que los chicos no trabajen

Responsabilidad Social Empresaria como respuesta más allá del Estado

Los menores explotados por grandes corporaciones generaron reacciones globales. Hoy las firmas privadas nos se consideran sustentables sin valores que las vinculen con su entorno social y su medio ambiente.

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Chicos que trabajan en emprendimientos “familiares”. En el norte argentino, la necesidad generó iniciativas que pueden tomarse como referencia para una solución que sume lo público y lo privado.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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El uso de mano de obra infantil en fábricas del sudeste asiático para confeccionar zapatillas o pelotas, llegó a conmocionar a mediados de los ‘90 a primeras marcas mundiales. Los escándalos corporativos comenzaron a delinear el concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE).

Lejos de la idea de “filantropía”, la RSE plantea la necesidad de valores humanos y ambientales como necesidades básicas para dar sustentabilidad a las empresas, más allá de sus lógicos propósitos de rentabilidad.

Así como los cosechadores de frutillas de Coronda necesitan una asistencia estatal para la contención de los menores de sus familias, hay empresas privadas que debieron asumir obligaciones similares.

Una reconocida bodega de Mendoza, por imposición de su casa matriz en Francia, debió dar contención escolar y alimentaria a los menores que integran las familias de quienes trabajan en las vendimias. Los cosecheros se negaban a entrar a los viñedos si sus hijos no los asistían en el trabajo “a destajo”, que se retribuye por kilo.

Algo similar pasó con la exigencia de multinacionales de gaseosas que compran limones a plantaciones tucumanas.

Asuntos de familia

En nuestra región, el trabajo infantil del algodón se fue desvaneciendo con la irrupción de las cosechadoras. Y si bien no hay casos resonantes en firmas privadas, el problema de los chicos trabajando persiste a la vista y desamparo de todos, en la calle, o en el lugar menos pensado: el trabajo doméstico y en emprendimientos familiares, como el cordón verde de la ciudad.

Según la Encuesta Permanente de Hogares, 5 de cada 10 chicos de entre 10 y 17 años que viven en los grandes aglomerados urbanos de nuestra provincia, tienen alguna ocupación.

Pero ese trabajo se verifica en sectores informales, en la calle o en actividades domésticas. La socióloga Virginia Trevignani advirtió -en un reciente informe para El Litoral- que “los niños no aparecen en sectores de la economía donde hay controles del Estado. En cambio están en empresas familiares o allí donde persisten las cosechas a mano”, como en el caso de las frutillas corondinas.

El Barómetro de la Deuda Social que elabora la Universidad Católica Argentina estableció que 8,2% de la niñez y adolescencia urbana realiza tareas domésticas de modo intensivo, mientras que el 12,3 % de los niños y niñas de 5 a 17 años ayuda a familiares u otras personas en un trabajo. Además, los menores del estrato social más bajo (25% inferior) registran 4,7 veces más chances de tener responsabilidades domésticas y 3 veces más chances de trabajar en actividades económicas, que un par en el estrato medio alto.

Los ejemplos que llegan de Salta y Jujuy

La realidad de “empresas” familiares informales, que usan a sus chicos para trabajar y darse sustento, parece un camino ineludible a la hora de la necesidad; sin embargo carece de toda justificación en la perspectiva de los Derechos del Niño, que constituyen el valor a preservar en los hechos.

En junio de 2007 se formó en la Argentina la Red de Empresas contra el Trabajo Infantil, a partir de un convenio entre el Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social, la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y presidentes y directores de más de 60 empresas.

Según un informe del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria, la OIT y Unicef funcionan como asesores. La red genera y apoya programas para la prevención y erradicación del trabajo infantil. Tiene un comité directivo que coordina la ejecución y el monitoreo de los programas seleccionados, integrado por Adecco Argentina SA, Bayton Grupo Empresario, Cámara del Tabaco de Salta, Faett, Grupo Arcor, Nobleza Picardo, Sesa Select SA y Telefónica de Argentina-Movistar.

Una de las iniciativas que están desarrollando son los “Jardines de Cosecha”, similares a los que ahora se habilitaron en Coronda, que procuran la erradicación progresiva del trabajo infantil agrícola en Salta y Jujuy. Este año prevén contener a 700 niños y niñas entre 1 y 8 años.

El proyecto surgió a partir de un diagnóstico de la Asociación Conciencia que detectó que las madres trabajadoras no tenían lugares adecuados para dejar a sus hijos. El programa incluye iniciativas de empresas privadas para el dictado de talleres socioeducativos, para informar a los niños y niñas sobre sus derechos y obligaciones, las razones por las cuales deben permanecer en las escuelas, el concepto de la construcción colectiva y talleres de desarrollo personal a través de diferentes disciplinas artísticas, salud e higiene, de nutrición óptima, entre otros.

El proyecto promueve la presencia en las mesas de trabajo municipales, provinciales y nacionales que traten esta problemática, con la intención de incidir en políticas de Estado, con la mirada desde el sector privado.


Qué es la RSE

El Instituto Ethos de Brasil define la RSE como “la forma de gestión definida por la relación ética y transparente de la empresa con todos los públicos con los cuales se relaciona, y por el establecimiento de metas empresariales compatibles con el desarrollo sustentable de la sociedad, preservando recursos ambientales y culturales para las futuras generaciones, respetando la diversidad y promoviendo la reducción de las desigualdades sociales”.

/// EL DATO

Capacitación para las firmas santafesinas

El trabajo infantil es uno de los frentes más sensibles en los que trabaja la Responsabilidad Social Empresaria, pero no el único. En Santa Fe, tanto la Bolsa de Comercio como la Asociación Dirigentes de Empresa están encauzando iniciativas de capacitación de empresas para fomentar valor en sus relaciones con el entorno social y el medio ambiente.

“El empresario tiene que actuar responsablemente y pensar que su propio beneficio puede derramar en acciones que beneficien a la sociedad y al entorno”, señalo Eduardo González Kees, presidente de la Bolsa de Comercio.

La Fundación del Banco Bica y el programa de Bica Infancia; la Cervecería y una importante cadena multinacional de comida rápida tienen prácticas en ejecución que se están expandiendo ahora a las Pymes locales, según el plan de promoción de RSE de la Bolsa.

Por el lado de ADE, Benito Correnti mencionó a Carnave SA, Agroservicios Humboldt SA, Compañía Avícola SA; Optilent, Speedagro, Amur, Colegio de Graduados de Ciencias Económicas, Mercado de Productores y Abastecedores de Frutas y Verduras, Icop y la propia Asociación de Dirigentes de Empresas.

“Comenzamos este año con el programa valor que es un programa de RSE juntamente con Amia, el Banco Santander Río y el BID a través del Fondo Multilateral de Inversiones. Se han seleccionado diez empresas que realizan un curso intensivo con docentes especialmente invitados de la Universidad Nacional de Rosario”.