Atlético perdió con Arsenal en el Monumental

Una derrota que abre incertidumbre

El rival aprovechó todos los errores de Atlético y se llevó el triunfo de barrio Alberdi. Fue por 3 a 1, con dos goles de Leguizamón y otro de Obolo. Descontó Castro de penal.

No pudo ser. Matías Zbrun contra el mundo. El delantero nunca pudo superar la línea defensiva de Arsenal.

Foto: M&G Fotografía

Juan Carlos Scalzo

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Corresponsalía Rafaela

Un mal partido de la “Crema”, plagado, inusualmente, de errores en defensa, con pocas ideas y falta de intérpretes a la hora de generar fútbol y sin presencia ofensiva en los últimos metros. Encima, le expulsaron a su tercer jugador en dos partidos, esta vez fue Jherson Córdoba, al igual que con Juárez frente a Banfield, una exageración, esta vez por cuenta de Maglio.

Atlético volvía a jugar frente a su gente, en su vuelta a la primera división del fútbol argentino, pero la fiesta no pudo ser completa. Estaba todo armado y pensado para vivir una tarde con emociones y alegrías y en un estadio Monumental que ya luce renovado, sólo faltaba que los jugadores de Trullet demostraran que la victoria frente a Banfield no fue pura casualidad.

El estadio, a pesar de jugarse en un horario complicado y poco usual para los amantes del fútbol de Rafaela y zona, presentó un marco acorde a las expectativas con tribunas prácticamente colmadas, y el sector de palcos y plateas completo.

Pero, a todas luces, no fue una buena presentación de Atlético en su casa. Jugó muy mal durante gran parte del partido, salvo los últimos quince minutos, cuando logró descontar, mostró algo de carácter para llegar a inquietar y hacer retroceder al equipo de Arsenal, pero sólo fue empuje, muy poco fútbol.

Es cierto que el técnico tuvo que modificar parte del equipo (cuatro cambios) por lesiones y suspensiones, pero también es cierto que los reemplazantes estuvieron lejos del nivel deseado y esperado.

A la falta alarmante de fútbol en el medio y potencia en los últimos metros de la cancha, le sumó errores groseros en su última línea, que le permitieron al equipo de Arsenal, en treinta y dos minutos de la primera etapa, estar tres goles arriba.

Fue un golpe demasiado duro, y la cancha se transformó en una “tumba”, sólo se escuchaban los gritos y cantos de un puñado de hinchas visitantes, unas doscientas personas que vinieron de la provincia de Buenos Aires.

Los errores

Desacoples defensivos, en particular del siempre expeditivo Carniello, errores en la marca escalonada de los hombres de punta rival, y un concierto de desaciertos, justo frente a Leguizamón y Obolo, una de las mejores duplas ofensivas del fútbol argentino. A ellos se sumó Adrián González que se hizo un verdadero “pic-nic” por el andarivel derecho. Un “combo” letal para el desdibujado Atlético del primer tiempo, que se fue a los vestuarios tres goles abajo.

Justamente, la apertura del marcador llegó por un centro de González al segundo palo y la cabeza de Mauro Obolo (estaba adelantado) le cambió la trayectoria a la pelota y dejó sin reacción a Guillermo Sara. Uno a cero, iban doce minutos.

El reloj marcaba dieciocho y llegó una pelota frontal cerca del área de Sara, dos jugadores de Atlético que fueron a cabecear, Carniello le pegó contra su arco, Luciano Leguizamón recibió el “regalo” y con gran tranquilidad puso el dos a cero.

A los treinta y dos minutos, otra vez Carniello quiso cortar un avance, se volvió a equivocar y le dejó servido el gol a Leguizamón. Arsenal llegó tres veces y marcó tres goles, estuvo cerca del cuarto pero salvó Martín Zbrun. Hasta ahí, victoria inapelable.

En la parte final

Lo mejor que le podía pasar al “Celeste” era que terminara la etapa, que Trullet moviera las piezas en el entretiempo y esperar una reacción heroica.

El técnico cambió de intérpretes y de esquema táctico, pasó a defender con tres en el fondo, pero Atlético siguió siendo el mismo equipo, sin ideas, sin fútbol y una preocupante anemia ofensiva, frente a un Arsenal que llevaba una diferencia de tres goles e hizo lo que mejor sabe: esperar y tratar de salir de contragolpe.

Al final del encuentro le dio algo de suspenso el descuento de Nicolás Castro al marcar de penal luego de que Campestrini se equivocara al querer contener un débil remate de Capellino y terminó derribando a un adversario dentro del área.

Lo pateó bien Castro, que lo hizo dos veces por adelantamiento de un compañero. Era la única forma de que Atlético, jugando como lo hizo, pudiera descontar.

Como saldo negativo para la “Crema” quedan también la expulsión del colombiano Jherson Córdoba y la preocupación por Sebastián Carranza, que debió retirarse con un fuerte esguince de tobillo luego de una dura entrada de Nicolás Aguirre.

Tengo mucha bronca porque cometimos dos errores y los pagamos caro. Sabemos que en la Primera División los errores se pagan pero tenemos que estar tranquilos, seguir trabajando en la semana y corregir las cosas que hoy (por ayer) hicimos mal”.

Matías Fissore

Volante de Atlético