Unión no gana pero el DT no se desespera

Kudelka, el “largoplacista”

Se lo nota poco tolerante y puede tener motivos que uno no conozca sólo viendo un partido. Habló de agoreros: ¿a quién o a quiénes se refiere Darío?

Kudelka, el “largoplacista”

Lo mejor de Unión: el apoyo multitudinario de su gente y la tranquila noche que pasó el arquero Bologna después del temblor con el 0-4 ante Boca en La Bombonera. El déficit está arriba. Foto: Luis Cetraro

Darío Pignata

[email protected]

Tiene banca Kudelka y lo sabe. Por más que no sea eso lo que no lo deje dormir cuando analiza al mundo Unión. Tiene que ocurrir una catástrofe deportiva para que los dirigentes lo despidan. Porque, además, a pesar de las divisiones en el manejo del fútbol, Spahn consiguió algo que hace años no se daba en Unión: respetar los contratos firmados con los entrenadores de turno y terminar los ciclos.

Porque cuando al “Turco” Alí se le vino la tormenta en contra, después de esa fantástica primera rueda, nadie logró moverle el piso. Y porque en el momento de mayor extravío futbolístico en el ascenso con Kudelka, se lo bancó a Darío cuando San Juan metía miedo y la diferencia en la tabla quedaba más chica que nunca.

Así, con defectos y virtudes, con discusiones, diferencias de manejo y hasta tironeos personales, la dirigencia de Unión —que hasta llegó a votaciones internas en situaciones límites— demostró madurez para respetar los tiempos de trabajo de los entrenadores de turno. Primero Alí, después Kudelka. Convengamos que mal, por ahora, no le fue: peleó el campeonato con el “Turco” el primer año y ascendió con Kudelka en la otra temporada después de ocho años.

Si los dirigentes fueron responsables en armar, desde el presupuesto, un proyecto sustentable y que se pueda pagar los primeros días de cada mes sin “enterrar” la economía del club como se hizo casi siempre, deben comprometerse con la misma responsabilidad en un comienzo complicado (no ganó, se comió una goleada y marcó un solo gol en tres partidos) pero que era algo absolutamente previsible. Nadie puede salir ahora a gritar a los cuatro vientos que esto es “impensado”.

Ahora bien, en qué punto están los tiempos que necesita el entrenador para mejorarlo a Unión. Kudelka se definió como largoplacista y tiró encima en la rueda de prensa su merecida chapa. No lo dijo, pero redondeó la idea de “cuando en los clubes me aguantan y me dejan trabajar, consigo resultados”. En este punto, más que preocupar si los tiempos de Kudelka son los mismos de Unión, lo que debiera plantearse aquí es si los tiempos de la Primera División son los mismos que necesita Darío. No debe haber un reclamo con más honestidad brutal que el del entrenador anoche: pidió tiempo para trabajar, reconoció la falta de juego y —por ende— el casi cero gol.

Los tiempos del querido Libertad de Sunchales en un Argentino, Boca Unidos de Corrientes en la “B” Nacional o el mismo Unión en la Primera “B” Nacional no se pueden comparar con ningún equipo —ni siquiera Unión— en Primera División. Mucho más con las exigencias que le generan los promedios a los que recién ascienden.

Hace exactamente un año, Kudelka y Unión pasaban por lo mismo en la “B”: muchos jugadores nuevos, resultados que no llegaban y ruido de primeros cuestionamientos. La diferencia es que hace un año definió un esquema titular y lo bancó contra viento y marea. Ahora, cambiar de a cinco jugadores por partido no parece ser la mejor receta para salir del mismo laberinto.

Orden táctico, amor propio y compromiso es lo que sobra. Y se nota en cómo “guerrean” cada pelota. Pero en Primera con eso solo no le va a alcanzar. Porque para ganar partidos hay que hacer goles y para hacer goles hay que generar situaciones. Sería mejor tener un solo grito en tres partidos y treinta goles errados. Hoy faltan las dos cosas: goles y jugadas de gol.

Darío intercambió conceptos con un colega en la rueda de prensa, que lo consultó sobre los riesgos del clásico. Entre otras cosas, le dijo que no diera vueltas con la pregunta y fuera al grano. Algo me indica que, más allá de su obsesión por el trabajo, le están pasando cosas a Kudelka que no se advierten desde una cabina de prensa. ¿Quiénes son los agoreros de los que habla Darío? ¿Están adentro de Unión, afuera de Unión? Cuando se jugó el último Unión-Belgrano en Santa Fe, cuando golearon los cordobeses, dijo: “Tenemos 400 ametralladoras apuntándonos”. Salvando las distancias, estaba en la misma búsqueda de ahora: el estilo de juego, la identidad, el equipo.

Si Unión tiene dirigentes que respetan ciclos y contratos; y si Kudelka es un técnico “largoplacista”, nada se va a resolver de inmediato en Unión. Se necesita paciencia y personalidad cuando se viene el agua. Sacar a pasear la histeria y ver fantasmas donde no los hay son muy malos atajos cuando el tiempo en el fútbol juega a la pulseada con los resultados.

1

Polémica

Hace una semana, en la previa al partido con Boca, el entrenador sorprendió en medio de una rueda de prensa donde se habla de fútbol, denunciando que “alguien le dijo” que su casa está marcada y que tenía miedo por la seguridad suya y de su familia. Le pusieron custodia policial.

2

Polémica

Otra vez, en la cancha de Boca, lo expulsaron por ingresar tarde a jugar el segundo tiempo. No es la primera vez que comete esta tardanza y por eso anoche al equipo lo dirigió Raúl “Pepa” Armando. Fue un tema tratado en Directiva.

3

Polémica

Nunca fue de meterse en discusiones pero quedó encerrado en el laberinto de un ida y vuelta improductivo por el tema Silvera. Kudelka dijo que nunca estuvo cerca de ser jugador de Unión y el “Cuqui” dijo que tenía todo arreglado con los dirigentes pero el técnico le bajó el pulgar.