Con dedicatoria al clásico rival incluida...

Se festejó en el vestuario algo más que una victoria

Mario Sciacqua dijo que fue el partido que menos “sufrió” y rescató la solidaridad de su equipo. Dejó en alta duda la posibilidad de que jueguen Chevantón, Luque y Garcé el partido del domingo.

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Ante su club más querido. Leandro González nació futbolísticamente en Olimpo y ayer debió enfrentarse a la institución de la cual es hincha. Su rendimiento en el partido fue de menor a mayor.

Foto: Télam

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Bahía Blanca)

Mario Sciacqua fue el primero en salir de un vestuario con un fervor pocas veces visto y escuchado. Se notó en la cancha misma, cuando los integrantes del cuerpo técnico festejaron como nunca y los jugadores se sumaron en el medio de la cancha a una exteriorización de alegría que iba más allá de una victoria, por más importante que fuera. Es que el objetivo de llegar en ganador al clásico era lo que se habían puesto entre ceja y ceja, y el hecho de conseguirlo permitió un desborde de alegría poco común por tratarse de una tercera fecha del campeonato.

—¿Se jugó el mejor partido desde que arrancó el torneo?

—Fue el partido con mayor equilibrio. Fuimos un equipo corto y agresivo ofensivamente, creamos una buena cantidad de situaciones y pudimos liquidarlo. Terminamos un poco apretados pero tuvimos capacidad defensiva.

—¿Se mejoró en la recuperación?

—Sobre todo observé que hubo mucha solidaridad, que asimilaron lo que venimos hablando y veo que hay un convencimiento. Tuvimos amor propio y ví un Colón con mucha identificación.

—¿Qué te pareció el debut de Bastía?

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Otro en duda. Ronald Raldes salió con una molestia y deberá analizarse la gravedad para saber si estará en el clásico. El central boliviano, de buena actuación, no se lo quiere perder.

Foto: Gentileza Diario La Nueva Provincia

—Es un jugador con mucha experiencia y tiene un optimismo contagiante. Su trabajo ayudó mucho al lucimiento de Prediger y de Moreno, pero además fue inteligente para robar y jugar a dos toques. Él sabe de sus limitaciones, se ubica y valoro su capacidad para hacer la simple y bien.

—¿Tuviste que frenar el ímpetu de algunos jugadores adentro de la cancha?

—Le gritaba mucho a Julio Barraza, porque anduvo bien y se proyectaba. Y lo que quería era que se contuviera para que no nos agarraran a contrapierna o con espacios en una cancha que es chica y que es ideal para aprovechar una pelota mal jugada o un avance que se corte en la mitad de la cancha.

—¿Llegan Luque, Chevantón y Garcé al clásico?

—Es muy difícil. Leandro González jugó en una posición ofensiva donde exigió y se comprometió mucho con la recuperación. A mí me gustó mucho el equipo, los fui semblanteando en la semana, los vi muy enchufados a partir de la autocrítica que se hizo del empate ante All Boys y la victoria se festejó de una manera espectacular. Y acá estamos hablando de jugadores consagrados, que ganaron cosas en algunos de los casos y muchos de ellos sin plena identificación con Colón porque llegaron hace poco.

—¿Y ahora?

—Jugar el clásico y ganarlo para que la gente se vaya contenta. Es el objetivo y es lo que los jugadores quieren porque llegaron al vestuario y lo hicieron saber a través de los cánticos, revoleando las camisetas y pensando en el partido que se viene.

¿Qué pasó con Raldes?

Fue en una de las últimas jugadas del partido e instaló la voz de alarma de un plantel que, por ejemplo, en el partido ante All Boys se quedó con tres jugadores menos para el encuentro siguiente. Ronald Raldes sintió una molestia en la cara posterior del muslo derecho y de inmediato vino la orden de Sciacqua de sacarlo y colocar a Quilez para que juegue esos últimos minutos del partido.

—¿Qué pasó, Ronald?

—Salté y sentí una especie de contractura. Espero que sea sólo eso y que se pueda solucionar en la semana. Veremos mañana, cuando llegue a Santa Fe, si es posible que pueda entrenarme normalmente. Salté con Pavlovich, si mal no recuerdo, y sentí una molestia importante.

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De ida y vuelta. Julio Barraza jugó un gran partido por el lateral derecho, marcando y también mostrándose como alternativa en la ofensiva. Foto: Gentileza Diario La Nueva Provincia

—¿Es prematuro hablar si vas a llegar al domingo?

—Pienso que sí, estoy confiado en que voy a jugar el clásico.

—¿Se hizo un buen partido en lo defensivo?

—Estuvimos bien. En los anteriores partidos nos hicieron goles de pelota quieta pero no nos generaron mano a mano. Hoy no sufrimos, los marcadores de punta jugaron bien, los del medio contuvieron bastante y hasta los delanteros nos ayudaron. Esta cancha chica es especial para equivocarse y nosotros no cometimos errores.

—¿Se sintieron más protegidos con el ingreso de Bastía?

—El Polaco tiene más marca y Tommy Costa juega más. Lo bueno es que jugamos con orden y concentración.

—¿Qué te hace sentir el hincha de Colón por el clásico que se viene?

—Que hay que ganar el partido, que los dos jugaremos con los dientes apretados y que es necesario llegar de la mejor manera. Nosotros lo hacemos ganando y en la punta del torneo. Y espero que le demos una alegría al hincha, que hace mucho no nos ve ganar en nuestra cancha.


Se festejó en el vestuario algo más que una victoria

Bien por el “Polaco”. Adrián Bastía debutó con la camiseta de Colón y demostró que está en excelentes condiciones para jugar los 90 minutos. Se complementó muy bien con Prediger, la figura de la cancha. Foto: Gentileza Diario La Nueva Provincia

Poblete y Alario.

De los jugadores que viajaron a Bahía Blanca (un total de 20), los que quedaron afuera fueron el mediocampista Poblete y el delantero Alario. Ambos vieron el partido desde la platea y bajaron de inmediato al vestuario para sumarse al particular festejo por la victoria y por lo que se viene.

 
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Las pelea todas. El “Bichi” Fuertes va arriba con un rival. Es la referencia de área para cualquiera de sus compañeros. Estuvo cerca de marcar. Foto: Télam

Los clásicos se juegan con el corazón y se ganan. Desde que vi por primera vez el fixture, sólo pienso en este partido”.

Diego Pozo

Arquero de Colón

La verdad es que me sentí muy cómodo con el Polaco Bastía. Necesito que alguien se ponga a la par mía para pelear el mediocampo. Considero que él fue clave para que todos andemos mejor”.

Sebastián Prediger

Volante de Colón

Buen recuerdo, pese a todo...

Se sabe que en la carrera futbolística del Bichi Fuertes en Colón hay un solo aspecto negativo y fue el que se dio cuando llegó Julio César Falcioni a dirigir al equipo, allá por 2006 y apenas se produjo el alejamiento de Julio César Toresani.

Fuertes no tuvo buen “feeling” con Falcioni y éste decidió que se aleje de la institución, por lo cual Colón lo cedió a la Universidad Católica. Fue el momento en el que Fuertes se rompió los ligamentos cruzados de una de sus rodillas y recibió el llamado inmediato de Germán Lerche, quien le pidió que volviese a Santa Fe para recuperarse cerca de los afectos y para sumarse otra vez a la institución.

Ya Falcioni se había ido de Santa Fe cuando el Bichi volvió a jugar y se encaminó a convertir su gol número 100 con la rojinegra y a continuar una carrera impecable que parece no tener fin.

El ayudante de campo de Falcioni era Omar De Felippe, actual entrenador de Olimpo desde hace más de dos años, convertido en uno de los técnicos de mayor permanencia en las últimas décadas en el fútbol argentino.

Se ve que con De Felippe hubo una excelente relación, porque el Bichi se acercó al banco de suplentes de Olimpo, antes de iniciarse el partido, y lo saludó con mucho afecto al entrenador bahiense.