De “La memoria más antigua”

De “La memoria más antigua”

“Atardecer en las parvas”, de Norberto Russo.

Por Jorge Isaías

 

Don Ramón, el oriental

a Santos Isaías, mi padre

Prefería

la calma

de la tarde

al estampido

que espanta

la liebre del camino.

Quiso la libertad,

el cielo abierto,

el pájaro infinito.

Prefirió

morirse solo,

a pleno campo,

en un Otoño

de ocres que sangraban

sobre el pasto,

el río,

la ya oxidada

trampa de sus nutrias.

La perdiz

En la serenidad

casi oscura

del campo

la torpeza súbita

de la perdiz

corta la tarde.

Su silbido es una flecha

disparada al horizonte.

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“Arboles al atardecer”, de Norberto Russo.

Tordos

Lluvia breve

de carbones lentos

en torpe sarpullido

vuelan

desde el bañado

hasta el óxido

de la alambrada quieta.

Pero será en el oro

del trigo

donde habrán de caer

pesadamente

como piedras lustradas.

Paisaje

a Beatriz Vallejos

Hay una nube

blanca

allá en el cielo.

Hay un cielo

más azul

que encierra

una nubecita blanca.

¿Y qué hace

esta margarita

sola

a igual distancia

de la tierra

y el cielo?