreado repetidamente por los fieles de lengua española: “¡Nos vemos en Madrid!” y “¡Viva el Papa!”.

“La juventud ya se está reuniendo en Madrid. Me alegra que tal cantidad de jóvenes de tan diversos países del mundo se encuentren”, aseguró el Papa en alemán.

“Hoy desearía -dijo- que recéis para que esos días traigan unos ricos frutos”.

A los peregrinos de lengua española les envió “un saludo cordial a los jóvenes de Colombia, de Venezuela y de Argentina, así como a los que se unen a ellos de camino a Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud”.

Asimismo, se dirigió “a los fieles llegados de Cuba, acompañados por el cardenal Jaime Ortega Alamino, que encabeza la primera peregrinación de cubanos a los sepulcros de los Santos Apóstoles”, y renovó su “cercanía y afecto a todos los hijos de ese amado país”.

Benedicto XVI invitó en lengua francesa “a meditar sobre el tesoro de la fe a la que hay acoger con gratitud”.

“Comprometámonos a responder responsablemente a la llamada de Dios a elegir fundar nuestra vida en Cristo. En este camino, no estamos solos. Reconozcamos a Dios como la fuente de la felicidad y la plenitud que buscamos”, afirmó.


Buenos Aires

Los orígenes de la Jornada Mundial de la Juventud se remontan a los años ‘80. Del 11 al 15 de abril de 1984 tuvo lugar en Roma el Jubileo Internacional de los Jóvenes. Al evento asistieron 60.000 jóvenes, a los que Juan Pablo II invitó a regresar a Roma al año siguiente, proclamado por la ONU como Año Internacional de la Juventud. La primera Jornada fuera de Roma tuvo lugar en Buenos Aires el 13 de abril de 1986, y consiguió reunir a dos millones de personas en la Avenida del 9 de Julio. Pero no fue hasta 1989, en Santiago de Compostela, que la JMJ adoptó su forma actual, la de un encuentro de jóvenes que se preparan durante días para la llegada del Papa con oraciones, catequesis y otros actos culturales y festivos.