Control de algas que pueden perjudicar a personas y animales

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Embalse Paso de las Piedras, provincia de Buenos Aires.

Foto: Gentileza Horacio Príncipe

(C) Conicet Bahía Blanca - Conicet Santa Fe - El Litoral

 

El estudio, basado en la ingeniería de procesos, se realizó sobre datos del embalse Paso de las Piedras, uno de los mayores reservorios de agua potable en la provincia de Buenos Aires que abastece a 450 mil habitantes de Bahía Blanca, Punta Alta y a un polo petroquímico regional. El objetivo principal fue determinar y evaluar políticas óptimas de control del crecimiento de algas en el embalse. Luego, la investigación consistió en describir, utilizando ecuaciones matemáticas, los principales procesos biogeoquímicos que se presentan en dicho ambiente en un entorno de optimización y, a partir de allí, determinar y planificar las estrategias de manejo eficientes a aplicar y estimar sus efectos y costos.

Cianobacterias, diatomeas y clorófitas

Para diseñar el modelo se incluyeron los tres grupos de algas más representativos en el embalse: las cianobacterias, las diatomeas y las clorófitas, cada una con picos de concentración en distintas etapas del año. “La presencia de grandes cantidades de algas en un cuerpo de agua que se utiliza para consumo humano puede perjudicar tanto a las personas como a los animales. Las algas pueden provocar olores y sabores desagradables, bloqueo de filtros de la planta potabilizadora y hasta existen algunas especies capaces de producir toxinas nocivas para los seres vivos”, explicó la Dra. Soledad Díaz, una de las responsables del proyecto. Y agregó: “Estamos hablando de un ambiente ‘eutrófico’, es decir, un cuerpo de agua que presenta síntomas en respuesta al ingreso de nutrientes esenciales para el crecimiento del fitoplancton (compuestos de fósforo y nitrógeno), que pueden provenir de las actividades ganaderas o agropecuarias, como por ejemplo el uso de fertilizantes”. Las estrategias internas más utilizadas para el control de la proliferación de algas son la disminución de la descarga externa de nutrientes, aireación y la biomanipulación, esta última basada en la teoría de cadena trófica. El modelo matemático creado permite simular esas estrategias así como representar las dinámicas de las algas, de los nutrientes, de otros componentes y también de distintos grupos de zooplancton y de distintos tamaños de peces zooplanctívoros.

De Bahía Blanca a Córdoba

“Hay peces que comen, que predan sobre el zooplancton, y el zooplancton ‘pastorea’ sobre las algas que constituyen el primer eslabón de la cadena trófica; entonces, para disminuir la cantidad de algas, necesitaríamos mayor presión de pastoreo, y para ello tendríamos que retirar los peces zooplanctívoros. Esta estrategia se ha aplicado en numerosos lagos de Estados Unidos y Europa en los últimos años. Eso es lo que hemos implementado en el modelo que nos da como resultado cuántos peces habría que extraer y de qué tamaños según sus preferencias alimenticias”, detalló la especialista. En la actualidad, el equipo de Plapiqui desarrolla este trabajo para el embalse cordobés Los Molinos junto a un grupo de investigación de la Universidad Nacional de Córdoba.

* Por la Lic. Pía Squarcia (Conicet Bahía Blanca). Adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).