Hace cien días que no gana en Santa Fe pero afuera es otra cosa

Torazo en rodeo ajeno

Colón liquidó a Olimpo con un gol de Moreno, jugó bien en defensa y tuvo a Prediger como gran figura. Se festejó mucho y sólo se habla del clásico del domingo que viene.

Torazo en rodeo ajeno

Centrales con tarea perfecta. Ronald Raldes disputa el balón con un jugador de Olimpo, mientras atrás observa su compañero en la zaga ayer, Salustiano Candia. Colón jugó un partido muy sólido en la parte defensiva y le cerró todos los caminos a su rival. Foto: Télam

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Bahía Blanca)

Hay partidos que se ganan jugando lindo, otros que se ganan jugando bien y algunos que se ganan con inteligencia. Colón apostó a esto último. El libreto no permitía otra opción que no fuere la de jugar concentrado, sin fisuras defensivas, sin cometer tantas faltas en la puerta del área y tratando de ser lo suficientemente contundente para aprovechar situaciones que podrían escasear. No es fácil jugar bien en una cancha muy chica y con un rival que presiona. Cuando no hay espacios, se requiere una gran precisión para manejar la pelota sin caer en errores. Pero lo más importante es lo que el equipo pueda hacer en las dos áreas. Y Colón, en eso, no falló. Atacó con peligrosidad y fue certero en una de las que tuvo a su favor, en tanto que se equivocó muy poco y respondió con acierto cuando le tocó defender. En las áreas, Colón marcó las diferencias, construyó el resultado y se fue feliz y pensando en lo que se viene.

Los jugadores dicen que los clásicos se ganan con el corazón. Y anoche dio la impresión de que este Colón que es fuerte de visitante y que sabe ganar en canchas que son complicadas, como lo hizo en Arsenal y anoche en la de Olimpo, jugó con la mente, el cuerpo y el corazón ya aptos y preparándose para el partido que se viene. Lejos de estar ajeno a lo que vendrá, pareció que la mejor manera de llegar al clásico era ganando y dejando una buena imagen. Y eso fue lo que ocurrió en Bahía Blanca.

La figura de Colón fue Prediger. Y mucho ayudó para ello la presencia de Bastía, que fue un respaldo para él. La cuestión pasa por saber si con el doble 5 de marca no hay una pérdida de posibilidades a la hora de manejar la pelota. Moreno es un jugador importante por lo que transmite y porque llega al gol, pero Costa tiene que asumir un compromiso superior con el juego. De todos modos, el partido no dio para que se pensara tanto en tener la pelota. Fue más importante ser eficaz en las dos áreas, marcando y atacando, que sólido en la circulación del balón.

El libreto de Sciacqua se basó en esos aspectos básicos y en el orden intransigente con el cual debía jugarse. Necesitaba de un buen rendimiento de los dos centrales y lo encontró. También precisaba que alguien fuera oportuno adentro del área y ahí estuvo Moreno para capitalizar una jugada de gol. Y en base a esa concentración y personalidad se podía conseguir el objetivo de ganar el partido, cosa que se logró y con justicia.

El mejor pasaje futbolístico fue en el arranque del segundo tiempo. Colón pareció eyectado hacia el arco de Tombolini desde la misma reanudación del encuentro, generando no sólo la jugada del gol sino un par de maniobras más que pudieron asegurar la victoria. Barraza y Urribarri se alternaron en la compañía de ataque para los volantes y delanteros, hasta que Sciacqua prohibió que pasaran y empezó a acomodar el equipo en función defensiva, con un Lima que entró a trabajar en el medio y con Pellegrino formando parte de una línea de cinco defensores con la que se terminó jugando y cerrando los espacios hacia el arco de Pozo.

De Felippe no tuvo en su equipo la misma respuesta defensiva que encontró Sciacqua en el suyo y allí empezó a perder el partido. Ni Vizcarrondo ni Tejera le dieron solidez a ese sector y Aquino jugó muy nervioso. Estas contingencias fueron utilizadas a su favor por Colón. Y después, en ataque, ni los ingresos de Franzoia y Furch para sumar gente en función ofensiva le pudieron cambiar una historia que parecía condenada a la derrota desde mucho antes del final.

En este fútbol en el que parece más accesible ganar afuera de casa que adentro y donde la “localitis” no es un mal que persigue solamente a Colón, que hace más de cien días que no gana en su cancha, el funcionamiento sabalero fue, a los efectos de conseguir su propósito, casi ideal para ganar un partido de visitante. Un 4-4-2 muy prolijo, priorizando la solidez defensiva y sin desesperarse por sumar gente en ataque, fueron las premisas de Sciacqua para quedarse con los festejados tres puntos. Nada de espectacular, poco de belleza y mucho de eficacia. Bien moderno y utilitario, aunque con suficientes argumentos para fundamentar el triunfo y para conseguir esos tres puntos que se niegan en el Centenario y se dan a menudo fuera de su cancha.

 

Lo tiene de hijo...

Que Iván Moreno y Fabianesi y Laureano Tombolini son amigos desde los tiempos de Rosario Central, es cierto. Que a esa amistad la estimularon cuando compartieron el plantel en Colón, también. Que Moreno le jugó una apuesta y la ganó- en el partido del año pasado (victoria de Colón en Bahía por 3 a 2 y un gol de Moreno a Tombo) es otra gran verdad. Y que no se habían hablado en la semana, también.

Cuando terminó el partido, Moreno no pudo con su genio y contó lo que ocurrió en la cancha. “Antes del gol, en la jugada previa, le dije que se cuidara porque en la próxima le iba a convertir el gol. Vino el tiro libre de Tommy Costa y cuando la pelota quedó boyando después de que él rechazara el remate de Candia, grité el gol y de pasada le dije: ‘te dije que en la próxima te embocaba’. ¡Pobre Tombo! ¡Cómo lo van a gastar! Para colmo tenemos un montón de amigos que ya deben estar llamándolo. Pero lo quiero un montón, es un fenómeno... ¡Y lo tengo de hijo! (risas)”.

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El Torero infló la red

Iván Moreno y Fabianesi mostró muchas ganas y sacrificio dentro del campo y le agregó la ubicación precisa para aprovechar el rebote y convertir el único gol del partido. Se lo hizo a su amigo, Laureano Tombolini. Foto: Télam

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El Bichi siempre exige

Esta vez no pudo ser el artillero del equipo, pero Esteban Oscar Fuertes complicó con su presencia, despliegue e inteligencia a la defensa bahiense. Tuvo una, pero ganó Tombolini. Foto: Télam

 

/// SÍNTESIS

Olimpo 0

Colón 1

Cancha: Olimpo.

Árbitro: Patricio Loustau.

Olimpo: Tombolini; Casais, Vizcarrondo, Tejera y Aquino; Ríos, Musto, Vega y Rolle; Pavlovich y Bareiro. A.S.: Ibáñez. Estuvieron en el banco: Villanueva, Mauri y Faccioli. D.T.: Omar De Felippe.

Colón: Pozo; Barraza, Candia, Raldes y Urribarri; Moreno y Fabianesi, Prediger, Bastía y Costa; Fuertes y Leandro González. A.S.: Díaz. Estuvieron en el banco: Graciani, Lesman e Higuaín. D.T.: Mario Sciacqua.

Gol: en el segundo tiempo, a los 3 min Moreno y Fabianesi.

Cambios: en el segundo tiempo, a los 19 min Franzoia (O) por Ríos, a los 28 min Lucero (O) por Bareiro, a los 30 min Lima (C) por Costa, a los 36 min Furch (O) por Rolle, a los 41 min Pellegrino (C) por Bastía y a los 44 min Quilez (C) por Raldes.

Amonestado: en Colón, Bastía.

63

Goles

Son los que lleva marcados Moreno y Fabianesi desde su debut profesional, en 417 partidos.

2

Debuts

Se produjeron en la tarde-noche bahiense. Fueron los de Adrián Bastía, que fue titular, y el de Pablo Lima, que entró faltando quince minutos.

 

BAJO LA LUPA

POZO (6).- Tuvo una tapada clave a Bareiro en el segundo tiempo. No tuvo mucho trabajo pero respondió bien, sobre todo en el juego aéreo.

BARRAZA (6).- Lo mejor desde que llegó a Colón. Sin mayores problemas en la marca y animándose a pasar al ataque.

CANDIA (7).- Ordenado, seguro y concentrado toda la noche. Una de las cartas fundamentales de firmeza en el fondo.

RALDES (6).- Otro que tuvo una buena labor, siempre atento para cubrir la espalda de Urribarri.

URRIBARRI (6).- De un foul que le cometieron a él, llegó la jugada del gol de Colón. Criterioso en todo y muy atento cuando entró Franzoia a jugar por su sector.

MORENO Y FABIANESI (6).- Cayó en algunas imprecisiones en el manejo de la pelota, pero tuvo la virtud de estar en el lugar indicado para marcar el gol de la victoria. Incansable trajinar.

PREDIGER (8).- El mejor jugador de la cancha. Dueño y señor del mediocampo, estuvo a punto de convertir un golazo en el primer tiempo (se lo tapó Tombolini al mano a mano) y participó de la jugada del gol sabalero.

BASTÍA (6).- Dio más de lo que se esperaba. Bien ubicado en la cancha, fue el sostén para el excelente rendimiento de su compañero en la dupla central del mediocampo.

COSTA (5).- Tiene que dar más e involucrarse en el juego. Colaboró en el retroceso, pero no se notó en el manejo de la pelota.

FUERTES (6).- El Bichi complicó toda la noche y Tombolini le negó el gol en un mano a mano que le tapó con mucho oportunismo. Buen trabajo.

LEANDRO GONZÁLEZ (5).- En el primer tiempo, sólo un desborde por derecha que no pudo ser capitalizado por ninguno de sus compañeros. Mejoró y estuvo activo en el complemento.

LIMA.- Cuando todos apostaban a que se iba a parar de “3”, lo hizo en el mediocampo y se mantuvo a Urribarri como marcador lateral. Fue rápidamente amonestado.

PELLEGRINO.- Sciacqua lo puso de último hombre, con la línea de cuatro adelante suyo. Fue en el pasaje final y previendo que Olimpo iba a llenar de centros el área sabalera.

QUILEZ.- Apenas los cuatro minutos de adicionales que dio Loustau.